El canterano que cobra de Florentino
Mateos, ex campe¨®n de Europa sub 16, trabaja en el servicio de limpieza de Lugo
Fue en 1996 cuando Miguel Mateos, futbolista del Lugo, deslumbr¨® con la selecci¨®n gallega en un campeonato de Espa?a cadete. Vicente del Bosque, entonces responsable de la cantera del Real Madrid, no tuvo dudas y de inmediato le ofreci¨® mudarse a la capital. En casa de Mateos, que ten¨ªa 15 a?os, tardaron una semana en decidirse y adem¨¢s el coraz¨®n del chico era cul¨¦, pero acab¨® en la m¨ªtica pensi¨®n merengue del Paseo de Recoletos. All¨ª inici¨® una carrera hacia la cumbre.
Meses despu¨¦s se proclam¨® campe¨®n de Europa sub-16 en Alemania con una selecci¨®n liderada por Iker Casillas y en 1998 fue pieza importante del grupo que qued¨® tercero en el Mundial sub-17 de Egipto. En aquel torneo en la medular de la roja se manejaba junto a Mateos un chico catal¨¢n, Xavi, que tambi¨¦n ten¨ªa proyecci¨®n. Diez a?os despu¨¦s Casillas y Xavi viven, y muy bien, del f¨²tbol y a Mateos le paga Florentino P¨¦rez: es ch¨®fer de Urbaser, el servicio de limpieza urbana de Lugo. Adem¨¢s, los fines de semana deja retazos de calidad en los campos de Regional Preferente con el Foz.
Del Bosque se lo llev¨® al Madrid, pero su coraz¨®n cul¨¦ le empuj¨® al Bar?a
Van Gaal lo inscribi¨® en la 'Champions' y ah¨ª llegaron las lesiones
"Al final te das cuenta de que jugar al f¨²tbol no es s¨®lo pegarle bien al bal¨®n y tirar dos ca?os", resume Mateos. Dice que le encantar¨ªa dar charlas a chicos que pasan ahora por lo que pas¨® ¨¦l. El desarraigo, la ilusi¨®n, el esfuerzo, el triunfo, las lesiones, el dinero... Un carrusel al que se suben adolescentes que no siempre acaban de exprimir su potencial. Mateos no olvida sus primeros meses fuera de casa, "las lloreras y las llamadas para decir 'mam¨¢ me vuelvo'". Mira hacia atr¨¢s y explica como, a¨²n menor de edad, sent¨ªa tambi¨¦n la responsabilidad de no fallarle a su gente y reconoce un sentimiento de frustraci¨®n, de culpa. "Creo que pude hacer m¨¢s, ten¨ªa que haber tenido algo m¨¢s de cabeza, cuidarme y entrenarme m¨¢s porque ten¨ªa condiciones y he visto a mi lado a gente de menos nivel que ahora vive del f¨²tbol", asegura.
Pablo ?lvarez, extremo del Deportivo, o Paco Corredoira, centrocampista del Racing de Ferrol, eran dos de sus compa?eros en las categor¨ªas inferiores del Lugo. Pero Mateos era el mejor. Se march¨® a Madrid y le fue bien, logr¨® asentarse en las selecciones de categor¨ªas inferiores, pero al tercer a?o le lleg¨® una oferta del Bar?a. Le toc¨® la fibra y se fue. "Ahora pienso que fue un error", dice. Despreci¨® la opci¨®n de mudarse a La Mas¨ªa -"la tienen muy mitificada, pero es peque?a e inc¨®moda"- y se fue a un piso con dos compa?eros. Se sac¨® el carn¨¦ de conducir, empez¨® a ganar dinero. "Llegu¨¦ al Bar?a B y estuve inscrito para jugar la Champions con Van Gaal, pero los compa?eros que triunfaron, como Arteta o Reina, en cuanto pasaron al filial, sus padres se fueron a vivir con ellos". Mateos se vio solo. "Son edades complicadas y mis problemas me los com¨ªa yo".
Una lesi¨®n en el tobillo fue el comienzo del fin. Cuando regres¨®, su puesto lo ocupaba Thiago Motta. El Bar?a lo cedi¨® al Lugo, pero no consigui¨® remontar al calor de los suyos porque tampoco Julio D¨ªaz, entonces t¨¦cnico rojiblanco, le ten¨ªa entre sus favoritos. "Dec¨ªa que no corr¨ªa", recuerda con amargor. Pas¨® un a?o en blanco y regres¨® a Barcelona, donde ya no contaba, y sali¨® de nuevo cedido, al Albacete B, para finiquitar su sue?o blaugrana en campos manchegos de Tercera Divisi¨®n. Fue un choque con la realidad tras cinco a?os en una burbuja. "Cuando est¨¢s en el Madrid o en el Barcelona -explica- no eres consciente de lo que hay fuera. Te miman, te lo dan todo y ni siquiera se te pasa por la cabeza que las cosas pueden ir mal". Su suerte hab¨ªa cambiado.
Cuando acab¨® contrato en el Bar?a, era una promesa en el olvido. Celta y Deportivo, que reaccionaron tarde cuando Del Bosque lo hab¨ªa reclutado, no marcaron su tel¨¦fono. Encontr¨® sitio en el Compostela B, un gran equipo que deslumbr¨® en Tercera, pero que se desinfl¨® por los problemas de la entidad. "S¨®lo cobramos un mes, el resto seguimos sin verlo". En su ¨²ltimo a?o en Santiago marc¨® 14 goles jugando en medio campo, pero nadie lo llam¨® en verano. "Logr¨¦ engancharme en septiembre para jugar en Preferente con el Vilalb¨¦s". De ah¨ª al O Val naron¨¦s, al Lemos y al Foz, a ayudar a su padre en la peque?a empresa familiar de transportes y a conducir el cami¨®n de la basura junto a la muralla. "Soy un gal¨¢ctico, me paga Florentino", bromea. Puede ser por poco tiempo por el due?o de ACS quiere vender Urbaser.
Con todo, Mateos quiere volver a tocar la gloria. No sobre el c¨¦sped, pero s¨ª en el banquillo. Quiere el carn¨¦ de entrenador para aplicar la lecci¨®n que cree haber aprendido. Ser¨¢ su segunda oportunidad para vivir del f¨²tbol y alejar la tonadilla que repite a quien le pregunta por aquel primer intento frustrado: "En la vida no todas las historias terminan bien".
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