La paja en el ojo ajeno

Hace algo m¨¢s de un mes que el Parlamento de la Comunidad de Madrid, a propuesta del Gobierno presidido por Esperanza Aguirre, aprob¨® mediante la Ley de acompa?amiento de los Presupuestos de la comunidad, una reforma de la Ley de Cajas de Ahorro, con la finalidad expresamente declarada de impedir que siguiera siendo presidente de Caja Madrid Miguel Blesa y proceder a sus sustituci¨®n por Manuel Pizarro. Desde entonces se suceden las escaramuzas de naturaleza pol¨ªtica y jur¨ªdica entre los actuales gestores de la Caja y los miembros del Gobierno de la comunidad, de las que van informando puntualmente los medios de comunicaci¨®n.

?Se imagina alguien la que se habr¨ªa montado si el presidente de la Generalitat de Catalu?a o el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa hubieran actuado de la misma manera que la presidenta de la Comunidad de Madrid, con la finalidad de sustituir al presidente de La Caixa o de Unicaja? ?Qu¨¦ es lo que no se estar¨ªa diciendo de Jos¨¦ Montilla y de Manuel Chaves y de su af¨¢n de controlar pol¨ªticamente a las entidades financieras?

En Andaluc¨ªa, con ocasi¨®n de la aplicaci¨®n de la Ley de Cajas de Ahorros de 2001, ya tuvimos ocasi¨®n de ver como se las gasta el PP, que no dud¨® en alterar nada menos que la distribuci¨®n de competencias entre el Estado y la Comunidad Aut¨®noma de Andaluc¨ªa definida en la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa y utiliz¨® su posici¨®n como Gobierno de la Naci¨®n para tomar la decisi¨®n ins¨®lita de sustraer a Cajasur de la competencia de la comunidad aut¨®noma, para trasladarla al Estado, pasando a ser el Ministerio de Hacienda, ocupado por Rodrigo Rato, el que tuvo la atribuci¨®n de supervisar la acci¨®n de la caja andaluza en lugar de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa y Hacienda, ocupada por Magdalena ?lvarez. Para ello se sirvi¨® de manera torticera de los Acuerdos con la Santa Sede de enero de 1979.

El PP no ha tenido el menor reparo en intervenir pol¨ªticamente en la gesti¨®n de las Cajas de Ahorro, llegando a l¨ªmites en las comunidades en las que gobierna que no admite comparaci¨®n con lo que ocurre en las dem¨¢s.

Tal vez por eso y porque, como dice el conocido refr¨¢n, piensa que todos son de su condici¨®n, se haya reaccionado con tanta virulencia ante el inicio del proceso de fusi¨®n de Unicaja y de la Caja de Castilla la Mancha, lleg¨¢ndose incluso a abrir un expediente a dos de los miembros del consejo de administraci¨®n de la Caja castellano manchega por no presentar su dimisi¨®n con la finalidad de torpedear la posible fusi¨®n.

No creo que exista o al menos no se ha evidenciado la existencia de la m¨¢s m¨ªnima prueba de que estemos ante una operaci¨®n de naturaleza pol¨ªtica orquestada por los presidentes de la Junta de Andaluc¨ªa y de Castilla la Mancha, sino ante una operaci¨®n econ¨®mico-financiera, en la que la iniciativa y el control del proceso va estar dominado por los propios consejos de administraci¨®n y en la que la interferencia pol¨ªtica est¨¢ siendo m¨ªnima.

No son los Gobiernos andaluz y castellano-manchego los protagonistas de la decisi¨®n, sino que, de haber alguno, ser¨ªa el Banco de Espa?a. Ojal¨¢ el respeto que se est¨¢ produciendo en este caso por parte del poder pol¨ªtico se extendiera al funcionamiento de las cajas de ahorro en todas las comunidades aut¨®nomas y no se repitieran conductas que son completamente injustificables.

En todo caso, ser¨ªa de esperar que se fijara una posici¨®n clara, sin ambig¨¹edades por parte del PP en Andaluc¨ªa. No del PP en M¨¢laga, sino del PP en Andaluc¨ªa, pues no nos encontramos ante un problema provincial, sino ante un problema que interesa al conjunto de la comunidad.