El "presidente de todos" que nunca so?¨® con San Caetano
Emilio P¨¦rez Touri?o "refund¨®" el PSdeG con un bagaje universitario de comunista y experto en infraestructuras
Emilio P¨¦rez Touri?o ya hab¨ªa decidido, tras el batacazo electoral del Partido Comunista en 1982, pasar la p¨¢gina de su dedicaci¨®n pol¨ªtica para volcarse en la universitaria. Pero Abel Caballero, nombrado ministro de Transportes, le llam¨® en 1985 para que fuera su jefe de gabinete. Era un marr¨®n, pero tampoco pod¨ªa negarle una mano al amigo de las primeras batallas electorales, cuando ambos, junto con Dolores Villarino, iban a mitinear por villas y aldeas y, a la voz de "?que vienen los comunistas!", la gente se escond¨ªa y ten¨ªan que suspender el acto porque sencillamente no iba nadie a escucharles. Touri?o se fue con Caballero para un a?o y se qued¨® nueve en Madrid.
Esa ardua etapa madrile?a puso a prueba su gran capacidad de trabajo y centr¨® su posterior dedicaci¨®n de estudioso de las infraestructuras como factor de desarrollo. Los ministros Barrionuevo y Borrell, que relevaron sucesivamente a Caballero en el Ministerio de Transportes, dejaron en sus manos la gesti¨®n de la construcci¨®n de las autov¨ªas y del AVE a Sevilla, sello de los gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez en la modernizaci¨®n de Espa?a. Tambi¨¦n se acab¨® en esos a?os, a los 30 de inaugurarse el puente de Rande, la AP-9, otro hito que ¨¦l mira siempre que pasa, condensado, en el abeto que plant¨® cuando inauguraron el puente que cruza la r¨ªa de Pontevedra, su ciudad.
Naci¨® circunstancialmente en A Coru?a (1948) . A los pocos meses la familia se instal¨® en el barrio de A Eiri?a, en Pontevedra, manteniendo una estrecha relaci¨®n con la parentela de las aldeas de Barro-Gomariz y Tenorio-Cotobade. La abuela Rudesinda, que muri¨® sin saber leer ni escribir, vive en la memoria de Touri?o asociada a la felicidad de su infancia. Hasta que, cuando ten¨ªa 12 a?os, muri¨® de leucemia su ¨²nico hermano, que ten¨ªa 15, y ya nada volvi¨® a ser igual: tampoco su car¨¢cter, cargado de melancol¨ªa.
En el colegio de la Inmaculada contact¨® con los movimientos cristianos de base que le acompa?ar¨ªan despu¨¦s en su iniciaci¨®n comunista. No hab¨ªa superado las pruebas para entrar en la Academia Naval de Mar¨ªn -fue su primera vocaci¨®n, marino militar- y sopesaba si estudiar Pol¨ªticas o Periodismo cuando se anunci¨® la apertura, en el curso 1967-68, de la Facultad de Econ¨®micas en Santiago: aqu¨ª se matricul¨®. Y en la contestaci¨®n m¨ªtica del momento, de floraci¨®n asamblearia, y en el noviazgo con Esther, desde los 19 a?os. Fue un l¨ªder universitario a quien el PC le parec¨ªa blando, reformista, y fund¨® Bandera Roja para ponerse a su izquierda. Pero acab¨® en el PC.
Viv¨ªa en la Residencia de Militares, hoy sede del Valedor do Pobo, donde escond¨ªa los panfletos y la propaganda clandestina. No le pillaron, pero los informes que le se?alaban comunista, rojo y peligroso, le impidieron cumplir el servicio en las milicias universitarias. Hizo una mili normal, sembrada de guardias y desfiles en primera l¨ªnea, de gastador, por su estatura. Beiras le dio matr¨ªculas de honor, acompa?¨® a Anxo Guerrerio, secretario general del PCG, como asesor en la negociaci¨®n de los Pactos del Hostal que alumbraron el Estatuto de Autonom¨ªa y fue vicerrector de la universidad compostelana.
En otra escapada de un a?o a Madrid, comparti¨® apartamento con su hijo, que hac¨ªa oposiciones al Banco de Espa?a, encarg¨¢ndose ¨¦l de la compra y la cocina. Entonces estrech¨® relaciones con Jos¨¦ Blanco, luego determinantes de su apuesta por Rodr¨ªguez Zapatero. Cuando el congreso de Ourense le elige l¨ªder para "refundar" el partido, tiende puentes al BNG, traga los sapos que Paco V¨¢zquez le pone en la mesa por ese motivo y gesta, con orgullo izquierdista, el "cambio tranquilo" que le llevar¨¢ a la Xunta. Antes de ser candidato, nunca so?¨® con gobernar Galicia. Ha espantado a algunos colaboradores por sus raptos de mal humor y una operaci¨®n de vegetaciones le elimin¨® los carraspeos, pero no su a veces extra?a dicci¨®n.
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