Un m¨¦todo con el 100% de error

Para identificar a los ¨²ltimos cad¨¢veres, seg¨²n su propia confesi¨®n, Navarro recurri¨® al m¨¦todo de exclusi¨®n. Dicho m¨¦todo consist¨ªa en tachar nombres de la lista de pasajeros por ej¨¦rcito y empleo. Por ejemplo, si hab¨ªa tres sargentos del Ej¨¦rcito del Aire y dos ya estaban identificados... Verde y con asas.

Este m¨¦todo, de dudosa fiabilidad cient¨ªfica, le llev¨® a confundir al cabo primero Juan Carlos Bahobonay con el sargento Jos¨¦ Luis Moreno Murcia. Cuando el fiscal Fernando Burgos le hizo notar que el primero es de raza negra, Navarro replic¨®: "Era canario de aspecto mulatoide".

El papel de los subordinados del general -el comandante Jos¨¦ Ram¨ªrez y el capit¨¢n Miguel S¨¢ez- se limitaba a tomar nota de las lesiones visibles que presentaban los cad¨¢veres, as¨ª como de rasgos externos que sirvieran para la identificaci¨®n. Para realizar esa tarea "no hac¨ªa falta ser m¨¦dico", reconoci¨® S¨¢ez. Navarro anot¨® todos estos datos en unas hojas y un bloc pero, sorprendentemente, destruy¨® la mayor parte de este material probatorio entre febrero y marzo de 2004, cuando el asunto pas¨® a estar sub iudice. "?Los destruy¨® a sabiendas de que hab¨ªa una pol¨¦mica en los medios de comunicaci¨®n sobre la identificaci¨®n de los cad¨¢veres?", le pregunt¨® un letrado de la acusaci¨®n. "S¨ª", reconoci¨®.

A juzgar por lo o¨ªdo ayer, Navarro confeccion¨® la lista de las identidades a solas en su despacho. Hacia las diez de la noche, sali¨® y la entreg¨® a sus subordinados. "Nos volvemos a casa", les dijo.

Los cad¨¢veres salieron de Turqu¨ªa sin que se inscribiera el fallecimiento en el registro civil ni existieran certificados de defunci¨®n. Navarro los elabor¨® ya en Madrid, pues de otra forma no hubiera sido posible darles sepultura. Por esos certificados falsos se le acusa.