Juicio a 15 j¨®venes por intentar matar a un marroqu¨ª y quemarle la casa

Los acusados dijeron que "s¨®lo quer¨ªan asustarlos", pero el "ansia de venganza" contra los magreb¨ªes, en palabras del fiscal, pudo acabar en tragedia. La Audiencia de Barcelona juzga desde ayer a 15 j¨®venes de Sant Vicen? de Castellet por una brutal agresi¨®n racista ocurrida en 2002.

El fiscal considera que, armados con palos y con nocturnidad, intentaron asaltar la vivienda de una familia marroqu¨ª en cuyo interior dorm¨ªan cuatro adultos y dos menores. Rompieron la puerta de un balc¨®n, pero no consiguieron entrar. Arrojaron un botell¨ªn de cerveza lleno de gasolina contra la casa, pero impact¨® en la fachada. Y cuando ya se marchaban, propinaron una brutal paliza a un morador que se encar¨® con ellos por lo que estaba padeciendo. Salv¨® su vida por la r¨¢pida actuaci¨®n de la ambulancia, pero tard¨® 489 d¨ªas en curarse de las lesiones y poder trabajar.

Los inductores dicen que "s¨®lo quer¨ªan asustar" a las v¨ªctimas

El fiscal pide penas que oscilan entre 2 y 19 a?os de c¨¢rcel por incendio, homicidio en grado de tentativa -con la agravante de racismo en ambos casos- y amenazas, seg¨²n la participaci¨®n de cada cual. Algunos ten¨ªan ayer en el banquillo una indisimulable aspecto skin.

Jordi Mart¨ªnez C¨¢novas fue quien arroj¨® la botella de gasolina, que explot¨® y produjo una fuerte llamarada. Lo reconoci¨® ¨¦l mismo ante el tribunal antes de romper a llorar en medio de su declaraci¨®n mientras repet¨ªa: "Yo no he hecho nada, nunca me he peleado ni he tenido nada con nadie". El fiscal no opina igual y recuerda en su escrito de acusaci¨®n que tiene antecedentes penales, aunque no son computables en esta causa.

Sandra Taboada, la ¨²nica chica que se sienta en el banquillo, intent¨® acercarle un pa?uelo para que se secara las l¨¢grimas. "Estese tranquila, se?orita, que tiene usted mucha actividad", le reprendi¨® la magistrada Elena Guindulain, presidenta de la Secci¨®n Quinta de la Audiencia de Barcelona, quien inicialmente se hab¨ªa negado a trasladar el juicio a una sala de mayores dimensiones y provoc¨® un incidente con los familiares f¨¢cilmente evitable. "Hagan el favor de sentarse en buena posici¨®n y deshagan las piernas", advirti¨® despu¨¦s la juez a los acusados.

Tras los gemidos, Mart¨ªnez se enfrasc¨® en un intento de exculpaci¨®n motivado por su abogado, que acab¨® en contradicci¨®n. Si minutos antes hab¨ªa reconocido que hab¨ªa bebido bastante aquella noche, despu¨¦s acab¨® declarando que si no acert¨® con el botell¨ªn en la ventana de la vivienda fue porque no quiso. En t¨¦rminos similares se expresaron Antonio Su¨¢rez Gorrera y Ra¨²l Roca Solaz, quienes tambi¨¦n afrontan penas que suman 19 a?os de c¨¢rcel. Actuaron "movidos por su ansia de venganza y su desprecio hacia los individuos de origen magreb¨ª, y a pesar de saber que la vivienda se encontraba habitada" por al menos seis personas, dice el fiscal en sus conclusiones.

La tesis de la acusaci¨®n es que esos tres acusados arengaron al resto por un incidente sin importancia ocurrido horas antes en una plaza del pueblo con un grupo de marroqu¨ªes. De esa manera, acudieron a un bar del pueblo y convencieron a sus convecinos de la "necesidad de vengarse". Y as¨ª fue c¨®mo acudieron a casa de los inmigrantes provistos de palos, profirieron gritos contra la vivienda e intentaron acceder a su interior.

Pero no lo lograron por la oposici¨®n de sus ocupantes, dice el fiscal. De ah¨ª que acabasen lanzando el artefacto. Cuando ya se iban, una de las v¨ªctimas sali¨® tras ellos y al ser identificada sufri¨® una brutal paliza. Fue golpeado con palos y cascos de motocicleta, y recibi¨® toda clase de patadas y pu?etazos, dice el fiscal, que acusa de homicidio en grado de tentativa a 11 j¨®venes. El magreb¨ª estuvo 16 meses de baja y le han quedado algunas secuelas. Hoy revivir¨¢ los hechos en el juicio, casi siete a?os despu¨¦s.