?Qui¨¦n teme a la cuchilla de Poster Boy?
A los carteles callejeros les ha salido un enemigo: el c¨²ter. Entrevistamos a los cabecillas de la antipublicidad
OBJETIVO: la publicidad que fagocita las estaciones de metro neoyorquinas. Arma: un c¨²ter. Ejecutor: Poster Boy (y compa?¨ªa). Resultado: collages geniales donde el mensaje publicitario se transforma en ideas anticonsumo o de car¨¢cter cr¨ªtico-social que adem¨¢s provocan una sonrisa (menos a los propios anunciantes, que se han quejado a las autoridades). ?Eficacia? Absoluta. En menos de nueve meses todos los grandes medios neoyorquinos han hablado de su trabajo, los ciudadanos aplauden su mensaje y fot¨®grafos como Terry Richardson y raperos como Kanye West le buscan para trabajar con ¨¦l.
Pero, ?qui¨¦n se esconde tras el nombre de Poster Boy? "Es un movimiento. Quiz¨¢s yo lo empezara pero la realidad es que hay mucha gente cansada del acoso visual al que nos somete la publicidad en las calles. Si te asalta en una revista puedes pasar la p¨¢gina y en la tele puedes cambiar de canal. Pero cuando caminas por la ciudad no hay manera posible de huir".
No quiero dinero, sino devolver las calles a los ciudadanos y quit¨¢rselas a la publicidad. La contaminaci¨®n visual es exagerada
Para entrevistar a Poster Boy es obligatorio mantener su anonimato, entre otras cosas porque alguien acusado de ser Poster Boy fue arrestado recientemente (un tal Henry Matyjewicz, de 27 a?os, fue detenido en una inauguraci¨®n en una galer¨ªa del SoHo, donde se inclu¨ªa una obra suya. Un flyer anunciando la presencia de Poster Boy fue la excusa de la polic¨ªa, seg¨²n public¨® el New York Times) y su principal defensa de cara al juicio se apoya en que esa persona no existe como tal sino que todos somos poster boy. "Desde el principio quise que tuviera un componente social, que fuera una idea que no se puede comprar ni vender. Cualquiera puede tomar el nombre y hacer este tipo de obras. Se trata de recuperar nuestro entorno y de utilizar el arte como una forma de reivindicar nuestro derecho a ocupar el espacio p¨²blico que nos roba la publicidad. Hay que devolver las calles a los ciudadanos. La contaminaci¨®n visual es exagerada".
Aunque otros se hayan unido, hubo alguien que empez¨® a darle al c¨²ter con el suficiente talento como para llamar la atenci¨®n. El Poster Boy que da la cara para esta entrevista sospechosamente conocedor de todos los detalles del movimiento ha sido estudiante de arte en una conocida universidad neoyorquina que abandon¨® con una asignatura pendiente. "Es mi declaraci¨®n de principios. No estoy de acuerdo ni con la educaci¨®n art¨ªstica ni con el mercado del arte". Por eso quienes le han definido en la prensa como el Banksy neoyorquino se equivocan. A ¨¦l le han influido m¨¢s Noam Chomsky y las pinturas negras de Goya que la cultura de los triunfadores del siglo XXI. "Yo no quiero ganar dinero con Poster Boy, lo que quiero es propagar el mensaje".
No cree en el mercado del arte, "porque convierte a los creadores en una marca", ni en los derechos de autor. De ah¨ª que al menos este Poster Boy le entregue sus cuadros, fotos o esculturas (produce de todo) a otros artistas que aceptan venderlas como si las hubieran creado ellos. "Quiero librarme de los l¨ªmites que impone un nombre o una galer¨ªa".
A Poster Boy le han salido colaboradores en el mundo del arte callejero de Nueva York, donde hoy ya hay muchos militantes antipublicidad. Y una cosa es darle color a las calles y otra diferente, apuntar al coraz¨®n de las empresas que, por ejemplo, empapelan con sus proclamas las cabinas telef¨®nicas. Jordan Seiler, un artista incre¨ªblemente veloz en el arte de dar el cambiazo y sustituir esos anuncios por obra propia est¨¢ organizando junto a Poster Boy un inminente golpe de estado contra las muchas compa?¨ªas que cuelgan sus carteles ilegalmente en Nueva York. "Hay decenas de anuncios il¨ªcitos en nuestras fachadas. Si les pillan pagan multas m¨ªnimas, as¨ª que lo siguen haciendo. Mi objetivo es que Nueva York alg¨²n d¨ªa sea como S?o Paulo, donde la publicidad callejera se prohibi¨® hace dos a?os. No es un sue?o. Y el golpe que preparamos ocurrir¨¢ pronto est¨¢ dirigido a fomentar ese debate entre los ciudadanos". ?Tiemblen, anunciantes!
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