Una bandera para Espa?a
Durante las ¨²ltimas d¨¦cadas, la actividad econ¨®mica espa?ola ha tenido que enfrentarse a un importante retraso tecnol¨®gico en la mayor¨ªa de los sectores industriales a la hora de competir internacionalmente. Algunos casos como las energ¨ªas renovables o ejemplos empresariales como Indra, han sido la excepci¨®n que confirma la regla.
El tir¨®n econ¨®mico de esos a?os, el incremento del poder adquisitivo de los ciudadanos espa?oles y las ventajas de una mano de obra m¨¢s barata que la del entorno europeo donde iban a parar las tres cuartas partes de los coches que se fabricaran aqu¨ª, propiciaron la instalaci¨®n de casi todas las grandes marcas. Espa?a lleg¨® a convertirse en el quinto fabricante mundial de autom¨®viles -¨²ltimamente nos han pasado China, Corea y Brasil y est¨¢n pidiendo paso Canad¨¢, India y M¨¦xico-. Aqu¨ª se producen m¨¢s de tres millones de unidades con una capacidad bastante superior.
Pero nos encontramos ante una situaci¨®n crucial cuya salida afecta a importantes indicadores econ¨®micos como el PIB o el ¨ªndice de poblaci¨®n activa.
As¨ª las cosas, factores como el cambio clim¨¢tico, el incierto agotamiento de las reservas de combustibles f¨®siles, con el cierto incremento constante de los precios en condiciones de normalidad, o la creciente sensibilidad social por alternativas medioambientales m¨¢s sostenibles est¨¢n generando una demanda que el Ministerio de Industria ha decidido capitalizar enarbolando la bandera del coche el¨¦ctrico made in Spain.
Desde hace alg¨²n tiempo se celebran conversaciones a tres bandas entre la Administraci¨®n, los fabricantes de autom¨®viles y las compa?¨ªas el¨¦ctricas tratando de encontrar el camino m¨¢s corto y eficaz para la implantaci¨®n de un nuevo sistema de movilidad que todo el mundo sabe que no ser¨¢ definitivo, pero que puede ocupar su parcela en la diversificaci¨®n de fuentes energ¨¦ticas a la que estamos abocados.
De momento, no hay decisiones definitivas: est¨¢ por ver si se potenciar¨¢ la red el¨¦ctrica actual para soportar la implantaci¨®n de cargas r¨¢pidas durante el d¨ªa que permitan recorrer m¨¢s de 200 kil¨®metros o si se impondr¨¢ un sistema de cambio r¨¢pido de bater¨ªas, o si se desarrollar¨¢n los motores h¨ªbridos "enchufables" hasta que se impongan tama?os m¨¢s reducidos con mayor capacidad energ¨¦tica. Hay muchas soluciones, que convivir¨¢n por un tiempo.
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