?Abuso en los ERE?

En las ¨²ltimas semanas han proliferado los despidos colectivos. Apenas hay un d¨ªa en el que los peri¨®dicos no nos sorprendan con la aprobaci¨®n de un expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE) en alguna gran y conocida empresa. Y los publicados son la punta del iceberg, los que se refieren a las empresas m¨¢s destacadas. Por debajo hay un sinn¨²mero de expedientes pertenecientes a empresas peque?as o desconocidas, sin relevancia suficiente para saltar a los medios de comunicaci¨®n. La p¨¦rdida de empleos es brutal.

Pero no todo ERE conlleva la extinci¨®n de los contratos de trabajo. ?sta es la soluci¨®n m¨¢s dura, pero hay otras opciones. Los ERE pueden tambi¨¦n disponer la suspensi¨®n temporal de los contratos o la reducci¨®n de la jornada laboral. Algunos de los aprobados han ido por este camino.

En los ¨²ltimos d¨ªas, el Gobierno ha mostrado su preocupaci¨®n por los excesos que al amparo de la crisis pudieran estar cometi¨¦ndose en los ERE, como sucede, por ejemplo, con la rebaja en la edad de prejubilaci¨®n.

A la hora de proceder al despido de un trabajador nos puede parecer, en principio, una soluci¨®n menos dolorosa extinguir el contrato de trabajo de una persona que se halla al final de su vida laboral. Estos trabajadores prejubilados pasar¨¢n a percibir la prestaci¨®n por desempleo, normalmente por un periodo de dos a?os, accediendo si tienen m¨¢s de 52 a?os al subsidio por desempleo hasta la jubilaci¨®n. Dada la dificultad de encontrar un empleo en estas edades, esto puede suponer que el trabajador quede a partir de entonces a cargo del Estado. Si atendemos al n¨²mero de ERE aprobados en las ¨²ltimas semanas (y los que quedan por venir), podemos hacernos una idea del coste que puede implicar para las arcas p¨²blicas. Pero es que, adem¨¢s, la edad de estos trabajadores no deja de descender. Se ha hablado as¨ª de prejubilados de 48 a?os, edad que se nos plantea como muy temprana para dejar el mercado de trabajo.

De ah¨ª la reciente intervenci¨®n del ministro de Trabajo tratando de introducir algo de cordura en este descalabro general, dejando caer la posibilidad de que sea necesario limitar legalmente la edad m¨ªnima de prejubilaci¨®n en los ERE. El ministro desea que tal planteamiento se produzca en el seno del di¨¢logo social.