Y sin embargo, amigos
Pusimos una nota en un blog de elpais.com; requer¨ªamos experiencias personales sobre la amistad. La primera que lleg¨® fue ¨¦sta de Carmela P¨¦rez. Dec¨ªa: "De adolescente tuve una amiga, una gran amiga, que termin¨® robando mis documentos, poniendo a mi madre en mi contra y que adem¨¢s estuvo a punto de hacer que me metieran en la c¨¢rcel por un robo que no comet¨ª; estudiando en la Universidad tuve una amiga con la que me sent¨ªa c¨®mplice. Pero nos separamos y la distancia ha terminado por volver invisible una uni¨®n que para m¨ª fue muy importante. Luego, ya casada, conoc¨ª a una mujer con la que compart¨ª todos los sentimientos, actos, y hasta el aire que respiraba. Termin¨® siendo la pareja del que ser¨ªa mi ex marido: hasta hoy, en que no tengo amigas y mucho menos amigos, pero? Al final estoy a punto de llegar a la conclusi¨®n de que s¨ª existe la amistad, s¨®lo que somos nosotros, con nuestras deficiencias, nuestros miedos, nuestros traumas y nuestros fantasmas, los que atraemos (?c¨®mo somos las parejas!) a personas equivocadas, pero s¨ª que existe".
"La amistad es el hilo que une nuestra experiencia con la de los otros" (lled¨®)
"La confianza es el elemen-to b¨¢sico de la amistad y la vida civil" (Jos¨¦ luis g¨®mez)
"La aut¨¦ntica amistad dura m¨¢s que algunas formas del amor" (gonzalo su¨¢rez)
S¨ª que existe. Lo que pasa es que ten¨ªa raz¨®n Jean-Paul Sartre cuando despidi¨® a Merleau-Ponty, cuya amistad rota quiso recordar en la hora de la muerte del que hab¨ªa sido su amigo: "He aqu¨ª c¨®mo se quieren los hombres de este tiempo: mal".
Fue Emilio Lled¨®, catedr¨¢tico de Historia de la Filosof¨ªa, acad¨¦mico, que trabaja en un libro sobre la amistad, quien atrajo la frase de Sartre a nuestra charla. Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n, poeta, gozne entre la generaci¨®n de los cincuenta y los que vendr¨ªan luego, dijo en una conversaci¨®n sobre aquellos amigos (Juan Benet, Juan Garc¨ªa Hortelano, Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, Carmen Mart¨ªn Gaite, Javier Mar¨ªas?): "Un amigo realmente s¨®lido es quien quiere y rechaza lo mismo que uno".
"La esencia de la amistad", dijo Lled¨®, "es desear el bien del otro". Lisi F. Prada, psicoanalista, propuso este t¨ªtulo: "La amistad es un verbo. Si la amistad no es un atributo ni se puede definir m¨¢s que en la experiencia de su tr¨¢nsito, podr¨ªamos preguntarnos si la amistad es propiamente un sustantivo o si ser¨¢ m¨¢s bien un verbo, y no un verbo intransitivo, sino un verbo auxiliar y rec¨ªproco que transita con el vivir, con el hablar, con el estar, con el ser". Y a?ade: "Amistar, ser o no ser amigo, ¨¦sa ser¨ªa la cuesti¨®n".
La cuesti¨®n, dice Lled¨®, es que la amistad concita "la necesidad de comunicaci¨®n afectiva". "Hemos nacido, naturalmente, para entender y para querer", dice el profesor. Y hay un momento en que esa amistad es amor. ?Hay alguna historia personal suya?, le preguntamos, ?que resulte simb¨®lica de su concepto de la amistad? Respondi¨®: "La amistad, el amor a Montse [su esposa, fallecida joven en 1971]. A trav¨¦s de su ser descubr¨ª lo que era la bondad, lo que era la verdad. Su recuerdo, que a veces me ha tra¨ªdo momentos de desesperanza, por no decir de desesperaci¨®n, me da, parad¨®jicamente, vida y alegr¨ªa. Una vez alguien escribi¨® de m¨ª que era 'un hombre hecho de libros'. No es verdad. Si de algo estoy hecho es de memoria, de su amistad y amor? Lo peor de la muerte es que ya no tendremos ni memoria para revivir la felicidad de haber conocido un ser as¨ª. ?Pero quedan los hijos en los que se refleja!".
La amistad, el amor. Antonio Gala dijo: "La amistad se parece mucho al amor; alguna vez he dicho que el amor es una amistad ¨ªntima con momentos er¨®ticos". Tambi¨¦n llega como un flechazo, dice Gala: "Ves a alguien y sabes que va a ser tu amigo, y se va haciendo imprescindible: si no tenemos ese trato no respiramos del todo bien". Somos de esa persona, y esa persona es nuestra, dice Gala. "La amistad es como un descubrimiento que uno se hace para que lo vea el otro. Y adem¨¢s, a veces, sirve para que nos conozcamos mejor viendo c¨®mo nos ve el ojo del amigo".
Y se rompe, como el amor. "Tiene que ocurrir algo muy grave para que eso ocurra", dice Gala. Y Lled¨® dice: "Se rompe porque aparecen en ella la negaci¨®n, el olvido, la ignorancia, la indecencia? La amistad es el hilo que une nuestra experiencia personal con la de los otros. Es el tejido colectivo, fundacional, de la existencia individual".
"La amistad es fuerte, como la paz de la muerte". Eso dijo el pintor Cristino de Vera. "La amistad es una onda que se expande mucho, y es gradual. A mi lado en la escuela hab¨ªa un chico que se llamaba Leopoldo, dibujaba de maravilla, muri¨® tuberculoso. Y ese amigo est¨¢ invisible, en el m¨¢s all¨¢, pero me ha transmitido una vocaci¨®n, est¨¢ conmigo, y, por supuesto, ser¨¢ un amigo siempre".
Dar la experiencia, dice Cristino, es una forma de amistad. Ense?ar, dice Lled¨®, es querer. Y querer, a?ade Cristino de Vera, es impedir el odio, el rencor. "Como dijo Shakespeare, la vida es un relato lleno de ruido y de furia, contado por un idiota y significando nada. Entonces, ?a qu¨¦ viene el rencor?".
Le pregunt¨¦ a Aitana S¨¢nchez-Gij¨®n, actriz, por una historia suya de amistad, y me habl¨® de su hermana Ayanta, de su amiga Almudena. "Son mis compa?eras de vida? Una lo es desde que nac¨ª, y la otra es mi amiga desde los cinco a?os. Forman parte de mi infancia, y son mis referencias? No, los amigos no excluyen. La capacidad de amar y de establecer v¨ªnculos es infinita". Pero dice Aitana, "los amigos que conocen tu alma profundamente son pocos". Un amigo es quien entiende la exigencia del otro, "e intuye cuando el otro est¨¢ necesitado".
Y sin amigos, qu¨¦ soledad, dice Aitana. Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, director de cine, es, como el personaje de Kipling, "el amigo de todo el mundo". ?l conserva amigos que tuvo cuando era ni?o; y son amigos suyos, a¨²n, los que fueron con ¨¦l al instituto, a la facultad? "Desde hace 35 a?os me re¨²no con ocho de esos amigos, cada semana, en un restaurante; hablamos de la pol¨ªtica, de la vida". De vez en cuando tambi¨¦n se junta con Javier Mar¨ªas, que es amigo de la facultad, y con Arturo P¨¦rez-Reverte, una uni¨®n m¨¢s reciente, "y ahora ¨¦sas son amistades constantes, dilatadas; no te exigen fidelidades, son amistades muy gratificantes".
Un amigo, suele decir el escritor Manuel Vicent, "es aquel al que te atreves a pedirle dinero a las cuatro de la madrugada y ¨¦l no te pregunta para qu¨¦ lo quieres? Se conserva como un tesoro, o un ¨¢rbol, o una casa. Y se destruye igual que se destruyen esos tesoros".
Josep Pla dec¨ªa, recuerda Vicent, que no se pueden tener muchos amigos. "?l distingu¨ªa entre conocidos, saludados y amigos. La amistad y la abundancia son incompatibles. La amistad es una cualidad humana que est¨¢ dispuesta a ver tan s¨®lo la parte positiva de una persona".
Vicent vivi¨® con otros amigos suyos una larga, honda, relaci¨®n de amistad con Rafael Azcona, el guionista, de cuya muerte hace ahora un a?o. "Azcona era inteligente, divertido; nunca te pon¨ªa en situaci¨®n de decirle que no. Y ¨¦sa es una virtud de la amistad".
Esa amistad con Azcona era especial, di¨¢fana. Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, cineasta, fue el encargado por Susi Youdelman, la viuda del guionista, de esparcir la noticia de que el amigo hab¨ªa muerto. Se reun¨ªan una vez al mes (con Vicent, con ?ngel S¨¢nchez Harguindey, con Jos¨¦ Luis Cuerda, con David Trueba, con Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n?) en un restaurante de Madrid; cuando se sinti¨® mal, el autor de El cochecito decidi¨® guardar silencio, y quiso que no se supiera ni siquiera que hab¨ªa muerto hasta que pasaran unos d¨ªas.
Entonces fue Garc¨ªa S¨¢nchez el mensajero. "Fue su ¨²ltimo servicio de amigo absolutamente disponible. Despu¨¦s de muchos a?os de trabajar juntos cada d¨ªa, una ma?ana me dijo, hace dos a?os: 'Jos¨¦ Luis, me parece que ya somos amigos'. Ejerc¨ªa la amistad como ning¨²n otro que yo haya conocido. Ahora puedo decir que era mi mejor amigo, pero nunca se lo dije. ?Se hubiera cabreado! ?l dec¨ªa que la amistad es un adjetivo, y, por tanto, no puede producir ning¨²n beneficio: la amistad produce amistad, ?te parece poco?" ?Y c¨®mo se rompe la amistad? "Es muy sencillo: cuando ejerces sobre el cristal una presi¨®n mayor que su resistencia".
David Trueba, director de cine y novelista, vivi¨® la experiencia del concepto de amistad que ten¨ªa Azcona, y es autor de una novela de amistad, Cuatro amigos. "En el caso de Rafael, la amistad era un concepto muy p¨²dico; siempre guardaba espacios privados. Ambrose Bierce dice en El diccionario del diablo que la amistad es un barco en el que caben dos cuando hace buen tiempo, pero en el que s¨®lo puede navegar uno cuando hay tormenta. A los amigos no se les puede pedir lo que no te pueden dar. A Azcona le gustaba tener amigos j¨®venes, gente que le pudiera traer informaci¨®n que no ten¨ªa; sus amigos eran como enviados especiales".
A Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, con el que Trueba hizo (con Luis Alegre) un ¨²ltimo filme, La silla, le pasaba algo parecido: "?l te transmit¨ªa el placer que sent¨ªa al o¨ªr cosas nuevas. Y el placer de su vida fue la amistad. Y ¨¦l dec¨ªa: 'Se puede dar la amistad entre un hombre y una mujer, siempre y cuando el hombre no sea yo".
Emma Cohen, actriz, escritora, vivi¨® la pasi¨®n amorosa y la amistad con Fern¨¢n-G¨®mez. "Era un gran amigo de la gente que eran sus amigos. Joan Estelrich, Azcona, Manuel Pilares, Manuel Aleixandre? Conoci¨® la amistad en la infancia, en Chamber¨ª, con los ni?os de la calle, en la guerra, con sus primos, que eran sus amigos. Luego vinieron Eduardo Haro Tecglen, Cayetano Torregrosa. Su abuela fue su amiga. Un amigo es como estar contigo, alguien con quien puedes franquearte. Y es para siempre. Se rompe, s¨ª, por la desmemoria, la gente no recuerda lo que un d¨ªa fue para el otro. Fernando era un magn¨ªfico amigo, se entregaba, y los amigos j¨®venes le enriquec¨ªan. Era un regalo para sus amigos".
Lo m¨¢s necesario de la vida, dec¨ªa Arist¨®teles, y lo recuerdan por separado Lled¨® y su compa?ero (y amigo) de academia ?lvaro Pombo. ?ste a?ade: "Estamos henchidos de amistad: es amor, deseo de amistad, y hay tantas variantes de amistad? Es un acto de confianza profunda. Mira estos versos antiguos: 'Madre, un caballero de la Casa del Rey/ siendo yo muy ni?a/ pidiome la fe / d¨ªsela yo, madre/ no lo negar¨¦ / mal de amores he'. Es el romance de una enamorada. Pues la amistad es lo mismo: nos prestamos la fe, la confianza, eso es la amistad. La confianza es el fundamento de la amistad. Uno da la fe, cuando se acaba la confianza, lo que hay es desconfianza. Y a veces los amigos pueden hacer cosas que estropean la confianza". Jos¨¦ Luis G¨®mez, actor y director de teatro, cree en lo mismo: "La confianza es el elemento b¨¢sico de la amistad y de la vida civil, sin confianza no se puede convivir".
A Antonio Gala le preguntamos por una historia de amistad. Y cont¨® una con mejillones. "Era un amigo muy ¨ªntimo, y por alguna confusi¨®n llegu¨¦ a creer que adoraba los mejillones, que a m¨ª me daban asco. Durante mucho tiempo le acompa?¨¦ a comer mejillones, y yo adem¨¢s me los com¨ªa, y ve¨ªa que ¨¦l lo hac¨ªa con delectaci¨®n. Hasta que una vez, en la casa de otros amigos, observ¨¦ que apartaba, creyendo que yo no lo percib¨ªa, los mejillones de una paella. ??l tambi¨¦n odiaba los mejillones, y los tomaba porque crey¨® que era yo quien los adoraba! Y esa an¨¦cdota es, en este caso, una confirmaci¨®n de la amistad, que dur¨® hasta que ¨¦l muri¨®".
Gala es autor de un libro de poemas, el primero suyo, Enemigo ¨ªntimo. "Enemigo ¨ªntimo se es en el amor. En la amistad no se da el enemigo; el amigo siempre va contigo. Sigues echando de menos, aunque se haya producido la ruptura, al que t¨² cre¨ªas que era".
Lo hablamos con Luis Gordillo, pintor. "Un amigo es de la familia, alguien con quien puedas descansar. Mis amistades infantiles se rompieron. Me dan mucha envidia las personas que tienen un n¨²cleo de amistades m¨¢s o menos intensas. El amor es una amistad distinta, tiene un componente er¨®tico muy importante. Y a mi edad se echa mucho de menos cuando no se tiene. No se puede forzar, hay que alimentarla".
Tuvo amigos al principio de su estancia en Madrid, cuando vino de Sevilla, su tierra. "Eran buenos pintores; por lo que sea, yo destaqu¨¦ m¨¢s, y me entr¨® como verg¨¹enza de que ellos se sintieran relegados, y la amistad se fue diluyendo. En mi caso se produjo como una envidia culposa, les tengo cari?o, pero me da miedo relacionarme con ellos. Ah, tengo muy buena amistad con mi hermano Jos¨¦ Manuel, que vive en Sevilla y es historiador. Nos ha ido igualando la edad, creemos en las mismas cosas. Mi mejor amigo es mi hermano".
Escuch¨¦, en esta ronda de conversaciones sobre la amistad, una confesi¨®n muy bella de Francisco Nieva, escen¨®grafo, acad¨¦mico, escritor, autor teatral; me dijo algo que le ocurri¨® cuando era un chiquillo. "Hab¨ªa muerto mi padre, yo era un empleadillo de Cifesa, la productora de cine, y cada d¨ªa tomaba un autob¨²s para ir al trabajo. En ese autob¨²s viajaba siempre un hombre mayor, de frente amplia, muy guapo. Y yo sent¨ªa que deb¨ªa acercarme a ¨¦l, que me acariciara el cabello, que me protegiera. A?os despu¨¦s me presentaron a un hombre en un estreno. Era ¨¦l. Vicente Aleixandre. Luego fuimos amigos. Nos acarici¨¢bamos, ¨¦ramos amigos, no ¨¦ramos amantes. Amigos de una enorme intensidad sentimental, inolvidable".
Le pregunt¨¦ a Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, novelista, por una historia literaria que le evocara la amistad, y dijo: "La que m¨¢s vivamente recuerdo es la que se relata en El ¨²ltimo encuentro, la novela de Sandor Marai". Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, poeta, memorialista, superviviente de la generaci¨®n de 1950, tuvo un amigo para siempre. Era ?ngel Gonz¨¢lez, poeta, muerto ahora hace un a?o y pico.
"Hay un proverbio bereber", empez¨® contando Caballero, "que dice: 'Un amigo vale m¨¢s que cien camellos, un camello vale m¨¢s que toda una vida', de modo que imag¨ªnate lo que vale un amigo. Tener un amigo del alma es muy dif¨ªcil. Y uno era ?ngel Gonz¨¢lez, acaso el m¨¢s importante. ?se era el amigo del alma en un mundo desalmado, la grisura del franquismo, en la posguerra inmediata, cuando lo conoc¨ª. En aquel mundo desalmado tener un amigo era muy grato en las largas noches; beb¨ªamos. Dec¨ªa ?ngel que nuestra aportaci¨®n a la vida hab¨ªa sido una nueva manera de vivir y de beber. Es curioso: pod¨ªamos estar juntos y callados, y en ese silencio estaba la esencia de nuestra amistad".
Luis Garc¨ªa Montero acaba de terminar la biograf¨ªa de ?ngel, que le llevaba m¨¢s de treinta a?os al poeta granadino. "Cada vez que mor¨ªa un amigo ¨¦l dec¨ªa: 'Est¨¢n disparando cerca'. Y luego miraba la agenda, tachaba. 'Se me adelgaza el futuro', dec¨ªa. Hizo su concepto de la amistad en los a?os de la guerra, en casa de los Taibo, que estaban perseguidos, y ¨¦l estaba muy solo. Y con Manolo Lombardero, su amigo hasta el final. Aprendi¨® a resistir, y de ah¨ª ven¨ªa su sentido de la lealtad: no soportaba que hablaran mal de sus amigos en su presencia".
Joaqu¨ªn Sabina fue de esos amigos m¨¢s j¨®venes de ?ngel Gonz¨¢lez. Una historia de amistad. Pero antes de ¨¦sa me habl¨® de la historia que le junt¨® a Joan Manuel Serrat, con quien comparti¨® escenario durante un a?o. "No quer¨ªa morirme sin haber comprobado que eso puede suceder entre dos artistas sobre un mismo escenario. Ausencia de envidia, ausencia de vanidad, entrega total entre dos compa?eros. ?Fue incluso un exceso! El ¨²ltimo d¨ªa, cuando ya se acab¨®, nos ca¨ªan l¨¢grimas como melones".
La amistad es fant¨¢stica, dice Sabina. Y ¨¦l cree que es para siempre. "Yo s¨¦ que en el fondo de su alma, Mario [Vargas Llosa] y Gabo [Garc¨ªa M¨¢rquez] se aman profundamente, como Silvio [Rodr¨ªguez] y Pablo [Milan¨¦s], no se hablan desde hace a?os, pero se aman profundamente. Borges dec¨ªa que el para¨ªso es una biblioteca; pues yo creo que el para¨ªso es una sobremesa larga con amigos".
En esa sobremesa est¨¢ ?ngel Gonz¨¢lez. "Era un templo en el que la amistad ten¨ªa un alt¨ªsimo sitio. Cuando yo era joven sent¨ªa que un d¨ªa me encontrar¨ªa con Plat¨®n y S¨®crates al mismo tiempo en un templo de amistad, y no sucedi¨® hasta que encontr¨¦ a ?ngel, que era la bondad, la belleza y la sabidur¨ªa. Y adem¨¢s, bailaba y beb¨ªa mejor que Plat¨®n y S¨®crates juntos". Sabina dice que en la amistad es como un legionario: "Encubrir¨ªa a un amigo".
Mart¨ªnez Sarri¨®n cont¨® el origen de unas amistades m¨ªticas, las que su generaci¨®n sinti¨® por Benet, por Hortelano. "Conoc¨ª a Benet por medio de Guelbenzu, hacia 1969, y pronto se forj¨® entre nosotros una amistad que dur¨® hasta su muerte. Juan, como amigo ¨ªntimo, fue la generosidad misma. Para m¨ª fue una suerte de hermano mayor, con sus ribetes de padre".
?Y Hortelano? "Lo conoc¨ª por medio de Jaime Salinas y de ?ngel Gonz¨¢lez hacia 1967. Nuestra com¨²n condici¨®n de funcionarios p¨²blicos a?ad¨ªa un dato m¨¢s a un trato muy seguido, donde se habl¨® de todo y se celebr¨®, copa en mano, menos la maldita burocracia, cualquier burocracia". Eran amistades caracterizadas por "la pasi¨®n literaria y el m¨¢s absoluto desinter¨¦s, la m¨¢s pura gratuidad. Luego las cosas cambiaron de ra¨ªz". Entr¨®, recuerda Sarri¨®n, el concepto de literatura y negocio, "en los noventa, un premiado narrador joven de la generaci¨®n siguiente me confes¨® que, en las tertulias con sus coet¨¢neos escritores, no se hablaba m¨¢s que de dinero. He dejado de preguntar". Ha sido "millonario en amigos", y en ese recuento no puede dejar de nombrar "a Carmen Mart¨ªn Gaite y a Carlos Barral. Ellos fueron el ¨²nico lujo y derroche que no me ha parecido obsceno".
Un amigo es un c¨®mplice, dice Mill¨¢s; los lazos se rompen "por mil motivos diferentes", pero "se mantienen de forma gratuita, como un regalo. Si es preciso realizar grandes esfuerzos", dice el escritor de El desorden de tu nombre, "dejan de compensar".
Preguntas similares le hice a un colega, y amigo suyo, Gonzalo Su¨¢rez, que adem¨¢s vivi¨® la amistad en el f¨²tbol, cuando fue cronista y ojeador del Inter de Mil¨¢n (con Helenio Herrera, su padrastro). "Ah¨ª, en el f¨²tbol, hay m¨¢s compa?erismo que amistad". Y en el sector en el que tambi¨¦n participa, como director de cine, puede darse tambi¨¦n la amistad, a condici¨®n de que no sea obligatorio hablar de cine. "Nos aconsejamos libros o pel¨ªculas; comemos, bebemos, bromeamos y jugamos a las cartas o al domin¨®. Me aburre hablar de lo que estamos haciendo". ?Y un amigo qu¨¦ es? "Alguien con quien existe una mutua comprensi¨®n, o confianza, con el que no tienes por qu¨¦ intercambiar palabras. Y no se rompe la amistad, si es verdadera. La aut¨¦ntica amistad dura m¨¢s que determinadas formas del amor".
Es lo que dice Juan Luis Galiardo, el actor, que forma parte de aquel elenco especial de amigos de Azcona. "La amistad la rompe la traici¨®n, y tienes que estar preparado para la traici¨®n. Y hay que tener comprensi¨®n, y compasi¨®n. Pero somos como alima?as. Lo que es sorprendente es alcanzar la grandeza, porque la miseria es lo cotidiano, y en la miseria est¨¢ la traici¨®n".
Le pregunt¨¦ al psiquiatra Vicente Mira. Me dijo: "La amistad viene de un encuentro fulgurante que se fragua poco a poco. Hay un proverbio del Congo que dice: 'Los amigos que caminan juntos no se olvidan'. La amistad es una tela, una red muy fina, invisible. A lo largo de los a?os, esa red captura cosas, intereses mezquinos, o disfrazados, ambici¨®n, deseos er¨®ticos, halagos, cr¨ªticas, silencios. Si la red sobrevive es un milagro, y se llama amistad. Y mira lo que dec¨ªa Plat¨®n: 'En el camino de la amistad no debe crecer la hierba'. Pues Brassens dec¨ªa lo contrario: debe crecer la hierba, y no pasa nada".
No tener amigos es desolador. Lo dice Lisi F. Prada: "Los suspiros duran un segundo / Las quincenas, dos semanas/ Las primaveras, tres meses / Los compa?eros, cuatro, cinco, seis a?os / Los amores, desde una estrella fugaz / a siete eternidades. / Solamente un amigo puede durar toda la vida". Y ella recuerda a Arist¨®teles: "Aquel que tiene (muchos) amigos no tiene ning¨²n amigo". Lled¨® recuerda al fil¨®sofo: "Las relaciones amistosas con nuestro pr¨®jimo y las caracter¨ªsticas que definen cada amistad se derivan de los sentimientos que tengamos hacia nosotros mismos". Y dice el fil¨®sofo espa?ol:
-Si somos indecentes no podemos sentir ni una brizna de amistad ni de amor.
No, no vivimos en un mundo amistoso, dice Lled¨®. Se rompe la amistad. La rompen "la ignorancia, la miseria, sobre todo, la miseria de los miserables". Y hay un ant¨ªdoto que ¨¦l invent¨®: "Hay que amar la vida, toda la vida, y no s¨®lo la propia".
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