La identidad de Rebecca Miller
La reivindicaci¨®n de la propia identidad empapa la primera novela de Rebecca Miller, Las vidas privadas de Pippa Lee, conmovedora historia de una mujer marcada por los lazos familiares que acaba refugi¨¢ndose a la sombra de un marido brillante. Que la creadora de ese personaje diluido entre fuertes personalidades sea la hija del inmenso dramaturgo Arthur Miller, casada adem¨¢s con el doblemente oscarizado actor Daniel Day-Lewis, quiz¨¢ invite a establecer inc¨®modos paralelismos que ella intenta conjurar con su trabajo. Pintora, actriz, autora de relatos cortos, guionista y cineasta, su perfil resulta todav¨ªa poco conocido para el gran p¨²blico, pero con Las vidas privadas de Pippa Lee, confirma el desembarco en la literatura de una voz tan sensible como original.
"Una de las mejores cosas que aprend¨ª de los m¨ªos es el lema de levantarse cada ma?ana y volcarte en tu trabajo"
"Cuando acab¨¦ el primer borrador del libro, me qued¨¦ con la sensaci¨®n de que no todo estaba dicho", se?ala sobre su pel¨ªcula
La cr¨ªtica anglosajona ha brindado una c¨¢lida acogida al retrato agridulce de esa protagonista dividida contra ella misma, ?el icono de la esposa del artista?, inteligente, atractiva y sobre todo entregada, cuyo verdadero yo lucha por emerger desde el acomodado universo de su matrimonio. Pippa tiene 50 a?os cuando accede a retirarse junto a su marido, un legendario editor que le lleva tres d¨¦cadas, a una de esas disneylandias para jubilados americanos apodada ir¨®nicamente Wrinkle Village (la ciudad de las arrugas). La descripci¨®n del exquisito c¨ªrculo que la pareja acaba de dejar atr¨¢s, la comunidad art¨ªstica y literaria neoyorquina, nos retrotrae a la experiencia de la propia autora en un hogar bohemio y creativo, frecuentado por la crema de la intelectualidad de la ¨¦poca. Brillantes personajes que arropaban a sus progenitores, Arthur Miller y la fot¨®grafa austriaca Inge Morath, poblaron su ni?ez y adolescencia, ?aunque entonces yo no era consciente de ello?.
Rebecca Miller vino al mundo en septiembre de 1962, un mes despu¨¦s de la muerte de Marylin Monroe, que fuera la segunda esposa de su padre. El dramaturgo todav¨ªa estaba casado con la fr¨¢gil estrella cuando conoci¨® a Morath durante el rodaje de Vidas rebeldes (1961), la ¨²ltima pel¨ªcula que protagonizara Monroe. Ambos se divorciaban en v¨ªsperas del estreno, y al a?o y medio Miller anunciaba su matrimonio con la fot¨®grafa de la agencia Magnum, su compa?era de las siguientes cuatro d¨¦cadas. Los primeros seis a?os de la infancia de Rebecca tuvieron como inusual domicilio la suite 614 del hotel Chelsea, m¨ªtico establecimiento de Manhattan que ha contado entre sus inquilinos con Norman Mailer, Lou Reed y Bob Dylan. Un lugar que, en palabras de Arthur Miller, ?no ten¨ªa aspiradoras, ni reglas, ni gusto, ni verg¨¹enza: era una fiesta de nunca acabar?.
En la madurez de sus progenitores (el escritor ten¨ªa casi 47 a?os cuando naci¨® Rebecca) la familia se trasladaba a una granja de Connecticut, donde la hija desarroll¨® una temprana vocaci¨®n por las artes en la que siempre se sinti¨® apoyada por su entorno: ?Una de las mejores cosas que aprend¨ª de los m¨ªos es el lema de levantarse cada ma?ana y volcarte en tu trabajo, el estar siempre automotivada?. Asegura que no le intimidaba mostrar a Arthur Miller sus primeros escritos de juventud, en busca ?del juicio y apoyo de mi padre?, y no del gran autor de piezas cl¨¢sicas como La muerte de un viajante o Panorama desde el puente. No se atrevi¨®, sin embargo, a exponer su trabajo al escrutinio del p¨²blico hasta varios a?os despu¨¦s, cuando ya estaba casada y hab¨ªa formado una familia. Inquirida sobre esa vacilaci¨®n, acaba admitiendo como ?una de las razones? el temor de entonces a las comparaciones con la figura de su padre. ?Me lanc¨¦ cuando hab¨ªa vivido m¨¢s, me sent¨ªa madura y hab¨ªa encontrado mi propia identidad?, esgrime.
Siete a?os despu¨¦s de publicar el libro de relatos cortos Velocidad personal (2001), Miller se estrenaba en la novela con Las vidas privadas de Pippa Lee. La Pippa del t¨ªtulo ha enterrado en su pl¨¢cida vida burguesa un pasado doloroso y salvaje, pero esa identidad pugna por aflorar desde el subconsciente. La esposa impecable se transforma por las noches en una son¨¢mbula que asalta la cocina para volcarse en excesos bul¨ªmicos o encadenar cigarrillos, aunque en el mundo consciente dejara de fumar largo tiempo atr¨¢s. La pluma de Miller articula la narraci¨®n superponiendo las m¨²ltiples vidas de la protagonista, al modo de las mu?ecas rusas, en un relato que cobra especial veracidad cuando es escrito en primera persona.
La autora dice que no se ha inspirado en ning¨²n personaje real en concreto (ni ella ni su madre, dice, vieron condicionado su trabajo por el matrimonio y la maternidad) y que concibi¨® el libro como ?un estudio sobre la identidad, del que no te cansar¨ªas nunca, porque todo el mundo tiene sus secretos?. Secretos como el que marca su propia biograf¨ªa. Rebecca Miller fue criada como hija ¨²nica, a pesar de la existencia de un hermano que la familia mantuvo semioculto. Ese cap¨ªtulo era desvelado al detalle por la revista Vanity Fair hace tres a?os: en noviembre de 1966, Inge Morath daba luz a un ni?o, Daniel, afectado con el s¨ªndrome de Down. El beb¨¦ ten¨ªa s¨®lo una semana cuando fue entregado a un centro de Nueva York. Morath visitaba a su hijo casi cada domingo, pero Arthur Miller rechaz¨® todo contacto hasta casi ser ya octogenario. El hombre que explor¨® en sus obras la culpa y la moralidad en el seno de la familia s¨®lo pudo aceptar a su hijo en los ¨²ltimos diez a?os de su vida. Rebecca Miller siempre se ha negado a abordar la cuesti¨®n: ?La ¨²nica persona que podr¨ªa contestar a las preguntas es mi padre, y est¨¢ muerto?.
A lo largo de la entrevista, se muestra muy reacia a trazar el retrato ¨ªntimo del gran hombre. Su propia vocaci¨®n art¨ªstica, subraya, bebi¨® a partes iguales de la producci¨®n escrita de Arthur Miller y del universo visual de su madre. El maridaje de ambas influencias acab¨® orientando su carrera hacia la literatura y el cine, despu¨¦s de ?un largo proceso exploratorio? que arrancaba en las artes pl¨¢sticas. ?Empec¨¦ a pintar muy joven, a los 16 a?os, pero pronto tuve claro que lo que me interesaba era la direcci¨®n cinematogr¨¢fica?. Su red de contactos familiares en Nueva York condujeron a la entonces veintea?era ?alta, dotada de facciones renacentistas y unos intensos ojos azules? hasta un famoso agente de actores. ?Deber¨ªas estar en las pel¨ªculas?, le espet¨® el personaje antes de conseguirle su primer papel en una serie de televisi¨®n. Su nueva faceta le permiti¨® trabajar en 1988 con el director teatral Peter Brook (?le gustaban los actores no profesionales?), para quien encarn¨® a la Anya de Ch¨¦jov en El jard¨ªn de los cerezos. Segu¨ªa pintando y escribiendo, mientras acariciaba la ambici¨®n de filmarlas ella misma. Miller pasa de puntillas por su experiencia en la gran pantalla, aunque fuera junto a estrellas como Harrison Ford en A prop¨®sito de Henry y Kevin Spacey en Dobles parejas. Una experiencia que s¨®lo consideraba aprendizaje y puente para dar el salto a la direcci¨®n de sus propios guiones. Su estreno como cineasta llegaba con Angela (1995), a cuya discreta acogida sigui¨® el premio del jurado de Velocidad personal: tres historias en Sundance (2002). Eligi¨® como protagonista de La balada de Jack y Rose (2005) al actor brit¨¢nico Daniel Day-Lewis, a la saz¨®n su marido. Ambos comparten vida y dos hijos, a caballo entre la campi?a de Irlanda y Nueva York, desde que se conocieran hace trece a?os durante el rodaje de El crisol, cinta inspirada en la obra de Arthur Miller Las brujas de Salem. Fue ¨¦l quien les present¨®.
La obra literaria y cinematogr¨¢fica de Rebecca Miller vuelven a fundirse en Las vidas privadas de Pippa Lee, cuya traslaci¨®n al celuloide presentaba en el reciente festival de cine de Berl¨ªn. ?Cuando acab¨¦ el primer borrador del libro, me qued¨¦ con la sensaci¨®n de que no todo estaba dicho y sent¨ª la curiosidad de explorar el personaje en una dimensi¨®n diferente?, se?ala sobre un filme que cuenta en el reparto con Robin Wright Penn y Keanu Reeves. Encerrada en su retiro irland¨¦s del condado de Wicklow, trabaja en su segunda novela mientras se prepara para los viajes de promoci¨®n de la cinta. Est¨¢ acostumbrada a desfilar por la alfombra roja colgada del brazo de su marido, ese circo del estrellato al que siempre se ha declarado al¨¦rgica. Por mucho que busque el reconocimiento, desmarcada de la sombra de su padre, la hija de Arthur Miller asegura que el brillo de los focos sigue sin ser para ella.
Las vidas privadas de Pippa Lee. Rebecca Miller. Traducci¨®n de Cecilia Ceriani. Anagrama. Barcelona, 2009. 304 p¨¢ginas. 18 euros. La pel¨ªcula sobre la novela se estrenar¨¢ en Espa?a este oto?o.
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