Un mercado no tan libre
El Teatro Espa?ol presenta una obra que retrata las carencias y miserias de la sociedad actual
Lo tiene todo. Al menos lo que debe tener un montaje de autor contempor¨¢neo. Mercado libre cuenta una historia de aqu¨ª, de ahora, de la calle que pateamos a diario, de todo aquello que podemos observar si dirigimos nuestra mirada hacia donde nunca lo hacemos. Nos habla de lo que vamos tapando cuando nos reflejamos en un espejo. La imagen que se nos devuelve es ¨¢rida y dura.
La obra la ha escrito Luis Ara¨²jo, un dramaturgo conocido dentro del mundo del teatro, aunque nunca ha terminado de dar ese m¨¢gico salto que sit¨²a a un autor entre ese peque?o pu?ado de dramaturgos espa?oles que rondan por los teatros semip¨²blicos, semivanguardistas, semicomerciales... Aunque insisten una y otra vez en los espacios cuasi malditos tanto ¨¦l como el director del montaje, Jes¨²s Cracio, uno de los profesionales de la escena m¨¢s s¨®lidos e interesantes de la escena espa?ola, no tanto porque conozca profundamente su oficio, sino porque est¨¢ tocado con la gracia divina del talento que a tan pocos alcanza.
La obra de Ara¨²jo es inteligente, plantea situaciones ante las que es duro situarse, pero que hay que hacerlo. La hace transitar por el filo de un abismo, por lo que cualquier movimiento en falso la puede lanzar al vac¨ªo de la sordidez, de la filosof¨ªa barata, del melodrama burdo. La relaci¨®n, retorcida y dependiente, entre un abogado supuestamente triunfador y una prostituta supuestamente perdedora puede dar para eso y para mucho m¨¢s. Pero Ara¨²jo no se ha lanzado a buscar las obviedades y ha contenido el bello monstruo que ¨¦l mismo hab¨ªa creado.
Pero tambi¨¦n es cierto que de no haber tenido a Cracio, sosteniendo por los cuernos y las fauces a esa fiera, y a los maravillosos actores Daniel Freire y Yoima Vald¨¦s convirtiendo a esos personajes fagocitadotes y fuertes en dos seres humanos llenos de debilidades, Mercado libre podr¨ªa haberse convertido en otra cosa mucho menos interesante. Por lo que si alg¨²n despistado va buscando desnudos, alg¨²n que otro juego sexual y escenas er¨®ticas, que se cambie el chip y se vaya a otro local, porque esas cosas, que tambi¨¦n est¨¢n, son las que cortan la respiraci¨®n, provocan un encogimiento de est¨®mago, y un tremendo nudo en la garganta, eso sin olvidar que las consecuencias pueden provocar en m¨¢s de un espectador que se quede sin ganas de jueguecitos er¨®ticos durante una temporadita.
Emigraci¨®n, dolor, neurosis, carencias, mercado, la enfermedad del consumo, las relaciones de poder... Todo transita por el espacio de la sala peque?a del Teatro Espa?ol, donde una vez m¨¢s se nos ofrece una joya en estado puro, Mercado libre, texto que recibi¨® el premio Esperpento de Teatro y en el que se plante¨® un drama que al final es una historia de dominaci¨®n, de poder, de dinero y de sexo, que va creciendo hasta llegar a un final inesperado.
Es fascinante este viaje esc¨¦nico de poco m¨¢s de una hora por un mundo que todos sabemos que est¨¢ ah¨ª, pero al que el com¨²n de la poblaci¨®n no tenemos acceso porque le hemos dado la espalda. Y no se trata del mundo de la prostituci¨®n y de los tiburones de las finanzas. Se trata del mundo de la emigraci¨®n, de la necesidad, de las carencias, del poder del mercado, de la huella profunda que deja en nosotros la infancia, del deseo de consumir, de poseer cosas, personas...
Apuesta de Mario Gas
Espect¨¢culos como Mercado libre deber¨ªan visitar asiduamente los templos sagrados de los teatros p¨²blicos. El director del Teatro Espa?ol, donde ahora se ha estrenado el texto de Ara¨²jo con la soberbia direcci¨®n de Cracio, lo descubri¨® de una manera que no deja de ser curiosa. Mario Gas se encontr¨® con la obra como miembro del jurado del premio Lope de Vega. Mercado libre no se hizo con el galard¨®n. Pero Gas se qued¨® con ese libreto y pidi¨® que si el autor iba a recoger sus originales, cosa que muchas veces ocurre cuando no es el ganador, le dijeran que se pusiera en contacto con ¨¦l, ya que Gas ignoraba la personalidad del que hab¨ªa escrito la obra y tampoco pod¨ªa abrir la plica porque las bases del premio lo impiden.
Luis Ara¨²jo se pas¨® a por sus textos y le dieron el recado. Llam¨® a Gas y ¨¦ste le dijo, sin m¨¢s, que quer¨ªa producir la obra. Fue otra forma de que le cayera un premio al que no se hab¨ªa ni siquiera presentado.
"Le estoy muy agradecido a Gas la confianza puesta en este texto y al Espa?ol por reunir a este equipo", dice el autor en referencia no s¨®lo al director, sino tambi¨¦n a los actores Daniel Freire y Yoima Vald¨¦s, a la escen¨®grafa Ana Garay y el iluminador Roberto Cerd¨¢.
"El trabajo de Cracio es singular, ha hecho una lectura intensa y descarnada y preferir¨ªa no explicar gran cosa sobre el texto; cada vez que un autor explica su obra lo hace bastante peor que se explica la obra por s¨ª sola", sostiene Ara¨²jo.
A pesar de dirigir constantemente en teatro y salir siempre m¨¢s que airoso de sus trabajos que reciben un¨¢nimemente elogios, Cracio no pisa pr¨¢cticamente nunca un teatro p¨²blico: "La verdad es que est¨¢ muy bien", dice este hombre que hace cinco meses recibi¨® el texto de Ara¨²jo y nada m¨¢s leerlo se identific¨® con ¨¦l. "Es descarnado, directo, sensual, carnal, a veces pienso que no hay otro director que lo pueda hacer, porque es absolutamente craciana, textos duros, que se lanzan a la boca del est¨®mago... Gas pens¨® en m¨ª y acert¨®", dice este director que ha cumplido 70 a?os y cuarenta espect¨¢culos y al que muchos consideran el ¨²ltimo director maldito del teatro espa?ol, algo que se ha ganado a pulso con su empe?o de contar historias de perdedores encima del escenario, como en No hay camino al para¨ªso nena, de Bukowsky.
Cracio insisti¨® mucho en que la actriz fuera una latinoamericana y consigui¨® tras varios castings a Yoima Vald¨¦s: "Era la m¨¢s maravillosa de todas y Freire es el abogado, los personajes est¨¢n escritos para ellos dos, lo tengo clar¨ªsimo, aunque Araujo no lo sepa", apunta Cracio, quien hace moverse a los actores por una escenograf¨ªa que ha sido concebida de manera que en muy poco sitio est¨¦n todos los multiespacios por los que transitan los personajes, incluida, ?c¨®mo no!, una enorme cama redonda donde tiene cabida, m¨¢s que el amor y el erotismo, un aut¨¦ntico combate.
Los dos actores defienden con u?as dientes a sus controvertidos personajes. Freire dice que la obra habla de nosotros, de la oscuridad del hombre, de c¨®mo a veces esta sociedad propone un ser humano violento, lleno de complejidades provocadas por la insatisfacci¨®n y la necesidad, es un hombre que est¨¢ en un mundo donde toda la riqueza esta repartida entre cuatro, mientras muchos millones tienen que estar al servicio de esos cuatro. "Un hombre que, como todos, tiene un lado oscuro", se?ala.
Vald¨¦s, una muchacha preciosa de origen cubano que ha cursado estudios en Madrid y Estados Unidos y debuta con este trabajo en teatro, dice que su prostituta no se vende: "Y eso es una de las cosas que m¨¢s me fascinan, ella tiene unos valores inamovibles, la prostituta siempre es una v¨ªctima y aqu¨ª no, porque ella ha tomado una decisi¨®n y sabe lo que est¨¢ haciendo", comenta la actriz.
El montaje no cuenta con oscuros, ni cambios de escena, los cambios son emocionales y forman parte del proceso de la obra que se ha decantado por utilizar un lenguaje y una est¨¦tica realista. Pero el montaje lo que deja claro sobre todo, seg¨²n el director, es que "no es signo de salud el estar adaptado a una sociedad enferma", concluye Cracio.
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