El Salvador, entre el riesgo y la oportunidad
Cuando Ignacio Ellacur¨ªa, ex rector de la Universidad Jesuita, me dijo, pocos meses antes de ser asesinado, que con Alfredo Cristiani, entonces presidente de El Salvador, se pod¨ªa firmar la paz, no le cre¨ª. Cristiani no ven¨ªa de la extrema derecha, pero lleg¨® al Gobierno montado en la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que en ese momento era el partido de los escuadrones de la muerte. Cristiani tendi¨® puentes, nosotros los cruzamos, firmamos la paz y esto le permiti¨® controlar y transformar a su partido. La transformaci¨®n de Arena en una derecha democr¨¢tica cambi¨® radicalmente a El Salvador.
El fin de la violencia pol¨ªtica gubernamental, el establecimiento de la tolerancia y la libertad de expresi¨®n como valores centrales, conquistados en la guerra civil que padeci¨® el pa¨ªs en los a?os ochenta, han hecho posible que ahora el Frente Farabundo Mart¨ª (FMLN) haya ganado las elecciones y que Arena haya aceptado sin vacilar su derrota por un escaso margen. Esto disipa el fantasma autoritario de la derecha salvadore?a. Se le pueden cuestionar a Arena sus pol¨ªticas econ¨®micas, su ego¨ªsmo social o su politiquer¨ªa polarizante, pero es, sin duda, un partido democr¨¢tico.
La comunidad internacional debe acercarse a Funes para evitar que se escore hacia Ch¨¢vez
Contrariamente, hay razones evidentes para dudar de que el FMLN sea un partido democr¨¢tico y para creer que es una fuerza pol¨ªtica violenta, intransigente e intolerante. Esto lo sustentan hechos, documentos oficiales, declaraciones y el alineamiento abierto del partido con el modelo cubano y bolivariano. Ese alineamiento le ha permitido al FMLN ser el ¨²nico partido pol¨ªtico latinoamericano que ha ganado decenas de millones de d¨®lares vendiendo di¨¦sel mediante un acuerdo con Ch¨¢vez. En 14 a?os, v¨ªa numerosas escisiones y expulsiones, el Frente pas¨® de ser una alianza de centro-izquierda a ser controlado por el partido comunista.
En El Salvador la derecha no hizo una campa?a de miedo, simplemente manifest¨® un miedo real, sustentado en las expropiaciones venezolanas, en el fraude nicarag¨¹ense y en las acciones de los grupos violentos del propio FMLN, que amenazaban con incendiar el pa¨ªs si perd¨ªan.
Si Arena hubiese ganado la elecci¨®n por el mismo margen con que ha ganado el FMLN, El Salvador estar¨ªa ahora en una crisis como la que vivi¨® M¨¦xico despu¨¦s de la elecci¨®n del 2006, s¨®lo que con mucha violencia y muertos.
El Salvador es un pa¨ªs en riesgo, est¨¢ profundamente dividido, en los inicios de una crisis econ¨®mica de gran impacto y bajo una inseguridad que lo podr¨ªa convertir en un narco-Estado. As¨ª como en 1992, s¨®lo la paz pudo darle viabilidad, ahora s¨®lo la concertaci¨®n lo salva. El partido Arena ya est¨¢ transformado, la tarea pendiente, la m¨¢s importante y la m¨¢s dif¨ªcil para el nuevo presidente, es transformar al FMLN en un partido tolerante y democr¨¢tico, porque s¨®lo as¨ª se convertir¨¢ El Salvador en un pa¨ªs pol¨ªticamente previsible.
El modelo cubano bolivariano va de salida. La primera v¨ªctima de esta crisis temporal del capitalismo ser¨¢ el final definitivo del socialismo del siglo XXI de Ch¨¢vez, que arrastrar¨¢ consigo al r¨¦gimen cubano. No tiene sentido seguir los pasos de un cad¨¢ver. La paz en El Salvador fue posible tambi¨¦n por el fin de la guerra fr¨ªa, el debilitamiento de la chequera del coronel Ch¨¢vez es una situaci¨®n parecida. La comunidad internacional democr¨¢tica debe acercarse al nuevo Gobierno para hacer contrapesos y evitar que El Salvador se convierta en otro juguete geopol¨ªtico del coronel.
El extremismo ideol¨®gico, el discurso agresivo y la conducta intolerante del FMLN, genera grupos que ejecutan violencia callejera de forma sistem¨¢tica. Esos grupos ya asesinaron a dos polic¨ªas, siembran el terror en la Universidad Nacional, han golpeado a periodistas, atacaron en la campa?a al candidato de Arena y se han relacionado con la narcoguerrilla de las FARC, tal como lo demostraron las computadoras decomisadas en Ecuador por el Ej¨¦rcito colombiano.
En realidad, se trata de un poder de intimidaci¨®n fr¨ªamente construido, similar al que agrede las protestas de opositores en Nicaragua y al que pone bombas en sinagogas e iglesias en Venezuela. Los opositores est¨¢n expuestos a ser atacados por estos grupos, que, al convertirse su partido en Gobierno, pasan a gozar de indiferencia policial e impunidad jur¨ªdica. En El Salvador hubo una pacificaci¨®n sin venganza, y todos, incluso quienes nos alzamos, hemos podido bajo los Gobiernos de Arena criticar sin sentirnos amenazados.
El nuevo presidente tiene el reto de mantener una seguridad democr¨¢tica, de evitar la ideologizaci¨®n de las instituciones de seguridad y de desmantelar el poder de intimidaci¨®n callejero que sectores del FMLN buscar¨¢n expandir, empoderar y construirle complicidades policiales, como las que tuvieron antes los escuadrones de la muerte de la derecha.
El escenario en el que Mauricio Funes ha ganado la elecci¨®n es similar al de hace 20 a?os cuando gan¨® Cristiani, la gente les crey¨® a los candidatos y no a sus partidos. Funes llega al Gobierno montado en un caballo todav¨ªa salvaje, pero su discurso inicial ha sido de tender puentes y Arena ha dicho que est¨¢ dispuesta a cruzarlos. Esto puede permitirle al nuevo presidente transformar al FMLN y colocar a El Salvador en un momento de oportunidad.
Joaqu¨ªn Villalobos, ex guerrillero salvadore?o, es consultor para la resoluci¨®n de conflictos internacionales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.