El 'bucle' del Prado
El Prado abri¨® sus puertas en 1819, y al principio la pinacoteca no era nada m¨¢s que lo que hoy conocemos como su emblem¨¢tica galer¨ªa central. En ese espacio llegaron a exhibirse unas 465 obras, frente a las 60 que cuelgan hoy de sus paredes. Poco a poco fueron incorpor¨¢ndose las salas adyacentes y el museo fue creciendo. La ¨²ltima gran ampliaci¨®n, realizada por Rafael Moneo e inaugurada en 2007, conect¨® el edificio Villanueva con el entorno del claustro de los Jer¨®nimos, y gan¨® as¨ª 16.000 metros cuadrados. En el nuevo espacio ahora hay sitio para todo: nuevas exposiciones, biblioteca, sal¨®n de actos, tienda...
Ha llegado pues la hora de intervenir en el edificio Villanueva, y a ese proyecto se lo ha denominado "la otra ampliaci¨®n". Con la actual reorganizaci¨®n, el viejo Prado ha ganado 25 nuevas salas, lo que representa un 25% m¨¢s de espacio. De lo que se trata es de reorganizar la colecci¨®n y de a?adir unas 500 obras al millar que actualmente se exponen. Todo va a ir haci¨¦ndose poco a poco, sin alterar el funcionamiento del museo, y el a?o 2012 la propuesta definitiva se habr¨¢ realizado ya. Las mayores novedades: la incorporaci¨®n de 120 pinturas y alrededor de 20 esculturas del siglo XIX y una nueva disposici¨®n de las obras de Goya en la zona sur de la pinacoteca.
Se dice del arte que es la nueva religi¨®n de nuestros d¨ªas, y el Prado ha decidido tratar de la mejor manera posible a los nuevos fieles. Imaginen, simplemente, que nada hubiera cambiado y que las masas de turistas que recorren hoy el museo tuvieran que api?arse en su nave central para ver ?465 obras!, y no las 60 de las que pueden disfrutar ahora. Espacio, para que puedan respirar los cuadros y los visitantes, y la reordenaci¨®n de su colecci¨®n: ¨¦sas son las claves que abren el Prado hacia el futuro.
Gabriele Finaldi, director adjunto de Conservaci¨®n del museo, realiz¨® el lunes un simulacro de la visita ideal que podr¨¢ hacerse cuando finalice la reordenaci¨®n. El periplo propuesto sigue un orden cronol¨®gico y por escuelas, y desde la sala de las Musas realiza un bucle de norte a sur por las tres plantas del edificio. Un bucle -variedad y repetici¨®n-, un t¨¦rmino barroco que hoy se aplica a un loop de programaci¨®n. El pasado disparado hacia el futuro.
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