El miedo es el mensaje
No puede ser legal un partido sometido a una banda que argumenta a bombazos
En el edificio de la empresa Ferrovial y en los contiguos afectados por la onda expansiva del coche bomba de ETA que estall¨® a las nueve de la ma?ana de ayer, en el complejo empresarial del Parque de las Naciones de Madrid, hab¨ªa cientos de personas en el momento de ser desalojadas, tras recibirse, hora y media antes, un aviso de la propia banda. Normalmente, a la hora en que estall¨® el coche hay en las oficinas de la zona miles de personas trabajando. ETA avis¨®, y su mensaje impl¨ªcito fue: pero podr¨ªamos no haberlo hecho y provocar una masacre.
Desde hace muchos a?os, ETA suele acrecentar su actividad terrorista cuando se aproximan las elecciones, y ello con independencia de que presente candidaturas o no. La campa?a para las auton¨®micas vascas del 1 de marzo se inicia esta semana, el viernes. La banda estaba decidida a hacer acto de presencia antes de los comicios, seg¨²n hab¨ªan advertido desde Interior, a la vista de documentos internos y amenazas p¨²blicas como las dirigidas en un reciente comunicado contra ingenieros, t¨¦cnicos o dirigentes de las empresas concesionarias de las obras del Tren de Alta Velocidad vasco.
Tras haber puesto fin al alto el fuego de 2006, ETA eligi¨® esa obra de infraestructura, la m¨¢s importante nunca emprendida en el Pa¨ªs Vasco, como pretexto para sus atentados. Ha realizado 40 desde 2007 contra intereses relacionados con ella, incluido el asesinato, en diciembre pasado, de Ignacio Uria, directivo de una de las empresas concesionarias. El s¨ªndrome de repetici¨®n que caracteriza a las organizaciones terroristas ha llevado esta vez a reproducir lo que ya hizo a comienzos de los noventa en relaci¨®n a las obras de la autov¨ªa de Leizar¨¢n: atacar a Ferrovial, una de las concesionarias, pero no en el Pa¨ªs Vasco, sino en su sede central madrile?a, para expandir el temor, del mismo modo que en 1991 atent¨® contra un directivo de la delegaci¨®n de esa empresa en Valencia.
Tambi¨¦n ha habido s¨ªndrome de repetici¨®n en la t¨¢ctica seguida por su brazo pol¨ªtico para intentar burlar la ilegalizaci¨®n, con la presentaci¨®n de dos candidaturas, la segunda de las cuales, Askatasuna, era la buena, como en 2005 lo fue el PCTV: un partido legal pero en estado durmiente, a la espera de ser activado cuando conviniera, seg¨²n la tesis de las impugnaciones de la Fiscal¨ªa y la Abogac¨ªa del Estado que ha asumido el Tribunal Supremo para anular esa candidatura.
Nada m¨¢s conocerse la decisi¨®n del Supremo, el lehendakari y los partidos nacionalistas volvieron a atribuirla a intereses electorales del partido del Gobierno. Sin embargo, ?c¨®mo ser¨ªa posible que participasen en las elecciones unos partidos que consideran leg¨ªtimo que una banda armada participe en el debate pol¨ªtico -por ejemplo, sobre las infraestructuras- mediante la colocaci¨®n de coches bomba? Y ?tiene alguna duda Ibarretxe de que Batasuna (y las plataformas que aspiraban a sustituirla en las elecciones) est¨¢ supeditada a ETA?
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