El padre que gan¨® al Papa y a Berlusconi
Gobierno y Vaticano se aliaron por el 'caso Eluana' - Su progenitor, h¨¦roe de los laicos, es tachado de "asesino"
Para el Vaticano y el Gobierno de Silvio Berlusconi, Beppino Englaro es un "verdugo" y un "asesino". Lo reiteraron ayer en sus primeras p¨¢ginas el peri¨®dico de la Santa Sede, Avvenire, y el de la familia de Berlusconi, Il Giornale. Si creemos a los que le conocen, y a muchos ciudadanos, compatriotas o no, Englaro es el verdadero Cavaliere, un referente laico, un ejemplo c¨ªvico, el padre que cualquier hijo desear¨ªa tener.
?C¨®mo se explica esa divergencia de opiniones?
La historia empieza el 18 de enero de 1992. Eluana Englaro tiene 21 a?os y sale con unos amigos. Sus padres le han dejado su BMW. Al volver a casa, encuentra hielo en la carretera. El coche hace un trompo. Se parte el cr¨¢neo y la segunda v¨¦rtebra cervical. Queda paralizada, su cerebro se desprende de la corteza. No siente dolor, no se mueve. Pero respira. Le hacen una traqueotom¨ªa antes de que sus padres lleguen al hospital. Vive, o al menos es un simulacro de vida. El padre ruega que la dejen morir. Los m¨¦dicos, que no pueden.
Diputados cat¨®licos votaron contra una ley del Gobierno: era un primer aviso "?Y vosotros qu¨¦ ten¨¦is que ver con mi vida?", dijo Eluana a sus padres
Un a?o despu¨¦s, diagn¨®stico definitivo: estado vegetativo permanente, deber¨¢ ser alimentada con sonda. En 1994, las monjas misericordinas le dan una habitaci¨®n en el hospital Beato Luigi Talamoni. Eluana hab¨ªa nacido all¨ª. Y all¨ª iba a permanecer, inconsciente, hasta este 6 de febrero.
Beppino Englaro es un tipo cabal y determinado, alto y enjuto, de perfil afilado. Cuando Eluana viv¨ªa, dirig¨ªa una peque?a empresa de moquetas y suelos de lin¨®leo. Desde hace 11 a?os, ha dedicado su vida a defender la dignidad de su hija. Su derecho a morir. El precio ha sido alt¨ªsimo. El lunes, mientras hablaba con este peri¨®dico por m¨®vil, son¨® el fijo de su casa. Englaro respondi¨® "grazie, grazie" y colg¨®. Era una de las varias llamadas diarias que le tachan de asesino.
Ayer, Englaro viaj¨® hasta Udine con escolta policial para ver por ¨²ltima vez a su hija. Eluana ser¨¢ incinerada y enterrada en Paluzza, provincia de Udine, el pueblo natal de Beppino, junto a su abuelo paterno. Sin funeral.
Mientras la campa?a de desinformaci¨®n sigue lanzando basura contra los m¨¦dicos y la familia, el fiscal de Trieste dijo que no ve "el menor indicio de delito en la muerte de Englaro". Una periodista de la RAI, Marinella Chirico, que entr¨® en la habitaci¨®n de Eluana el domingo con permiso del padre, cont¨® que verla fue una "experiencia devastadora". El padre habr¨ªa podido ense?ar una foto actual de su hija para callar bocas. No lo ha hecho.
Italia, entretanto, se ha fracturado en dos y se ha convertido en escenario de odio y manipulaci¨®n. "Con la instrumentalizaci¨®n de una tragedia nacional y familiar", escribi¨® ayer Ezio Mauro, director de La Repubblica, "y los ecos oscuros de quien intenta transformar la muerte en pol¨ªtica, empieza la fase m¨¢s peligrosa de nuestra historia reciente".
Los Englaro han ganado su batalla legal. Pero ellos y el pa¨ªs han sufrido un coste enorme. La aspiraci¨®n de civilizaci¨®n, su fe en el Estado laico, su esp¨ªritu de libertad han sido ultrajados, en lo que Anna Finocchiaro, la senadora del PD, ha llamado "los chacales de la pol¨ªtica". Italia ha tardado 11 a?os en hablar sobre el fin de la muerte. Fue en 1998, ante el abandono en que se encontraba, cuando Englaro pidi¨® ayuda por primera vez al Estado. Tras las primeras sentencias contrarias, 1999 y 2003, se remiti¨® a los pol¨ªticos. Hasta ahora, doce gobiernos distintos hab¨ªan mirado a otro lado, neg¨¢ndose a legislar.
?La raz¨®n? El Vaticano se opon¨ªa, el centro izquierda era incapaz de llegar a una posici¨®n com¨²n, la derecha prefer¨ªa resolver el asunto por debajo de la mesa.
Mientras eso suced¨ªa, los jueces hac¨ªan el trabajo de la pol¨ªtica. En julio de 2008, Apelaci¨®n dice que se puede suspender la alimentaci¨®n de un paciente si su estado es irreversible y se constata su voluntad. Derecho a morir. La avanzada Constituci¨®n italiana es la base de la sentencia. La Iglesia tiembla. Hay 2.000 personas alimentadas as¨ª en Italia.
En enero de 2008 ha ca¨ªdo el Gobierno Prodi. Claro, que eso tampoco garantiza nada: Berlusconi es un divorciado, poco de fiar, ni siquiera puede comulgar, su mujer confes¨® un aborto terap¨¦utico en el extranjero. La Iglesia coloca en la secretar¨ªa de Estado de Sanidad a uno de los suyos, Eugenia Roccella, integrista provida. Ella mover¨¢ los hilos bajo la mirada del ministro, Maurizio Sacconi, ex socialista, laico en su juventud, ahora gente de orden.
El Parlamento se moviliza por fin el verano pasado. Plantea un conflicto de competencias al Constitucional, y ¨¦ste determina que la magistratura, y no el legislativo, debe solucionar el caso. La fiscal¨ªa recurre. Las "togas rojas" siguen dando la raz¨®n a la familia. En Italia y en Estrasburgo. El 13 de noviembre de 2008, el Supremo confirma que Eluana puede morir. El 22 de diciembre, la Corte Europea rechaza el recurso de las asociaciones cat¨®licas. "Por fin ser¨¢ libre", dice su padre.
Arde Troya. El Papa lanza a sus mejores hombres a la arena. Porta a Porta, el programa de la RAI, abre sus salones a los cardenales. Hace reportajes sobre comas reversibles. Dice que Englaro mata a su hija bas¨¢ndose en una voluntad presunta. El 68% que apoyaba a la familia en 1999 baja al 55% en un mes.
La propaganda es f¨¢cil: dejar de alimentar a Eluana es un asesinato, todos los que est¨¦n a favor militan en la cultura de la muerte. Juego sucio, censura, insultos, demagogia, invocaciones desde el palacio de San Pedro... Vale todo.
Llega el momento. En el Senado se votan las enmiendas a la Ley de Seguridad de Roberto Maroni, ministro de la Liga Norte, socio clave de la mayor¨ªa. La Iglesia ha dicho que es una ley xen¨®foba. Buen momento para mostrar las u?as. Siete diputados cat¨®licos de la derecha votan con la oposici¨®n y tumban la enmienda. No es decisivo, porque la ley debe ir todav¨ªa a la c¨¢mara. Es una oferta.
En dos d¨ªas, Berlusconi aprueba la ofensiva final. El cardenal Tarcisio Bertone, reci¨¦n llegado de su periplo por la Espa?a socialista, se pone al mando. Roccella lanza el decreto salva Eluana. Berlusconi aprueba el texto pese a que el presidente napolitano sostiene que es inconstitucional. La Curia transmite su "desilusi¨®n" con el jefe del Estado... italiano.
Un simple vendedor de moquetas ha puesto en jaque con su laicismo y su fe en la legalidad a los poderes fuertes. "No comprenden la legalidad a la luz del sol", dice a este diario el domingo. "La Iglesia no puede imponerme sus valores". Casi todos los medios silencian el titular: "Una condena a vivir sin l¨ªmites es peor que una condena a muerte".
El lunes, alcanza su tr¨¢gico objetivo. Su ¨²nica hija, su "esplendor", como la llamaba, se apaga a las 19.35, en pleno debate del proyecto de ley que prepara el Senado para intentar salvarla. Su m¨¦dico, Amato de Monte, da a Englaro la noticia: "Tua bambina", le dice.
Su bambina ten¨ªa once a?os cuando sus padres le reprendieron. Ella se encar¨® y les dijo: "?Y vosotros qu¨¦ ten¨¦is que ver con mi vida?". Durante 6.233 d¨ªas, esa rebelde nata vivi¨® atada a una sonda. Hace hoy 80 a?os justos, Italia y el Vaticano se separaron en dos Estados. Ahora, los chacales han unido otra vez sus destinos. La pobre Eluana ha escapado a tiempo. La pobre Italia deber¨¢ convivir con ellos.
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