Emigrantes fuera de plano

"El ¨¦xodo de tres millones de espa?oles, entre mediados de los cincuenta y los setenta, en busca de trabajo y una vida mejor apenas sirvi¨® como argumento de media docena de pel¨ªculas de inter¨¦s". La rotunda frase pertenece a Alicia Alted, historiadora y experta en el tema. Salvo Surcos (J. A. Nieves Conde, 1951), La piel quemada (Jos¨¦ Mar¨ªa Forn, 1967), Espa?olas en Par¨ªs (Roberto Bodegas, 1971) o Un franco, 14 pesetas (Carlos Iglesias, 2006) pocos han sido los filmes con calidad y dignidad que se han ocupado del drama de la emigraci¨®n. Una suma de censura pol¨ªtica, desinter¨¦s social y complejo de inferioridad explicar¨ªan que el cine espa?ol diera la espalda a la emigraci¨®n. Ahora bien, cuando hemos pasado de pa¨ªs pobre a sociedad rica, los inmigrantes tampoco interesan a la gran pantalla.

"Intentamos olvidar que fuimos pobres, nos da verg¨¹enza", dice Carlos Iglesias

Un ciclo titulado Migraci¨®n y cine, con proyecci¨®n de pel¨ªculas y debates con la participaci¨®n de historiadores, directores y actores ha denunciado en Madrid durante esta semana la escasa atenci¨®n a uno de los fen¨®menos sociales m¨¢s relevantes. Alicia Alted, directora del ciclo que concluye hoy, apostilla: "El cine fue un reflejo del desinter¨¦s social hacia una emigraci¨®n que se viv¨ªa en el plano familiar, pero no en el social. Adem¨¢s, a la dictadura no le interesaba que trascendieran unos movimientos de poblaci¨®n que aliviaban conflictos y supon¨ªan, a la vez, una llegada de divisas".

En tiempos recientes, se recoge m¨¢s el tema, con Espa?a al otro lado de la barrera, en t¨ªtulos como Flores de otro mundo (Iciar Bolla¨ªn, 1999) Bwana (Imanol Uribe, 1996) o Cosas que dej¨¦ en La Habana (Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, 1997). "No obstante", cuenta el actor y director Carlos Iglesias, hijo de emigrantes, "hemos intentado olvidar que fuimos pobres, nos da verg¨¹enza. Adem¨¢s, en la actualidad jugamos descaradamente a ser nuevos ricos. Me indigna que espa?oles de hoy, descendientes muchos de ellos de emigrantes, humillen a los trabajadores extranjeros". Opina el responsable de Un franco, 14 pesetas, una pel¨ªcula que obtuvo ¨¦xito comercial y buenas cr¨ªticas, que "los productores deben cambiar su actitud de que un cine sobre emigrantes equivale a un fracaso seguro".

Autora del documental Extranjeras y vecina del mestizo barrio madrile?o de Lavapi¨¦s, la cineasta Helena Taberna se?ala: "Existe un prejuicio contra el cine de emigrantes cuando un g¨¦nero no es sin¨®nimo de nada. Sencillamente hay buen cine o mal cine y la emigraci¨®n, al igual que la guerra civil, incluye un material dram¨¢tico excelente".