A los buenos les sale todo
Espa?a, sin su mejor versi¨®n, gana a una valiente Turqu¨ªa con un gol a trompicones de Piqu¨¦
Espa?a no s¨®lo es la selecci¨®n m¨¢s seductora del planeta. Tambi¨¦n sabe competir en partidos con mucho colmillo, en aquellos duelos que se le retuercen. Los grandes equipos tienen estas cosas: ganan cuando se lo merecen y cuando sus m¨¦ritos no superan los del enemigo. Ocurri¨® frente a Turqu¨ªa, a la que s¨®lo pudo derrotar por un cent¨ªmetro. Y en el marcador, que no tanto en el f¨²tbol. S¨®lo un acierto de Piqu¨¦ tras un afortunado fallo de Sergio Ramos derrib¨® a los turcos, que ofrecieron resistencia de principio a fin. Pero insuficiente para frenar la escalada de una selecci¨®n que ayer certific¨® 30 partidos sin perder y la mejor racha de victorias de su historia: diez. El r¨¦cord mundial de los 14 triunfos enganchados por Brasil y Francia no est¨¢ lejos. A esta Espa?a le sale todo. As¨ª ocurre con los buenos equipos. Y el de Del Bosque lo es, incluso cuando a su pesar el resultado queda por encima del juego, que en este caso tiene un list¨®n muy alto.
ESPA?A 1 - TURQU?A 0
Espa?a: Casillas; Sergio Ramos, Albiol, Piqu¨¦, Capdevila; Xavi, Senna, Xabi Alonso, Cazorla (Silva, m. 76); Fernando Torres (Llorente, m. 87) y Villa (Mata, m. 64). No utilizados: Reina, Diego L¨®pez; Arbeloa, Juanito, Marchena, Busquets, Riera y G¨¹iza.
Turqu¨ªa: Demirel; Gon¨¹l, Uzulmez, Emre Asik, Hakan Balta; Arda (Unkal, m. 76), Tuncay, Mehmet Aurelio, Emre Belozoglu; Sent¨¹rk (Akman, m. 56) y Nihat. No utilizados: Rustu; Bayrak, Kas, Gungor, Sabri, Kazim, Sahin, Erding, Yildrim, Karadeniz y Ceylan.
Goles: 1-0. M. 60. Xavi saca una falta, Sergio Ramos golpea el bal¨®n con su rodilla y lo manda al segundo palo, donde Piqu¨¦ aprovecha el rechace.
?rbitro: Massimo Busacca (Suiza).
Santiago Bernab¨¦u: 80.000 espectadores.
La selecci¨®n ha enlazado ya la mejor racha de victorias de su historia: diez
Esta vez Espa?a no fue Brasil en estado puro, como ya era costumbre en los ¨²ltimos tiempos. Lo que engrandece a Turqu¨ªa, que tampoco es del pelot¨®n, ni mucho menos. El grupo de Fatih Terim no se dej¨® intimidar por el imponente cartel de su adversario, ni por el estruendo de una hinchada que conecta como nunca con la selecci¨®n, ni por la majestuosidad de Chamart¨ªn. Los turcos defendieron con entereza su bronce en la Eurocopa que coron¨® a Espa?a; nunca se arrugaron y se desplegaron con decisi¨®n. Hoy no es aquel equipo un tanto t¨®xico para sus rivales por su heterodoxia. Sus costuras son otras. Frente al conjunto de Del Bosque adelant¨® lo suficiente las l¨ªneas como para crear un embudo que impidi¨® el juego cartesiano de los espa?oles, que, de forma sorprendente, tuvieron hasta problemas para gobernar la pelota antes del gol de Piqu¨¦. Cada turco se dej¨® las muelas en las disputas. No estuvo c¨®modo Xavi, siempre acorralado, con las v¨ªas de pase candadas por la presi¨®n otomana, con constantes auxilios entre sus jugadores, que mostraron un vigor extraordinario.
Fue Nihat, el m¨¢s reconocible de Turqu¨ªa, quien reflej¨® las intenciones de su equipo. Con el Bernab¨¦u encendido, el delantero del Villarreal se plant¨® a los cinco minutos ante Casillas, que desvi¨® con las u?as su remate cruzado. Un aviso en toda regla. Los turcos no hab¨ªan concebido refugiarse en las trincheras de Demirel, ajenos a la cosm¨¦tica que distingue a esta Espa?a. El campe¨®n de Europa pronto, muy pronto, apercibi¨® que la noche iba a ser huesuda. A todos los grandes se les enreda alg¨²n contrario. Espa?a quiso mezclar el toque largo de Xabi Alonso con el comp¨¢s de Xavi, pero el mixto no result¨®, no apareci¨® la selecci¨®n coral del ¨²ltimo curso. S¨®lo Cazorla, por una y otra orilla, se dejaba caer por las bandas, por donde Sergio Ramos y Capdevila, con los horizontes reducidos y siempre con dos oponentes por delante, no tuvieron peso. Tampoco Villa y Fernando Torres, con sus desmarques a los costados, lograron alterar a la defensa turca, que mantuvo un orden desconocido en un equipo que cautiv¨® en la pasada Eurocopa por su conmovedor esp¨ªritu ante los abismos y sus disparates defensivos.
La valent¨ªa de los turcos puso a Espa?a en un dilema. Ausente Iniesta, el equipo demandaba otro jugador desequilibrante por los extremos, ya fuera Riera o Silva. En definitiva, que a Xavi le ensancharan el campo y le aumentaran el repertorio de pases. Sin embargo, poner a dieta el eje del equipo, sostenido por Alonso y Senna, podr¨ªa engrandecer a un equipo con la mirada al frente. Del Bosque mantuvo el sistema inicial. L¨®gico: el grupo se ha ganado todo el cr¨¦dito del mundo. Y acert¨®.
Un debutante en partido oficial, Piqu¨¦, acudi¨® al rescate de Espa?a. Con el encuentro anudado para el equipo local, el central azulgrana emboc¨® la pelota en la red turca mientras Sergio Ramos, que tambi¨¦n se hab¨ªa sumado a la falta lanzada desde la banda derecha por Xavi, se lamentaba por el remate pifiado. Su extrav¨ªo lleg¨® a pies del catal¨¢n, que acert¨® pese al rechace del meta visitante. Un gol a trompicones para solventar el partido en el que m¨¢s apurada se ha visto Espa?a desde su entronizaci¨®n en Viena. De hecho, hasta que emboc¨® Piqu¨¦, s¨®lo Torres, con un remate en el tramo final del primer acto, hab¨ªa inquietado a Demirel.
Tras el gol, Turqu¨ªa sigui¨® con el cuerpo a cuerpo y Espa?a no se hizo la remolona con la ventaja en el marcador. Esa partitura no existe en un equipo con credos irrenunciables. El buen gusto, tenga o no su mejor d¨ªa, sea quien sea su rival, es uno de ellos. Por ello sus mejores momentos de la noche, con Xabi Alonso de general, llegaron en el tramo final, con Silva y Mata de agitadores por los extremos y Ramos como complemento. Equipos as¨ª son una bendici¨®n. Hasta cuando la jornada no es del todo oper¨ªstica.
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