Poner en marcha a los que asumen riesgos
Leer la noticia de que General Motors (GM) y Chrysler est¨¢n otra vez haciendo cola para que les den otros 20.000 millones de d¨®lares, m¨¢s o menos, de ayuda p¨²blica -adem¨¢s de los miles de millones que ya han recibido o solicitado- me deja la mala sensaci¨®n de que estamos subvencionando a los perdedores y por una sola raz¨®n: porque afirman que enterrarlos costar¨ªa m¨¢s que mantenerlos vivos artificialmente. Lo siento amigos, pero ¨¦ste no es el estilo americano. No nos convertimos en un pa¨ªs rico a base de ayudar a los perdedores, y ahora no saldremos de la crisis haci¨¦ndolo.
GM se ha convertido en una gigantesca m¨¢quina de destrucci¨®n de riqueza -posiblemente la mayor de la historia- y es hora de que tanto ella como Chrysler se declaren en quiebra para volver a empezar con nuevos directivos, nuevos convenios laborales y nuevas ideas. En lo referente a las ayudas a empresas, el precioso dinero p¨²blico deber¨ªa centrarse en las empresas de nueva creaci¨®n, no en rescatar a las que tienen problemas.
No nos convertimos en un pa¨ªs rico a base de ayudar a los perdedores y no saldremos de la crisis as¨ª
?Quieren gastar 20.000 millones del dinero p¨²blico para crear puestos de trabajo? Perfecto. Llamen a las 20 empresas de capital riesgo m¨¢s importantes de Estados Unidos, que en la actualidad andan escasas de dinero porque sus socios -fundaciones universitarias y fondos de pensiones- est¨¢n secos, y h¨¢ganles esta oferta: el Tesoro estadounidense les dar¨¢ a cada una hasta 1.000 millones de d¨®lares para financiar las mejores ideas de capital-riesgo que encuentren. Si se van al garete, todos perdemos. Si cualquiera de ellas resulta ser la pr¨®xima Microsoft o Intel, los contribuyentes les dar¨¢n a ustedes el 20% del beneficio del inversor y se quedar¨¢n con el otro 80%.
Si vamos a gastar miles de millones de d¨®lares del contribuyente, no puede ser s¨®lo en banqueros que decoran despachos, especuladores de viviendas excesivamente endeudados y ejecutivos automovil¨ªsticos que a?o tras a?o gastan m¨¢s energ¨ªa resisti¨¦ndose a los cambios y presionando a Washington que liderando el cambio para vencer a Toyota.
He estado viajando por todo el pa¨ªs para presentar un libro y cada noche vuelvo a mi hotel con los bolsillos llenos de tarjetas de presentaci¨®n de inventores de energ¨ªas limpias. Nuestro pa¨ªs sigue lleno de innovadores que buscan capital. As¨ª que asegur¨¦monos de que todos los perdedores que claman para que se les ayude no ahoguen a los posibles ganadores que podr¨ªan sacarnos de ¨¦sta. Algunas de nuestras mejores empresas, como Intel, se crearon en ¨¦pocas de recesi¨®n, cuando la necesidad hace a los innovadores a¨²n m¨¢s inventivos y a los que asumen riesgos todav¨ªa m¨¢s osados.
S¨ª, tenemos que apuntalar el sistema bancario, que es el que lo sostiene todo; y encontrar un modo justo de impedir que desahucien de su casa a personas trabajadoras que se atuvieron a las normas no s¨®lo es acertado sino esencial para la estabilidad.
Pero m¨¢s all¨¢ de eso, pensemos, hablemos y planeemos con mayores aspiraciones. Estamos abajo, pero no fuera. Puesto que invertimos dinero p¨²blico, hag¨¢moslo con la vista puesta en iniciar una nueva generaci¨®n de empresas de biotecnolog¨ªa, infotecnolog¨ªa, nanotecnolog¨ªa y tecnolog¨ªa limpia con verdaderos innovadores, verdaderos puestos de trabajo del siglo XXI y beneficios posiblemente reales para los contribuyentes. Nuestro lema deber¨ªa ser: "Empresas nuevas, no rescates: alimentar al siguiente Google, no cuidar a los viejos GM".
Para ser justos, el plan de est¨ªmulo aprobado recientemente por el equipo de Obama y los dem¨®cratas del Congreso -pr¨¢cticamente sin ayuda republicana- avanza algo por ese camino. Merece que nos quitemos el sombrero. Ahora hagamos m¨¢s.
La actividad en energ¨ªas renovables -e¨®lica, solar y solar t¨¦rmica- estaba casi muerta en este pa¨ªs. La mayor¨ªa de los proyectos nuevos se paralizaron el pasado oto?o porque para obtener financiaci¨®n ten¨ªan que vender las deducciones fiscales de su energ¨ªa renovable a las empresas de Wall Street. Como esas empresas de Wall Street estaban en bancarrota o sufr¨ªan fuertes p¨¦rdidas no ten¨ªan necesidad de deducciones fiscales porque no ten¨ªan beneficios que compensar. El plan de est¨ªmulo establece un mecanismo para que los innovadores en energ¨ªas renovables esquiven a Wall Street y moneticen sus deducciones fiscales directamente a trav¨¦s del Tesoro estadounidense con cualquier proyecto creado desde ahora hasta finales de 2010.
Las industrias e¨®lica y solar estadounidenses "estuvieron paradas en el cuarto trimestre", afirma John Woolard, director gerente de BrightSource Energy, que construye y pone en funcionamiento plantas de energ¨ªa solar t¨¦rmica de ¨²ltima generaci¨®n en el desierto del Mojave. Casi cinco gigavatios de nuevos proyectos de energ¨ªa solar t¨¦rmica -el equivalente a cinco grandes centrales nucleares- en varias fases de obtenci¨®n de licencia se paralizaron por falta de financiaci¨®n.
"Todos estos proyectos saldr¨¢n ahora adelante", comenta Woolard. "Hablamos de miles de puestos de trabajo... Realmente esta legislaci¨®n ha hecho algo bien". Estos trabajos ser¨¢n para dise?ar, construir y gestionar enormes sistemas solares y campos e¨®licos y para fabricar nuevos paneles fotovoltaicos. Juntos impulsar¨¢n la innovaci¨®n en todas estas ¨¢reas, y har¨¢n que la tecnolog¨ªa e¨®lica y solar disminuya la curva de aprendizaje y de costes por volumen para que puedan competir con los combustibles f¨®siles y convertirse en sectores de exportaci¨®n a "precio de ChinIndia", es decir, al precio de escala que pueden conseguir en China e India.
As¨ª deber¨ªa usarse el dinero p¨²blico para estimular: financiaci¨®n limitada, por un tiempo limitado, dirigida a un sector repleto de empresas de nuevas tecnolog¨ªas reci¨¦n creadas y que, con un peque?o empuj¨®n del t¨ªo Sam, no s¨®lo sobrevivir¨¢n a la crisis sino que nos ayudar¨¢n a prosperar cuando se haya terminado. Necesitamos, y el mundo necesita, un Estados Unidos pr¨®spero, que no se limite a sobrevivir.
Traducci¨®n de News Clips. (c) 2009 New York Times News Service
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