La c¨¢mara de Di¨®genes
Vive rodeado de desechos, de muebles rotos, cacharros y caos, entre libros, papeles, fotos y lienzos tirados por el suelo, entre la mugre y la miseria. Miroslav Tich? (Moravia, 1926) decidi¨® automarginarse en los a?os sesenta y el tiempo no ha logrado m¨¢s que radicalizar su posici¨®n. Lo ha hecho pac¨ªficamente, sin alardes ni rabia. Del mismo modo en que fue tomando fotos de la gente -sobre todo mujeres- de Kyjov, su ciudad, con c¨¢maras hechas a mano, deliberadamente pobres, como ¨¦l. Casi nada es casual en el aparente descuido o dejadez de este hombre y su entorno. Tich? es un nuevo Di¨®genes, el fil¨®sofo c¨ªnico que viv¨ªa dentro de un tonel haciendo de su indigencia virtud. Hace unos a?os fue "descubierto" por el pope del arte contempor¨¢neo Harald Szeemann, que organiz¨® su primera muestra internacional en Sevilla, durante la Bienal de Artes de esa ciudad, en 2004. El a?o pasado, el Centro Pompidou de Par¨ªs le dedic¨® una retrospectiva. Estos d¨ªas coinciden dos exposiciones de su trabajo en Madrid y Palma de Mallorca.
Ante la omnipresencia de la fotograf¨ªa digital, Miroslav Tich? representa el camino opuesto. Im¨¢genes borrosas, rayadas o subexpuestas, impresas sobre papeles rasgados a mano, enmarcados a veces por cartones coloreados. Un universo po¨¦tico, sensual, misterioso, manual. Y no por ello resulta primitivo. "Si quieres ser famoso tienes que hacer algo y hacerlo peor que cualquier persona del mundo entero", afirma Tich?. C¨ªnico. Fil¨®sofo. Lo dice en el documental Tarz¨¢n jubilado, de su protector, estudioso y coleccionista Roman Buxbaum.
Perseguido constantemente por la polic¨ªa comunista, Tich? pas¨® m¨¢s de tres d¨¦cadas entrando y saliendo de prisiones y psiqui¨¢tricos. T¨ªmido e introvertido, estudiaba en la Escuela de Bellas Artes de Praga durante la posguerra, cuando el nuevo r¨¦gimen dictatorial cambi¨® las modelos para dibujo del natural por obreros con mono. Le pareci¨® intolerable. Unido a un grupo de artistas rebeldes a la est¨¦tica oficial durante un tiempo, termin¨® por dejar de lado la pintura por la fotograf¨ªa. Fue entonces cuando recuper¨® a sus a?oradas modelos: mujeres tomando el sol, sentadas en el parque, caminando por la calle. Casi no hay hombres en esa Kyjov ideal, habitada s¨®lo por sus musas. El para¨ªso de un voyeur. De un refinado cazador de belleza. Aunque el ascetismo de Tich? no cede un ¨¢pice. "Placer es una palabra que rechazo absolutamente. ?C¨®mo podr¨ªa un esc¨¦ptico como yo sentir placer? Descarto sentimientos tan ef¨ªmeros como el placer".
Los ni?os se asustaban de sus ropas ra¨ªdas, su barba asilvestrada. Pero ni ellos ni las mujeres perseguidas desde lejos pensaban que hiciera fotos de verdad, sino que s¨®lo fing¨ªa con esas c¨¢maras estrafalarias. Pero todas funcionaban porque Tich? quer¨ªa demostrar que era capaz de valerse por s¨ª solo. "Las imperfecciones forman parte de cada foto. Son su poes¨ªa y lo que le otorga cualidades pict¨®ricas. Para eso necesitas una mala c¨¢mara", opina.
Sal¨ªa de casa al amanecer y tir¨® unas cien fotos diarias, durante a?os. "Nunca he hecho otra cosa que dejar pasar el tiempo", afirma en el documental que se exhibe en la galer¨ªa madrile?a. "Soy s¨®lo un observador de personas, pero uno muy bueno". Respecto al erotismo en sus im¨¢genes, le resta importancia. "Son s¨®lo sue?os, fantas¨ªas. Cuando hago fotos no pienso en nada". "?Qu¨¦ es arte? El arte es s¨®lo una idea", dice citando a Schopenhauer, y en otro momento a Plat¨®n y su caverna de sombras. No es un idiot savant, ni el suyo es un arte de enajenados como el art brut. S¨®lo es capaz de crear en estados de lucidez y sabe lo que hace al pisotear las fotos o dejarlas expuestas al mal tiempo, para recuperarlas despu¨¦s y enmarcarlas a su manera. Recluido en su exilio interior, no quiso saber nada de exposiciones en m¨¢s de treinta a?os. Ha ido reduciendo su existencia a lo m¨¢s esencial para la supervivencia. Y, sin embargo, como dijo Szeemann, "la intensidad siempre encuentra su camino".
Miroslav Tich?. Prayers, dreams and goddesses. Galer¨ªa Kewenig. Sant Feliu, s/n. Palma de Mallorca. Hasta el 11 de abril. Miroslav Tich?. Ivorypress. Comandante Zorita, 48. Madrid. Hasta el 15 de abril.
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