Precariedad y p¨¦rdida de derechos
Se?ora presidenta:
Aprovechando el no tan lejano 8 de marzo, desde aqu¨ª quer¨ªa apuntar la falta de paridad a la hora de las contrataciones que se realizan en el sector de la limpieza y la recogida de residuos en la Comunidad de Madrid. Si bien es cierto que aparecen en algunos ¨¢mbitos, como es el caso de la limpieza viaria, en lo que se refiere a la recogida de basuras es muy dif¨ªcil encontrar mujeres en casi ning¨²n pueblo de la comunidad, y ninguna en el caso del Ayuntamiento de la capital. Todo esto a pesar de que, como de todos es bien sabido, quien ostenta la concejal¨ªa correspondiente en el Consistorio es Ana Botella.
Una urbe como Madrid genera much¨ªsima actividad para nuestro colectivo. Nuestro trabajo se desarrolla en la calle, por lo que las inclemencias del tiempo son compa?eras de fatigas. ?ste ha sido un duro invierno, en el que hemos tenido mucho fr¨ªo, mucha lluvia y mucha nieve. Como viene siendo habitual, nuestros chubasqueros nos han vuelto a calar. Lo de siempre... Es un trabajo penoso -como indica uno de los pluses de nuestro salario-, en el que el paso del tiempo va deteriorando las condiciones f¨ªsicas del trabajador. La tendinitis del barrendero, producida por el escobijo y la pala (en unas contratas, de madera con hierro, y en las menos, de aluminio ligero), el re¨²ma causado por el baldeo de calles con manguera y el movimiento repetitivo de pesos (bolsas de basura, muebles, etc¨¦tera) acarrea diversidad de dolores de espalda y degeneraci¨®n de la misma.
Igual se barre en Ciempozuelos que en Alcorc¨®n, y los salarios son distintos
Este invierno nuestros chubasqueros nos han vuelto a calar
Desde aquellos d¨ªas ya lejanos de la huelga de 1993, cuando cre¨ªmos haber conseguido importantes conquistas para los trabajadores de la limpieza viaria en Madrid capital, y de los no tan lejanos anteriores gobiernos municipales, que al menos trataron de dignificar la imagen de este sector, no nos hemos vuelto a ver en una situaci¨®n igual. La precariedad salarial en la que nos encontramos nos obliga a buscar trabajo en nuestros d¨ªas libres, s¨¢bados, domingos y festivos, y se nos cuestionan las licencias que tantos a?os y trabajo nos ha costado plasmar en los convenios colectivos.
Se han puesto en cuesti¨®n l¨ªneas b¨¢sicas de la negociaci¨®n colectiva, como es el caso de la previsi¨®n del IPC ?Qu¨¦ ocurre con las subidas salariales? Convenios plurianuales firmados con las mejores de las voluntades ahora son cuestionados. ?Qu¨¦ ser¨¢ lo pr¨®ximo?
Otra de las cosas que en ning¨²n caso me gustar¨ªa dejar pasar por alto es el porqu¨¦ de las diferencias tan abismales que se producen entre trabajadores de una misma comunidad aut¨®noma, que realizan exactamente las mismas funciones, porque igual se barre en Ciempozuelos que en Alcorc¨®n o en la capital, y ni los salarios ni las condiciones sociales son iguales. ?Qu¨¦ pasa? ?Hay trabajadores de primera y trabajadores de segunda? ?De qu¨¦ dependen nuestros salarios y condiciones sociales? Mucho me temo que algo tan importante para nuestras familias, y por supuesto para el vecino que paga religiosamente sus impuestos, depende, en ultima instancia, de una ley concursal que no s¨¦ hasta que punto est¨¢ bien regulada, en tanto en cuanto parece puntuar de forma excesiva la oferta econ¨®mica de las empresas, de forma que a oferta m¨¢s baja, concesi¨®n asegurada. Esto, que podr¨ªa parecer una cuesti¨®n balad¨ª para el operario, termina por suponer una mayor carga de trabajo, derivada del menor margen econ¨®mico empresarial y la mayor dificultad para firmar subidas salariales dignas en los convenios colectivos. Y lo que es peor, en algunos casos mantener las que ya se tienen firmadas.
Tampoco podemos dejar pasar por alto la nueva ordenanza municipal de limpieza de la capital. Vaya por delante que estoy totalmente de acuerdo en el reciclaje en origen, aunque creo que no es ni mucho menos el adecuado. Se est¨¢ obligando a las empresas a adecuar los veh¨ªculos que en origen no estaban concebidos para tal efecto, y ahora, deprisa y corriendo, hay que adaptarlos para que en ellos se deposite la basura separada. Es decir, los veh¨ªculos en los que antes se recog¨ªa todo tipo de basura sin separar ahora hay que compartimentarlos, y as¨ª somos nosotros los que tenemos que reciclar. Mucho me temo que esto ir¨¢ en detrimento de las condiciones de trabajo de los operarios del sector.
En lo que respecta a la nueva ordenanza municipal de reciclaje, tambi¨¦n tengo que decir que no s¨®lo como trabajador, sino como vecino que paga sus impuestos, me parece abusiva una medida con un fin recaudatorio que al final responde a la incapacidad de las instituciones correspondientes de potenciar la educaci¨®n para que se recicle en origen.
Karim Riabi Gonz¨¢lez es delegado por Comisones Obreras del sector de saneamiento urbano.
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