"He creado mi propio mundo panda"
So?ador o inconformista. Artista o espabilado. El precio que han alcanzado algunas de sus obras hace pensar que tiene un poco de todo. Pero de lo que no cabe duda es de que Zhao Bandi es un personaje fuera de lo com¨²n. All¨¢ donde va, viaja con un panda de peluche. Normalmente, entre sus brazos. A veces, sobre la cabeza. Y as¨ª est¨¢ hoy tambi¨¦n, sentado junto a la ventana, con el osito en el regazo y la mano sobre el carrillo peludo, preparado para explicar su particular relaci¨®n con el animal.
"El panda es un s¨ªmbolo chino. Pero es algo muy grande, abstracto. Pens¨¦ que pod¨ªa utilizarlo de otra manera, hacerlo m¨¢s personal, y he creado mi propio mundo panda", afirma, rodeado de mu?ecos y telas, en su estudio, en el complejo de f¨¢bricas abandonadas conocido como 798, en Pek¨ªn.
El artista intenta retratar China en sus trajes. Cada uno vale miles de euros
Zhao, de 42 a?os, viste de azabache, un color que contrasta con las paredes n¨ªveas del local. Mira con ojos traviesos y se cala su gorra de pillo de barrio con una mano, mientras con la otra sostiene el oso blanquinegro. Ha pedido comenzar la conversaci¨®n en el taller, antes de pasar a un caf¨¦ cercano. Prefiere no almorzar. Est¨¢ liado preparando una exhibici¨®n en el Palais de Tokyo, en Par¨ªs, para finales de este mes. As¨ª que alterna la charla con instrucciones a sus ayudantes, que se afanan en torno a una modelo larga como un car¨¢mbano, envuelta en un vestido coronado por un gorro con dos orejas como remos. Iron¨ªa, humor y conciencia se funden en la obra de este licenciado en Bellas Artes, que se hizo un nombre a principios de los noventa cuando sus ¨®leos formaron parte de una muestra del arte chino de vanguardia en Europa. En 1999 adopt¨® el panda como n¨²cleo de su trabajo.
Con la sonrisa dispuesta, navegando en su mundo imaginario, este artista ha convertido su relaci¨®n con el oso en un modo de vida, una performance continua, que le ha granjeado un espacio de oro en el mundo del arte, y tambi¨¦n la enemistad de funcionarios del Gobierno que le acusan de apropiarse y denigrar este icono nacional. "Cuando era peque?o, mi familia era muy pobre, y mi hermana y yo no ten¨ªamos juguetes. Alguna gente piensa que estoy mal de la cabeza y me r¨ªo de la sociedad. Necesitamos otra forma de mirarnos a nosotros mismos".
Es media ma?ana, y est¨¢ trabajando en uno de los dise?os que llevar¨¢ a Par¨ªs: el vestido de juez, uno de los m¨¢s de 30 que ha creado representando diferentes clases y temas sociales, como el promotor inmobiliario, la concubina, el funcionario corrupto o el emigrante. Todos en blanco y negro.
"Si quieres entender la China actual, basta con ver este desfile. Nadie hab¨ªa mostrado hasta ahora la sociedad china en la pasarela", prosigue en el caf¨¦ cercano a su taller -un local agradable de dise?o moderno, frente a varias galer¨ªas de arte-. A su lado, los ayudantes le miran con complicidad. El panda se qued¨® en el estudio. Uno de sus vestidos alcanz¨® el a?o pasado 600.000 yuanes (69.200 euros) en una subasta celebrada durante una exclusiva cena en un yate, en Shanghai. Pero no s¨®lo piensa en el arte y el lujo. Tambi¨¦n ha creado un premio con la figura del oso bicolor. Ya ha concedido seis, varios de ellos a voluntarios que ayudaron tras el terremoto, el a?o pasado, en la provincia de Sichuan; y otro, al presidente de Taiwan, Ma Ying-jeou. "El siguiente se lo quiero entregar a Wen Jiabao [primer ministro chino], pero no s¨¦ d¨®nde enviar la invitaci¨®n. Llam¨¦ al 114 y no me han dado su direcci¨®n".
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