Treinta a?os de Kukas
Las marionetas de Marcelino de Santiago aspiran a casa propia en Compostela
"?ramos muy brutos", dice con orgullo Marcelino de Santiago, que es Kukas -de cuco- ya antes de empezar a interesarse por las cosas de la escena. El 4 de marzo se cumplieron 30 a?os desde que cinco amigos -Rosa e Isabel Rey, Jacobo Remu?¨¢n, Xos¨¦ M. Botana y ¨¦l mismo- representaron Fabanola e o Televexo en la Feira do Queixo de Arz¨²a. Fue el comienzo del teatro de t¨ªteres contempor¨¢neo en Galicia.
"Entonces los ni?os ve¨ªan demasiada televisi¨®n", r¨ªe. Al segundo montaje, Manolo Tirantes e Santiago Mand¨ªbulas, lo llevaron preso. Estuvo tres d¨ªas incomunicado. "Montamos el teatrillo en la Praza do Toural, que estaba lleno de madres y ni?os. La nacional peg¨® a todo dios, y al final hac¨ªa falta un cabeza de turco". Fue juzgado por "criticar a las autoridades pol¨ªticas [las marionetas eran Fraga y Santiago Carrillo] y la construcci¨®n de la Autopista del Atl¨¢ntico".
Fue a la c¨¢rcel en 1979, por 'Manolo Tirantes e Santiago Mand¨ªbulas'
"Cuando s¨®lo se ve mu?eco", la magia de los t¨ªteres supera el simulacro
C¨®mo empez¨® todo, al final, fueron "circunstancias de la vida". Lo brutos que pod¨ªan ser Kukas y compa?¨ªa tiene m¨¢s que ver con el art brut. O, en su adaptaci¨®n a la Galicia de finales de los 60, el autodidactismo silvestre. Antes de hacer mimo y pantomima, Kukas actuaba en el grupo de teatro amador A Transcendencia. A finales de la d¨¦cada form¨® en el anarcoide Fato de Oniristas Galegos (Foga), con los fallecidos Anxo Rei Ballesteros y Roberto Vidal Bola?o. Las m¨¢scaras que expon¨ªa Kukas en el pub santiagu¨¦s Modus Vivendi, lo m¨¢s parecido a una c¨¦lula con techumbre que ten¨ªa el Foga, llamaron la atenci¨®n de los promotores arzuanos. En aquella Feira do Queixo, un se?or cay¨® dentro de la fuente y sigui¨® viendo la Fabanola. Una se?al laica.
"Entonces no hab¨ªa nada en gallego para ni?os, si hablamos de ocio. De repente, comenzaron a llamarnos ayuntamientos, asociaciones culturales... Supongo que creamos la necesidad". En los 80 llegaron los montajes del Barriga Verde de Manuel Mar¨ªa -homenaje a Jos¨¦ Silvent Mart¨ªnez, fundador del teatro de marionetas gallego a mediados de siglo- y cientos de obras did¨¢cticas, la mayor¨ªa firmadas por ¨¦l. Para Os Monicreques de Kukas, la compa?¨ªa, siete miembros fluctuantes que mantienen tambi¨¦n la productora, y para el exterior. Desde la asturiana Factor¨ªa Norte hasta la Real Filharmon¨ªa de Galicia, que les encarg¨® Retablo de Maese Pedro y O Entroido dos animais.
Apropiaciones de la tradici¨®n arrimadas al teatro social y leyendas de tema gallego, como A r¨²a das Balconadas, Don Gaiferos, Canonxo, Unha noite no p¨®rtico do Para¨ªso, Historias dun papel, Xan trapallas... De los m¨¢s de 40 textos de Kukas representados, s¨®lo est¨¢n editados seis. "Siempre he escrito para representar, no para publicar", dice, en la comparativa con los compa?eros del teatro. El relato de la profesionalizaci¨®n del oficio se cuenta como el de la feira, pero hay m¨¢rgenes que no admiten duda, dejando aparte que el paraguas institucional descubri¨® el teatro infantil -como la magia, la danza o el circo- en 2005. "Es que antes ped¨ªamos los coches prestados, lleg¨¢bamos a los sitios sin teatrillo y los de la comisi¨®n de fiestas nos aguantaban el pa?o negro de fondo".
Tambi¨¦n cambiaron las marionetas, primero de guante, despu¨¦s de varilla, y hoy casi de cualquier material concebible. Habitualmente cart¨®n o madera, pero tambi¨¦n l¨¢tex o fibra de vidrio. Las hace Kukas, y ense?a a hacerlas. La dignificaci¨®n del teatro de marionetas, a falta de un espacio estable, la prueban hoy a diario una treintena de compa?¨ªas. "Ahora", dice con optimismo Isabel Rey, "no se puede volver atr¨¢s". "Se han abierto puertas fundamentales para fomentar la estabilidad". Lo que no va a cambiar, eso seguro, es la magia contradictoria de los monicreques. "En nuestras obras para adultos s¨®lo hay marionetas, y con p¨²blico familiar metemos tambi¨¦n actores", resume Kukas. Con unos y otros, el trabajo seguir¨¢ bas¨¢ndose en la posibilidad de "alucinar". Algo m¨¢s que un simulacro: cuando el espectador "s¨®lo ve el mu?eco".
La compa?¨ªa de Kukas, con cuatro obras en cartel -7 contos capitais, Un agasallo para Xaqu¨ªn, Sen t¨ªtulo y Contos do vento acatarrado-, ha propuesto recientemente al Ayuntamiento santiagu¨¦s la creaci¨®n de una Casa dos Monicreques. Como en Praga o Salzburgo, donde lo pidi¨® la gente. No quieren un museo. S¨®lo "un espacio para poner en valor la historia de las marionetas en Galicia".
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