Gran confusi¨®n
Un amigo, licenciado en Arte, me confiesa que no ha le¨ªdo ni un libro en su vida: quedarse a solas con un libro le parece una operaci¨®n rara, muy extravagante. Yo le digo que tomo a los libros por amigos y adversarios con los que discutir si vale la pena, y que a veces me influyen hasta en tonter¨ªas alcoh¨®licas. Cuando se puso de moda Raymond Chandler, su detective Marlowe beb¨ªa en El largo adi¨®s una cosa que se llamaba gimlet, a la que intent¨¦ aficionarme in¨²tilmente. Seg¨²n el antih¨¦roe de la novela, Terry Lennox, albino de cara reconstruida y llena de cicatrices fin¨ªsimas, "un verdadero gimlet es mitad ginebra y mitad Rose's Lime Juice, y nada m¨¢s". Leyendo Millennium. Los hombres que no amaban a las mujeres, del sueco Stieg Larsson, he descubierto un whisky irland¨¦s, el Tullamore Dew.
El licenciado en Arte me avisa de que desobedezco las instrucciones de la Junta y el Gobierno. Mart¨ªn Soler, consejero de Agricultura, quiere que los andaluces consuman productos andaluces. Lo dijo camino de Berl¨ªn, y lo contaba Gin¨¦s Donaire en este peri¨®dico el jueves. Iba el consejero a una feria frut¨ªcola, a venderles productos andaluces a los alemanes, que no parecen obligados a comprar productos germano-b¨¢varos, como sugiere la l¨®gica de Soler. Yo creo que lo normal es que andaluces y b¨¢varos compren lo m¨¢s pr¨®ximo, accesible, fresco y barato, pero, para convencer a los andaluces de lo normal, la Consejer¨ªa de Agricultura se gastar¨¢ un mill¨®n de euros en propaganda, un sacrificio por el pueblo: el patriotismo agr¨ªcola-gastron¨®mico gusta mucho a bastante gente.
Ya me veo en el mercado investigando si un agua mineral, una leche, una verdura, la carne, el aceite, el vino, las anchoas, todo con etiqueta de pureza andaluza, viene de otro pa¨ªs u otra regi¨®n, o si los comercializa una multinacional espa?ola, europea o americana. Hay mucha confusi¨®n estos d¨ªas: el PSOE y el PP est¨¢n en absoluto desacuerdo, pero los dos opinan absolutamente lo mismo: exigen sacrificio y "un gran pacto" para salir de la crisis. Es todo tan confuso que Arenas pide a la vez flexibilidad laboral y estabilidad en el empleo, y Chaves proclama su voluntad de dialogar "hasta la extenuaci¨®n" para salir del agujero, y al mismo tiempo considera a los individuos con quienes pretende entenderse unos oportunistas impresentables.
A los impresentables, sin embargo, los ha citado el viernes 13, dos d¨ªas antes de la manifestaci¨®n del PP en M¨¢laga. En Francia se manifiesta la izquierda contra el Gobierno, aqu¨ª la derecha. Lo que importa no es ser de derechas o de izquierdas, sino estar o no estar en el gobierno. El partido socialista franc¨¦s apoy¨® el 29 de enero la movilizaci¨®n sindical, pero aqu¨ª los sindicatos apoyan al Gobierno, as¨ª que la derecha andaluza asume el papel de sindicato en una maniobra a la que, si la hiciera la izquierda, el PP tachar¨ªa de atentado contra las costumbres de la democracia parlamentaria. Arenas y su PP no saben lo que hacer para existir, para ser percibidos. Chaves s¨®lo negocia de verdad con sindicatos obreros y empresariales, con la banca, con gremios y cuerpos. Los partidos pol¨ªticos adversos son condenados a la inexistencia impresentable.
Pero tanto Chaves como Arenas piden sacrificio. ?Tienen los mismos guionistas? ?Piden que gastemos menos? No se puede gastar lo que no se tiene. ?Trabajar m¨¢s? El trabajo empieza a faltar. El despiste de los profesionales de la pol¨ªtica, real o fingido, s¨®lo ha sido comparable a su sentido de la propaganda y su ansia de ganar el fervor del p¨²blico votante. Para saber de la crisis miro la cara de preocupaci¨®n de los vendedores en los comercios vac¨ªos. La ¨²nica petici¨®n concreta de sacrificio la o¨ª estas navidades, cuando nos aconsejaron que gast¨¢ramos dinero por caridad. Y ni siquiera en esto he cumplido: los libros y el whisky me los regalaron, y los reparto con mis amigos.
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