Vuelven las espadas al Ateneo
La instituci¨®n y los comerciantes del barrio crean una escuela de esgrima
Los aceros vuelven a chocar en el barrio de las Letras. Apenas a unos metros de donde vivieran Lope de Vega, Miguel de Cervantes y Francisco de Quevedo, todos ellos hombres de pluma y de armas, el arte de batirse con sable, espada y florete revivi¨® anoche con vigorosa pujanza. Reveses, tajos y estocadas restallaron en metales al caer la tarde, precisamente en la calle del Prado, junto al d¨¦dalo de callejuelas donde, hace cuatro siglos, muchos caballeros y alguna dama, como la princesa de ?boli, aplicaran certeramente la ciencia creada en 1582 por Jer¨®nimo S¨¢nchez de Carranza y perfeccionada en 1600 por su disc¨ªpulo Luis Pacheco de Narv¨¢ez. Su arte consist¨ªa en medir la fuerza de la inteligencia conjugada con la velocidad del m¨²sculo desde el filo de un arma blanca y con ¨¦l alumbraron, por cierto, el ¨²nico deporte ol¨ªmpico de cu?o espa?ol.
Ni?os y adultos tomar¨¢n clases del ¨²nico deporte ol¨ªmpico espa?ol
Los brazos de una dama, la actriz Ver¨®nica Valiente, y los de cuatro varones, Alejandro Pantany, Andr¨¦s Arco, Juan Carlos Puerta y Jes¨²s Esperanza, este ¨²ltimo maestro de esgrima, midieron su destreza armada sobre el escenario del sal¨®n de actos del Ateneo Cient¨ªfico, Art¨ªstico y Literario de la calle del Prado, 21. De tal manera anunciaban, chocando sus aceros, el retorno a la decana instituci¨®n cultural madrile?a de la esgrima que estuvo presente en sus salones hasta bien entrado el siglo XX. As¨ª, en el inventario hecho en 1913 por el entonces secretario del Ateneo, Manuel Aza?a, consignaba la existencia de hasta 24 floretes, m¨¢s sables, espadas, guantes y m¨¢scaras para el uso de los socios. Ahora, la direcci¨®n atene¨ªsta y la Asociaci¨®n de Comerciantes del Barrio de las Letras -evocando a atene¨ªstas de nombrad¨ªa como el general Casta?os, el duque de Rivas o Ram¨®n del Valle-Incl¨¢n, que ejercieron la esgrima-, acuerdan resucitar la pr¨¢ctica de tal deporte mediante una Escuela de Esgrima para gentes de todas las edades.
Se alojar¨¢ en una sala de su quinta planta. Dos d¨ªas a la semana, los martes y los jueves, por 40 euros los menores de 15 a?os, 48 euros los menores de 18 y 60 euros los mayores de esta edad, podr¨¢n recibir clases de esgrima deportiva de una hora de duraci¨®n. Adem¨¢s, los viernes, la Cacharrer¨ªa ser¨¢ escenario de asaltos, es decir, pruebas de esgrima esc¨¦nica. Dirige la escuela Jes¨²s Esperanza, maestro de esgrima y entrenador del equipo nacional de florete, adem¨¢s de asesor de filmes como El capit¨¢n Alatriste o La dama boba. ?l no s¨®lo se bate con elegante desenvoltura, como demostr¨® al tirar contra sus mejores alumnos, sino que, adem¨¢s, es un estudioso de la historia de la esgrima. Y recuerda que el Ateneo tuvo por maestros de esgrima a dos de los grandes, Afrodisio Aparicio y ?ngel Lancho. "Sus alumnos se enfrentaron en duelo y ellos acabaron bati¨¦ndose, para resultar luego grandes amigos", explica.
Un veterano atene¨ªsta, el profesor Antonio L¨®pez Campillo, durante el acto de presentaci¨®n de la escuela, record¨® que en su mocedad, aprendi¨® a batirse en su pueblo y cuando lleg¨® a Madrid, en el Instituto Cardenal Cisneros, en la clase de gimnasia se impart¨ªan cursos de esgrima. "Es un arte que ense?a a comprender al otro y a combatir la violencia aprendiendo, precisamente, a impedirla", destac¨® el cient¨ªfico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.