Puesta de largo del nuevo Loewe
Stuart Vevers presenta en Par¨ªs su primer desfile para la casa de origen espa?ol
"?Estoy tan nervioso!", admit¨ªa el dise?ador Stuart Vevers una hora antes de que empezara su primer desfile para Loewe. Una sala de la parisiense Universidad Descartes se hab¨ªa convertido en improvisado camerino para la puesta de largo de la nueva etapa de la gran casa de lujo de origen espa?ol. Aunque ahora es propiedad del grupo franc¨¦s Louis Vuitton Mo?t Hennessy (LVMH), 160 a?os despu¨¦s de su fundacion se sigue gestando desde Madrid. All¨ª aterriz¨® Vevers hace poco m¨¢s de un a?o con el encargo de sacar la firma del letargo y, si se puede, obrar el milagro del lifting que ha convertido a otras ense?as del grupo, como Dior o Louis Vuitton, en m¨¢quinas de hacer dinero.
Las dos colecciones previas de este brit¨¢nico de 35 a?os para Loewe se vieron en presentaciones est¨¢ticas. Ayer, por primera vez, se enfrentaba al examen de un desfile en la semana de la moda de Par¨ªs. "Aspiro a mostrar las posibilidades de la artesan¨ªa de la piel: utilizarla en camisetas o vestidos de c¨®ctel. Pero mi m¨¢xima es hacer de lo que todos podamos sentirnos orgullosos. Esto es el trabajo de mucha gente", confesaba antes de la prueba. De la primera de ellas, en realidad: para que se pudiera apreciar el detalle del trabajo se opt¨® por un espacio muy reducido, con 150 asistentes sentados en mesitas y camareros sirviendo caf¨¦ con pastas, lo que oblig¨® a hacer tres pases. "Es un momento decisivo porque su visi¨®n se va hacer carne, pero quer¨ªamos mantener la sensaci¨®n de intimidad", explicaba Manuela Su¨¢rez de Poix, directora internacional de relaciones p¨²blicas de la marca. "Adem¨¢s, con la actual situaci¨®n econ¨®mica tampoco tiene sentido un desfile espectacular".
"Aspiro a mostrar las posibilidades de la artesan¨ªa de la piel", dice el brit¨¢nico
Roussel: "Somos capaces de que un vestido de 'pony' parezca de seda"
La colecci¨®n, en todo caso, no fue precisamente modesta. Vevers defiende una visi¨®n mitificada de la alta burgues¨ªa que conjuga una vocaci¨®n de funcionalidad importada del armario masculino con los colores de la pel¨ªcula El desierto rojo, de Antonioni y la pose de una joven Paloma Picasso. Aunque su ropa tiene momentos interesantes, como en un abrigo de napa negra con una gigantesca bufanda extra¨ªble y la cintura marcada, lo tiene dif¨ªcil para competir con los accesorios: un juguet¨®n bolso con bellotas de pl¨¢stico naranja, zapatos con madera y hueso emulando las v¨¦rtebras de un pez o un sensacional pendiente con forma de ojo surrealista. El motivo se vio tambi¨¦n en faldas y chaquetas de ante marr¨®n y es fruto de una peculiar colaboraci¨®n con la ilustradora Julie Verhoeven. La artista se instala en el estudio de Madrid durante un par de d¨ªas y dibuja lo que se le ocurre a partir del trabajo que est¨¢ desarrollando Vevers con su equipo de 14 dise?adores. El resultado se utiliza despu¨¦s en estampados o, como en este caso, en imaginativa bisuter¨ªa.
Rodeado de displicentes modelos, ?ngel Fern¨¢ndez miraba con cari?o a sus piezas. Fern¨¢ndez lleva m¨¢s de 51 a?os trabajando para la casa y es uno de los jefes del taller de Getafe. Sus manos curtidas son las que se pelean con cualquiera de las ocurrencias de los muchachos que en este tiempo ido desfilando por la capitan¨ªa de Loewe. Y han sido unos cuantos. Los ¨²ltimos, Narciso Rodr¨ªguez y Jos¨¦ Enrique O?a Selfa. "Ese bolso con tiras de pelo de zorro lo he tenido que hacer tres veces", explicaba. "?sta es una oportunidad para mostrar el excepcional trabajo de los artesanos de Loewe. Hoy hemos visto que son capaces de que un vestido de pony parezca de seda", apuntaba el nuevo presidente, Pierre Yves Roussel. El anterior, Albert Puyol, se ape¨® del proyecto en enero, despu¨¦s de tres a?os en el cargo, y Roussel, quien ya supervisaba la operaci¨®n como CEO de la divisi¨®n de moda, se puso al frente. Ahora artesanos, disenadores y ejecutivos comparten un anhelo: que ese invitado inesperado, la recesion economica, no trunque sus opiparos planes.
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