'El peque?o Caribe' le pone velas rojas a Luisito
Decenas de personas se concentran enel lugar donde fue tiroteado el joven
Al bajarse del coche Faustino Polanco, la pandilla de amigos de su hermano Luis, asesinado el pasado viernes con dos tiros en la nuca, corre a darle la mano y abrazarle. "Ha sido un abuso", repiten, con la gorra ladeada en la cabeza pero sin ajustar y los pantalones ca¨ªdos. Hacen corrillo en la calle de Topete (Tetu¨¢n), en torno a una fotocopia de una fotograf¨ªa de Luis, justo donde el viernes fue tiroteado.
Luis Polanco ten¨ªa 22 a?os, cumpl¨ªa los 23 en noviembre y era de origen dominicano. Ayer en su barrio de adopci¨®n, conocido como El peque?o Caribe, todo eran llantos, velas rojas y versiones dispares de lo que pas¨®.
En El peque?o Caribe hace calor. Apenas son tres calles (Almansa, Topete y Tenerife, detr¨¢s de la parada de metro de Cuatro Caminos), repletas de morenitos, como se llaman entre ellos los dominicanos. Abundan los locutorios, las peluquer¨ªas especializadas en trenzas, los bares donde suena bachata... El 28% de los 157.000 habitantes que tiene el distrito de Tetu¨¢n son extranjeros, m¨¢s de 3.300 dominicanos, la segunda nacionalidad m¨¢s abundante, despu¨¦s de la ecuatoriana (5.984).
"Le tiene que haber confundido con otro", defiende su hermano
Luisito, como le llamaban sus amigos, no viv¨ªa en la zona. Pero la frecuentaba mucho. Ah¨ª ten¨ªa su gimnasio, su mec¨¢nico, su locutorio, su billar, su establecimiento de loter¨ªa... Ah¨ª conoci¨® a Ariane, de 19 a?os. Con la joven esperaba una hija que nacer¨¢ en abril. Y ah¨ª muri¨® de dos tiros.
"Yo le dije: ?d¨®nde vas? Si tienes a tu mujer a punto de parir. Si se pone mal y tienen que ir al hospital, ?qui¨¦n la va ayudar?", recuerda su padre que le dijo el viernes. Los dos hab¨ªan estado en la casa de Luisito y de Ariane, en la calle de Hortaleza, acabando de pintar y de prepararla para cuando naciera la ni?a. Pero no hubo forma, el chaval se fue a Cuatro Caminos.
"Quer¨ªa ir al gimnasio y recoger la moto que le estaban arreglando", indica su primo. Cuando lleg¨®, sobre las seis y media de la tarde, la moto no estaba lista. As¨ª que se puso de ch¨¢chara con varios amigos del barrio. "Estuvo jugando a la pelota con mi chamaquito", contaba uno de los vecinos que le rend¨ªan ayer homenaje en la calle.
Lo que pas¨® despu¨¦s no est¨¢ nada claro. Oficialmente, las personas que quieren a Luis contaban que, sin venir a cuento, un hombre con una pinta extra?a se acerc¨® y le dispar¨® a traici¨®n por la espalda; otra de las versiones dice que Luis le pidi¨® tabaco para liarse un porro y el tipo le dispar¨®; que el agresor quer¨ªa matar a un morenito; otros cuentan que le pidi¨® la identificaci¨®n, Luis se neg¨® y el hombre le mat¨®.
Pero cuando nadie escuchaba atentamente, los lugare?os contaban entre dientes otra versi¨®n de las cosas. El presunto autor, Luis T. C. , de 38 a?os, vigilante de profesi¨®n, llevaba parte de la tarde por la calle de Topete y la calle de Carnicer. Hablaba con el m¨®vil, intermitentemente, se acercaba a los chavales. Ten¨ªa una actitud sospechosa y encima era espa?ol. "?Qu¨¦ hac¨ªa un espa?ol en Cuatro Caminos?", repet¨ªa ayer un amigo del muerto. Eso les hizo pensar que se trataba de un polic¨ªa que quer¨ªa pillarles vendiendo drogas.
Seg¨²n esa versi¨®n, el hombre se acerc¨® a Luisito y le pidi¨® coca¨ªna. "Yo no vendo nada. Anda, d¨¦jame, chivato", dicen que le contest¨®, y se gir¨®, con las manos en los bolsillos. El otro hombre sac¨® el arma y le dispar¨® dos veces en la nuca. Luis cay¨® de espaldas y muri¨® poco despu¨¦s.
"?Papi, le explot¨® a Luisito!", corri¨® Miguel, el ni?o que hab¨ªa jugado con ¨¦l al bal¨®n un rato antes. El cuerpo yac¨ªa en el suelo y el presunto autor hu¨ªa, caminando por Topete. Los amigos le persiguieron.
"El tipo les enca?on¨®, pero se le encasquill¨® la pistola", explic¨® ayer Faustino, de 24 a?os, hermano de Luis. Hab¨ªa salido a la puerta del bar que regenta su familia en Vallecas. De dentro llegaban los gritos de desesperaci¨®n de su madre y los zapatazos contra el suelo, impotente ante la muerte de su hijo. "La ¨²nica explicaci¨®n es que el hombre le haya confundido con otro. ?l no ten¨ªa deudas con nadie", insisti¨®.
La rapidez de la polic¨ªa evit¨® que el viernes fueran dos cad¨¢veres en lugar de uno. "Si hubieran tardado m¨¢s, le matan", explic¨® su padre. En el momento de la detenci¨®n del agresor tuvo que acudir una unidad de antidisturbios. Los j¨®venes dominicanos se pusieron a zarandear el coche de la polic¨ªa en el que se llevaban al detenido y acudieron en tropel a la comisar¨ªa.
Una de las chicas que presenci¨® la agresi¨®n ayer no pod¨ªa dejar de llorar. Ariane, en cambio, aguantaba dura como una roca el p¨¦same de sus amigos, de pie, rindiendo tributo a su novio. Antes de bajarse del coche, su madre le hab¨ªa advertido: "Ahora no te vayas a poner a llorar". Ariane no tiene empleo, su suegro tampoco. Y tampoco lo ten¨ªa Luisito. A veces echaba una mano a su padre como pintor o ayudaba en el bar, seg¨²n su hermano. La polic¨ªa revela que ten¨ªa antecedentes por robo y lesiones. "Una vez cogi¨® unas ropas en El Corte Ingl¨¦s", reconoci¨® su hermano. El supuesto agresor no ten¨ªa antecedentes.
Para Ana Mercedes Peralta, su hijo Luis, el segundo de tres hermanos, era el mejor. "?Me han roto el coraz¨®n!", sollozaba. "Era su hijo preferido, el que m¨¢s se ocupaba de ella y le daba 50 euros cuando lo necesitaba", recordaba su padre. La lista de virtudes de los que le conoc¨ªan es interminable: bueno, alegre, amable... "No ten¨ªa ni media libra", a?ad¨ªa uno de los muchos hombres que hac¨ªan corrillo recordando al joven. La mayor¨ªa dec¨ªa no explicarse lo sucedido. Aunque alguno, a media voz, aseguraba que se ve¨ªa venir: "Luisito o iba a acabar as¨ª o estrell¨¢ndose con la moto".
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