"Perd¨ª la raz¨®n igual que el protagonista de mi novela"
Valencia
Luis Leante (Caravaca de la Cruz, Murcia, 1963) promociona ahora su ¨²ltima novela, La Luna Roja, dos a?os despu¨¦s de ganar el premio Alfaguara con Mira si yo te querr¨¦. Pero en los dos ¨²ltimos d¨ªas ha salido en la prensa por un hecho m¨¢s escandaloso que literario: ha pasado d¨ªa y medio detenido por arrancar dos videoc¨¢maras de vigilancia en los pasillos del instituto en el que imparte clase de Lat¨ªn.
Pregunta. ?El premio Alfaguara le ha cambiado la vida?
Respuesta. En lo privado, poco. Pero en lo literario, much¨ªsimo. No es lo mismo escribir para 1.000 lectores que para un p¨²blico m¨¢s amplio, de muchos pa¨ªses y en muchos idiomas.
P. ?C¨®mo aborda esta novela?
"Los alumnos, es muy importante, no me han visto como un delincuente"
"Las generaciones futuras son m¨¢s cultas, tienen m¨¢s habilidades"
R. Ten¨ªa una novela iniciada antes del premio. Pero la interrump¨ª. Y en medio de la promoci¨®n me fui 15 d¨ªas a Estambul a descansar. Y all¨ª surgi¨® esa historia... Y la que ten¨ªa empezada la acabar¨¦ en el futuro.
P. ?Puede hacer un resumen?
R. La novela cuenta la historia paralela entre un escritor turco al final de su vida -empieza cuando ¨¦l muere, con 74 a?os- y de su traductor, que tiene 50. El traductor descubre unos diarios y empieza a reconstruir la vida del escritor, de la que conoc¨ªa muy poco, y va descubriendo, como un puzle, cosas del escritor que coinciden con ¨¦l, con sus or¨ªgenes, con su concepci¨®n de la literatura.
P. ?Qu¨¦ sorpresa espera al lector de Luis Leante?
R. Yo nunca he escrito de cosas tan cercanas para m¨ª como es la literatura. Y est¨¢n mis caracter¨ªsticas, el tipo de estructura que construyo, mis obsesiones.
P. ?Cu¨¢les son?
R. Las pasiones, las relaciones amorosas llevadas al extremo. O la obsesi¨®n por la locura, la p¨¦rdida del juicio. La forma de describir los personajes, sin hacer descripciones f¨ªsicas. Tratar de dibujarlos a pinceladas m¨¢s por lo que hablan que por su comportamiento o su descripci¨®n f¨ªsica. Y la estructura: en mis novelas est¨¢n esos saltos hacia atr¨¢s que van recomponiendo la historia como un puzle.
P. Nunca ha usado su experiencia como profesor.
R. No la he contado pero s¨ª las que yo absorbo de ah¨ª, de los chavales, de lo que oigo cada d¨ªa.
P. Hay quien dice que la juventud est¨¢ perdida.
R. Eso son muletillas. La juventud no solo es recuperable sino que la juventud no es una causa perdida. Yo creo que las generaciones futuras son m¨¢s cultas que nosotros, son m¨¢s inteligentes, tienen m¨¢s habilidades y probablemente llegar¨¢n m¨¢s lejos. La gente mayor tambi¨¦n le dedica mucho tiempo al f¨²tbol y la televisi¨®n.
P. A adolescentes con tantos impactos, televisi¨®n, Internet ?c¨®mo se les ense?a Lat¨ªn?
R. Pues encaja bien. Lo m¨¢s sencillo es tratar de demostrar que lo que nosotros hablamos ahora es un lat¨ªn vulgar 24 siglos despu¨¦s. Lo que no se puede es vender como un producto, como una lengua muerta con la que citar a Cicer¨®n para ir a un juicio si vas a ser abogado. La cultura es una cosa m¨¢s viva.
P. ?C¨®mo ha sido la experiencia de los dos ¨²ltimos d¨ªas?
R. Vengo de pasar una experiencia dura. Prisi¨®n incomunicada durante casi 48 horas por una acusaci¨®n de la que estoy muy arrepentido. Hace unos d¨ªas arranqu¨¦ las c¨¢maras de videovigilancia, las del pasillo que estaban enfocando al lugar donde yo daba clase, en un arrebato de ira, de rabia, como consecuencia de un tremendo acoso al que estamos sometidos por parte de la direcci¨®n del centro. Perd¨ª la raz¨®n como Emin Kemal, el protagonista de la novela. Eso, por supuesto, es injustificable, es impropio de un profesor que tiene que dar ejemplo y me hace plantear si yo puedo ser un modelo de educaci¨®n.
P. Pero se ha sentido apoyado por profesores y alumnos.
R. S¨ª. El apoyo de los alumnos, que para m¨ª es muy importante, ya que no me han visto como un delincuente, y de la comunidad escolar, que no me ve como un maniaco, eso me anima bastante.
P. ?Le servir¨¢ esta experiencia para novelas posteriores?
R. La de la prisi¨®n s¨ª. 48 horas sin saber si es d¨ªa o de noche, sin saber la hora que es, compartiendo celda con toxic¨®manos, da para muchas novelas. Lo que pasa es que todo esto lo tengo que procesar, y con el tiempo supongo que saldr¨¢ pero de momento tengo que intentar olvidarlo. Pero sin duda por alguna parte tendr¨¢ que salir.
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