De la soledad y de la culpa
La hipnosis que provoca esa mujer desnuda que se levanta de una cama compartida con un macho desconcertado y mira con expresi¨®n ausente a trav¨¦s de la ventana no proviene de la l¨®gica sensualidad que emana ese cuerpo (su due?a es Charlize Theron) sino del oc¨¦ano de sufrimiento interno, las heridas sin cicatrizar y el misterio que evidencian esos ojos muertos, la indiferencia ante los paseantes que contemplan su aparente exhibicionismo, su implacable despedida al amante que parece tan bien follado como escasamente necesitado. Edward Hopper podr¨ªa haber pintado la soledad de esa mujer. Pero no estamos ante un cuadro describiendo la desolaci¨®n. La zombi se pone en movimiento, intenta sobrevivir, se autoflagela, hace impecablemente su trabajo, est¨¢ a disposici¨®n de cualquier fulano ocasional o fijo que se limite a desearla.
LEJOS DE LA TIERRA QUEMADA
Direcci¨®n: Guillermo Arriaga.
Int¨¦rpretes: Charlize Theron, Kim Basinger, Joaquim de Almeida, Jos¨¦ Mar¨ªa Yazpik, Jennifer Lawrence.
G¨¦nero: drama. Estados Unidos, 2007.
Duraci¨®n: 111 minutos.
Es el sugestivo arranque de otro retrato del dolor, de sucesivas inmersiones en el pasado y en el presente de gente a la deriva que podr¨ªan resultar un embarullado puzzle emocional, pero que en manos de su siempre identificable guionista acaban encontrando pleno sentido, explic¨¢ndonos con luminosidad las ra¨ªces y el desarrollo de traumas que marcan la existencia.
Estamos en el territorio sentimental, la compulsi¨®n, las sensaciones en carne viva y la genuina forma narrativa de Guillermo Arriaga, el hombre que firmaba los guiones de tres pel¨ªculas extraordinarias y complejas, repletas de sensibilidad y de violencia, fatalismo y esperanza, p¨¦rdidas y desolaci¨®n, redenciones posibles o imposibles, personas atrapadas inevitablemente o por azar en situaciones volc¨¢nicas que se titulan Amores perros, 21 gramos y Babel. A ese universo ajeno, pero imagino que ¨ªntimamente compartido, le aplic¨® su potente lenguaje visual, el tono que le correspond¨ªa -con su deslumbrante plasmaci¨®n en im¨¢genes y sonidos- el director Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu. La combinaci¨®n de ambos talentos ha sido venturosa para el cine. Pero como las historias m¨¢s intensas, esa uni¨®n acab¨® fatal.
Los motivos se pueden intuir y llevan la huella de esa condici¨®n tan problem¨¢tica llamada humanidad. Tambi¨¦n hacen que te plantees en qu¨¦ consiste la autor¨ªa absoluta. El caso es que Arriaga se ha atrevido a dirigir a sus criaturas literarias, a asumir el control absoluto sobre sus historias, a ponerle rostro y movimiento a los personajes que ha parido su imaginaci¨®n.
Y lo hace con estilo y credibilidad. Narrando simult¨¢neamente tres historias en las que vas descubriendo progresivamente su atormentada relaci¨®n, en distintos tiempos y escenarios. ?Y de qu¨¦ hablan? De lo de siempre. De pasiones de destino incierto y de c¨®mo pueden afectar a los seres cercanos, del sentimiento de culpa, de familias rotas, de la muerte accidental o provocada, del horror y la desesperada obligatoriedad de perdonarse a uno mismo o a los dem¨¢s, de la ¨²ltima oportunidad cuando todo son tinieblas, de los fantasmas intolerablemente reales, de la huida, del reencuentro.
A esta hermosa, tensa y en alg¨²n momento emocionante Lejos de la tierra quemada le sobra alguna cosa (la impotencia del marido de la ad¨²ltera no explica nada) y le falta un punto de la desgarradora fuerza expresiva que caracteriza al cine de I?¨¢rritu. Pero Arriaga demuestra que puede volar solo, que sabe utilizar la c¨¢mara, crear atm¨®sfera, hacerse entender por el receptor y hacerle sentir. Tambi¨¦n que sabe extraer lo mejor de las actrices. No s¨®lo de las experimentadas y conmovedoras Charlize Theron y Kim Basinger. La ni?a y la adolescente transmiten la inocencia masacrada, las huellas del abandono materno.
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