La desconfianza se instala en el PP tras los ¨²ltimos esc¨¢ndalos

La desconfianza ha terminado por instalarse en el seno del PP tras los ¨²ltimos esc¨¢ndalos relacionados con el Gobierno valenciano que preside Francisco Camps. La publicaci¨®n en EL PA?S de que el consejero de Gobernaci¨®n, Seraf¨ªn Castellano, adjudic¨® obras a la constructora de Jos¨¦ Miguel Taroncher, un amigo ¨ªntimo suyo con quien comparte la afici¨®n por el parany (un arte de caza declarado ilegal por el Tribunal Supremo en 2005) en una finca comprada a medias por las esposas de ambos, ha terminado por dinamitar las complicidades en el seno del Gobierno valenciano. El esc¨¢ndalo del parany y las contrataciones realizadas por Castellano se suma a la incertidumbre del sumario que instruye el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garz¨®n sobre la trama corrupta relacionada con personas del PP.

En el partido existe la convicci¨®n de que la informaci¨®n ha salido de dentro

Rambla comparece para hablar de la contrataci¨®n a Orange Market

Al ambiente de tensa espera por conocer finalmente a qu¨¦ personas aforadas en la Comunidad Valenciana se referir¨¢ el auto del juez Garz¨®n se suma la perplejidad de distintos cargos populares ante la pasividad del presidente de la Generalitat, Francisco Camps. El jefe del Consell ha optado por resguardarse y dejar que den la cara el vicepresidente primero, Vicente Rambla; la consejera de Turismo, ?ngelica Such; y el secretario regional del PP, Ricardo Costa, en el complicado asunto de las contrataciones de la Generalitat con Orange Market, la principal organizadora de eventos del PP regional y que figura en la trama de empresas corruptas que investiga el juez Garz¨®n.

Camps s¨®lo se pronunci¨® al respecto en la sesi¨®n de control de las Cortes Valencianas el pasado jueves a preguntas de la oposici¨®n. Situaci¨®n que volver¨¢ a reproducirse hoy, aunque con un nuevo esc¨¢ndalo encima de la mesa, el del consejero de Gobernaci¨®n, y con el hecho de que el sumario que se instruye en la Audiencia Nacional ponga en evidencia la posici¨®n del presidente de la Generalitat.

Distintos cargos del PP coincidieron ayer en mostrar su convicci¨®n de que los esc¨¢ndalos han surgido del interior del propio partido. Situaci¨®n que hace m¨¢s impredecible la evoluci¨®n de los acontecimientos y la capacidad de recuperar la iniciativa.La comparencia de Camps en la sesi¨®n de control de las Cortes Valencianas se produce hoy en un contexto diferente al de hace una semana. A la imputaci¨®n de un muy alto cargo del Gobierno valenciano por parte del juez Baltasar Garz¨®n se une el esc¨¢ndalo relacionado con el consejero de Gobernaci¨®n, Seraf¨ªn Castellano, que tiene matices propios.

Por un lado, est¨¢ la supuesta ilegalidad cometida por el consejero, que, en un terreno del que es copropietario, tiene un parany. Un instrumento de caza declarado ilegal, tanto por el Tribunal Superior de Justicia como por el Tribunal Supremo. Esta situaci¨®n coloca a Castellano, obligado como consejero a defender la legalidad vigente, ante una situaci¨®n dif¨ªcilmente sostenible. Aunque fue el propio Camps el que la semana pasada abri¨® un espacio nuevo para la insumisi¨®n ante los tribunales al afirmar que, en contra de lo que se?alan las sentencias judiciales, nunca aceptar¨¢ homologar los t¨ªtulos de valenciano y catal¨¢n. En este sentido, el Gobierno valenciano trabajaba ayer en la b¨²squeda de excepciones al tema del parany que permitan colocar una l¨ªnea de defensa.

Por otro lado, Castellano vuelve a colocar el foco en la poca transparencia de la Generalitat a la hora de adjudicar contratos y c¨®mo esta opacidad acaba por beneficiar a las amistades. "Lo ¨¦tico es cumplir la legalidad", afirm¨® el pasado martes el consejero de Gobernaci¨®n en referencia a la concesi¨®n de contratos a Construcciones Taroncher, empresa que dirige un amigo ¨ªntimo de Castellano. Una sentencia que resulta imposible de aplicar a la pr¨¢ctica del parany, pero tras la que el consejero se parapeta para justificar su decisi¨®n de beneficiar a uno de sus allegados.

De hecho, las contrataciones a amigos y familiares relacionados con miembros del Consell es una de las cuestiones que m¨¢s quebraderos de cabeza est¨¢ dando al presidente de la Generalitat, que la semana pasada confes¨® que "nunca" pregunta por "expediente alguno".

Ayer mismo, el vicepresidente tercero y consejero de Bienestar Social, Juan Cotino, tuvo que ver c¨®mo los socialistas le interrogaban sobre las adjudicaciones a empresas participadas por su familia. La oposici¨®n tambi¨¦n pregunt¨® a la consejera de Cultura, Trinidad Mir¨®, por la contrataci¨®n de una cu?ada de Camps.

Y hoy, el vicepresidente primero, Vicente Rambla, acudir¨¢ a petici¨®n propia a la comisi¨®n de Industria de las Cortes para dar cuenta de un contrato adjudicado a Orange Market, la empresa de ?lvaro P¨¦rez, que mont¨® la campa?a electoral del jefe del Consell en 2007 cuando el propio Rambla era el responsable del PP regional.

Rambla explicar¨¢, previsiblemente, la contrataci¨®n de Orange Market, a trav¨¦s de la empresa p¨²blica Sociedad Gestora para la Imagen Promocional y Estrat¨¦gica de la Comunidad Valenciana, de la cabalgata de la salida de la vuelta al mundo de veleros Volvo Ocean Race, desde Alicante, y por importe de 445.000 euros.

Aproximadamente a la misma hora est¨¢ previsto que, en Madrid, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar interrogue a C¨¢ndido Herrero, consejero delegado de Orange Market.

La decisi¨®n de Garz¨®n de concluir los interrogatorios a los 37 imputados en la Operaci¨®n G¨¹rtel puede prolongar la instrucci¨®n del sumario hasta el pr¨®ximo 4 de marzo.

La Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n solicit¨® ayer al juez que se inhiba de la instrucci¨®n en favor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, y en "determinados hechos" en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana al entender que entre los imputados puede haber personas aforadas de los gobiernos o los Parlamentos auton¨®micos.

La prolongaci¨®n de la instrucci¨®n del sumario es una dificultad a?adida para Camps que no logra recuperar la iniciativa pol¨ªtica.