Cumplea?os del locutor sensible
Juan de Pablos, 30 a?os de leyenda del programa radiof¨®nico 'Flor de pasi¨®n'
Juan de Pablos ha perdido la cuenta de las veces que ha llorado en antena. La ¨²ltima fue ayer mismo. Bueno, no: en el instante final se contuvo. Tuvo que utilizar una t¨¦cnica dolorosa. Vio llegar el momento cuando la garganta comenz¨® a anudarse a su cuello. Y puso remedio: se mordi¨® el labio hasta hacerlo sangrar. Pero no cay¨® ni una l¨¢grima. Objetivo cumplido. No, a este cacere?o de 61 a?os no le ruboriza que sus oyentes escuchen sus lamentos. Se trata m¨¢s bien de una medida de protecci¨®n, de no acabar todos los d¨ªas el programa con la sensaci¨®n de que te ha pasado un tranv¨ªa por encima y te ha dejado hecho papilla para el resto del d¨ªa.
Queda decir por qu¨¦ llora Juan de Pablos. Todo tiene que ver con la emoci¨®n que le producen ciertas canciones. Por eso, y porque es una persona con la escotilla de la sensibilidad siempre abierta. Persona de sensibilidad exquisita y de sentimientos elevados. As¨ª lleva 30 a?os, los que cumple su programa radiof¨®nico (de lunes a viernes en RNE 3, 19.00) Flor de pasi¨®n, un espacio sin normas, una sesi¨®n de terapia en la que no se sabe muy bien qui¨¦n es el psic¨®logo y qui¨¦n el que ocupa el div¨¢n.
En el estudio siempre le quita el "preservativo" al micr¨®fono
Lo primero que hace Juan de Pablos cuando entra en el estudio de Radio Nacional es "quitarle el preservativo al micr¨®fono". Algo desali?ado, con las gafas desliz¨¢ndose por su nariz, agarra el micro con mimo y le despoja de la esponjilla roja, artilugio que sirve para eliminar sonidos ?inc¨®modos?, como la respiraci¨®n del locutor, onomatopeyas bucales, la voz quebrada cuando se emociona, esos "mmmm" de gustirrin¨ªn que provoca una canci¨®n bella... Pero la cosm¨¦tica no ocupa el equipaje de este hombre. "Le quito la esponja al micr¨®fono y as¨ª consigo alta fidelidad", comenta. ?se es uno de los secretos de su estilo, cercano, sin intermediarios. Encuentras el dial y escuchas la respiraci¨®n, los sonidos de las sonrisas, las dudas, los despistes, la genialidad de alguien extremadamente t¨ªmido. Sentimientos a flor de piel (de pasi¨®n).
Lo curioso es que este hombre se posiciona todos los d¨ªas delante de un micr¨®fono gracias a que le pillaron copiando en un examen en la facultad. "Llevaba unas chuletillas", explica, "escondidas. En realidad, no s¨¦ por qu¨¦ las saqu¨¦, ya que eran ilegibles. El caso es que el catedr¨¢tico las vio y me suspendi¨®. Fue un bochorno, delante de toda la gente... Vaya colof¨®n a mi carrera". En ese momento se perdi¨® un ingeniero agr¨®nomo y se gan¨® una eminencia musical.
Juan de Pablos recuerda la canci¨®n con la que abri¨® el primer Flor de pasi¨®n, el 22 de enero de 1979. "Fue un tema de Steve Miller Band llamado Enter Maurice. Lo puse porque fue un homenaje a un amigo que hab¨ªa fallecido un a?o antes y que era el que me tra¨ªa los discos de EE UU, de Van Morrison y del mismo Steve Miller". La filosof¨ªa musical del programa es sencilla: lo que no puedas contar en dos minutos, mejor no hacerlo. De Pablos tuvo una revelaci¨®n cuando ley¨® el libro Awopbopaloobop..., de Nik Cohn: "Eran los a?os setenta y yo estaba obsesionado con el rock sinf¨®nico. Pero no le pillaba el tranquillo a esos temas largu¨ªsimos. Cuando le¨ª aquel libro descubr¨ª a Buddy Holly, Eddie Cochran, Jerry Lee Lewis y sus canciones breves y directas. Y pens¨¦: 'Esto es lo que me gusta". El men¨² musical es m¨¢s amplio que el de cualquier restaurante. Para resumir: de Luis Aguil¨¦ a los Rolling Stones.
De Pablos recuerda el momento m¨¢s dif¨ªcil de estos 30 a?os de Flor de pasi¨®n. Fue hace 10 a?os, cuando, tras enterrar a su madre, tuvo que hacer el programa. Se le quiebra la voz cuando lo cuenta: "Mi madre es la persona que m¨¢s ha condicionado mi vida. Siempre he estado muy enmadrado. Pas¨® una semana de agon¨ªa y falleci¨® un s¨¢bado. El domingo tuve que hacer el programa. Fue terrible".
En su casa de la avenida de Am¨¦rica guarda su tesoro, m¨¢s de 20.000 vinilos invaden el piso, con lugar especial para sus tres iconos: Carole King, Todd Rundgren y Michel Polnareff. No tiene hijos y su mujer vive a 400 kil¨®metros. "Otra de mis penas", comenta. "Nos vemos s¨®lo los fines de semana".
A pesar de haber pasado los 60, respira juventud: contin¨²a visitando garitos (donde pincha) y descubriendo a nuevos grupos. Anoche estuvo rodeado de bandas j¨®venes (como Amigos Imaginarios, Mate o Escarlatinas), en el homenaje que se le brinda por el 30? cumplea?os de Flor de pasi¨®n, y hoy repite. Seguro que se le saltan algunas l¨¢grimas. Su labio lo agradecer¨¢.
30? Aniversario de Flor de pasi¨®n. S¨¢bado 28, 21.30. Sala Siroco (San Dimas, 3). 10 euros.
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