Reivindicaci¨®n del 'otro' Mompou
La Pedrera acoge una retrospectiva del olvidado pintor Josep Mompou
El marchante de arte Josep Dalmau encarg¨® en 1919 un mural para su residencia en la Casa dels Canonges. Con el tiempo el edificio se convirti¨® en residencia oficial del presidente de la Generalitat, la sala se reform¨® y el mural desapareci¨®, no se sabe si destruido o bajo una capa de pintura, donde puede permanecer oculto y olvidado. Lo mismo le ha ocurrido a su autor, el pintor Josep Mompou (Barcelona 1888-Vic 1968).
Actualmente el nombre Mompou suena a m¨²sica porque casi todo el mundo lo identifica con Frederic o con las obras que compuso para piano. Pero muchos desconocen que su hermano mayor, Josep, fue uno de los pintores catalanes m¨¢s destacados de los a?os veinte y treinta, y que consigui¨® una gran proyecci¨®n internacional, sobre todo en Francia y Estados Unidos. La Fundaci¨®n Caixa de Catalunya ha organizado una retrospectiva en La Pedrera con 128 obras suyas (hasta el 14 de junio) con la intenci¨®n de reivindicar a este pintor olvidado.
La exposici¨®n re¨²ne 128 obras del artista, hermano del m¨²sico
El comisario de la exposici¨®n, el historiador del arte Francesc Fontbona, opina que el desconocimiento del pintor Mompou se debe no tanto a que su hermano m¨²sico lo haya eclipsado, sino a que "la historia de la pintura catalana moderna no se ha explicado bien". Seg¨²n ¨¦l, Josep Mompou es uno de los pintores catalanes m¨¢s destacados de principios del siglo XX, un artista que desde sus inicios cercanos al noucentisme (como el mural que pint¨® para la Casa del Canonges que se ha podido reproducir a partir de fotograf¨ªas de Francesc Serra) supo evolucionar hacia el figurativismo de ra¨ªces fauvistas. "En ese momento lleg¨® a ser uno de los mejores representantes del canon de la pintura catalana, con exposiciones en Barcelona, Par¨ªs y Estados Unidos".
Dos hechos frenaron la carrera de Mompou, que tras vender la empresa familiar de fundici¨®n de campanas y dejar de comerciar con todo, desde naranjas hasta armas, se hab¨ªa centrado en la pintura. En 1934 le diagnostican una tuberculosis que le obliga a pasar en 1936 por el quir¨®fano para extirparle un pulm¨®n. Y tras estallar la Guerra Civil, a¨²n d¨¦bil y convaleciente, se exilia en Suiza.""Cuando regres¨® a Catalu?a el panorama hab¨ªa cambiado y, pese a que continu¨® pintando, no supo adaptarse a las corrientes del momento y cay¨® en el olvido", afirma Fontbona.
Para la exposici¨®n de la Pedrera se han reunido obras de 60 coleccionistas p¨²blicos y privados (uno de los desnudos de mujer, pintado en 1921, s¨®lo ha tenido que bajar un par de pisos porque su due?o vive en La Pedrera), entre ellas cinco de las que conserva el MNAC. ?leos, dibujos, grabados y tapices se han organizado de forma tem¨¢tica siguiendo los g¨¦neros m¨¢s tratados por el autor: naturalezas muertas; desnudos; paisajes con vistas de Tossa, Palafrugell, Cadaqu¨¦s, Pollen?a, Tona y Olot, y escenas urbanas, sobre todo de Par¨ªs y de Barcelona.
En la exposici¨®n figura la obra m¨¢s aclamada de Mompou, Dancing (o Cabaret Excelsior), de 1929. En el cuadro, propiedad del Museo Reina Sof¨ªa, aparece representado el propio Mompou camuflado entre el grupo de alegres bailarines, mirando al espectador. Una forma de pedir que no se le olvide.
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