Espa?a va sobrada
La selecci¨®n gana un duro partido en Estambul y viaja sin freno hacia el Mundial
Como a Espa?a no le gusta rapi?ar con el f¨²tbol, jam¨¢s renuncia al juego. No importan las hechuras del adversario, ni que el marcador se le retuerza de forma inmerecida. La selecci¨®n siempre se orienta a partir del gui¨®n que la ha encumbrado. Hay algo subversivo en este grupo, incluso cuando pintan bastos, como ocurri¨® en Estambul durante muchos minutos. A este equipo los ¨¦xitos le han dado pulso y hoy no se arruga ante nadie. Turqu¨ªa le exigi¨® paciencia, m¨¢s de un tramo pugil¨ªstico y mucha concentraci¨®n. Y en todos los aspectos se mostr¨® firme y, pese a alg¨²n apret¨®n final, nunca puso la marcha atr¨¢s. Ni cuando tuvo que custodiar un punto que le dejaba muy cerca de Sur¨¢frica 2010, hacia donde se dirige sin freno.
TURQU?A 1 - ESPA?A 2
Turqu¨ªa: Demirel; Gonul, Asik, Balta, Uz¨¹lmez; Tuncay, Mehmet Aurelio, Emre Belozoglu, Arda (Sahin, m. 87); Nihat (Karaden, m. 77) y Sent¨¹rk (Sabri, m. 80). No utilizados: R¨¹st¨¹; Kas, G¨¹ng?r y Gokhan Unal.
Espa?a: Casillas; Sergio Ramos, Marchena, Piqu¨¦, Capdevila; Senna (Cazorla, m. 67), Xabi Alonso; Silva (Busquets, m. 73), Xavi, Riera; y F. Torres (G¨¹iza, m. 85). No utilizados: Reina; Arbeloa, Juanito y Llorente.
Goles: 1-0. M. 26. Senturk. 1-1. M. 62. Xabi Alonso, de penalti. 1-2. M. 90. Riera.
?rbitro: Michael Riley (Reino Unido). Amonest¨® a Uzulmez, Emre Asik, Xavi, Senturk, Sergio Ramos y Emre.
Ali Sami Yen: 23.000 espectadores. Se guard¨® un minuto de silencio por las v¨ªctimas de la avalancha en Costa de Marfil.
Turqu¨ªa le exigi¨® paciencia, m¨¢s de un tramo pugil¨ªstico y mucha concentraci¨®n
El encuentro fue un reto para un equipo poco obligado a tener que remontar
De entrada, con la estampa que le caracteriza, el equipo de Del Bosque rem¨® con la pelota de orilla a orilla, con mayor gobierno que el s¨¢bado en Chamart¨ªn. Esta vez, el seleccionador teji¨® una alineaci¨®n con cinco centrocampistas, lo que propici¨® que Espa?a domesticara el partido con mayor sustancia. Bajo el imaginario infierno del Ali Sami Yen, el purgatorio fue para G?n¨¹l, que pas¨® un calvario ante Riera, catalizador del buen arranque visitante. No hab¨ªa noticias de Turqu¨ªa, que giraba alrededor del ruedo espa?ol con el bal¨®n, enrevesado en ocasiones por la hierba alta del vallecano estadio de Estambul. El juego gravitaba sobre los cinco estilistas de Espa?a, a la espera de que Xavi mandara informaci¨®n privilegiada a la pelota, a la espera de que Torres, anoche siempre de frente a la porter¨ªa, despachara a los centrales turcos, dos vigas sin pericia, como les retrat¨® G¨¹iza, que bien les conoce, en el ¨²ltimo y triunfal suspiro espa?ol.
Riera, de vuelta tras su graduaci¨®n en Anfield, dej¨® su sello. En Liverpool parece haber encontrado el div¨¢n que demandaba su bacheado tr¨¢nsito desde que abandon¨® precipitadamente el Mallorca rumbo a la anodina Liga francesa. Es un interior profundo, al que s¨®lo la falta de turbo le aleja de aquella maravillosa estirpe que fueron los extremos. Tiene, adem¨¢s, un amplio repertorio de recursos: una zurda poderosa, para el golpeo -como el que exigi¨® a Demirel la mejor parada de la noche- y para asistir; y m¨²sculo para el combate. Ausentes Cesc, Villa y Puyol, pretorianos en Viena, con chicos como Riera y Piqu¨¦ -excelente por tierra y aire, atento y poderoso- y relevistas como Busquets y Llorente, a Espa?a no se le ve techo. Con el despliegue de Riera, hasta que se qued¨® sin dep¨®sito en el segundo acto, el procesador de Xavi y la mordedura de Silva, nada hac¨ªa presagiar alg¨²n accidente.
El duelo, tan aleatorio como es el f¨²tbol, se alter¨® de forma repentina. En el primer asomo de Turqu¨ªa al balc¨®n de Casillas, Marchena midi¨® mal ante un centro desde el costado izquierdo y, tras un rechace ante el meta espa?ol, Sent¨¹rk sopl¨® la pelota a la red. Los espa?oles reclamaron un fuera de juego, tal vez milim¨¦trico, de Tuncay. El conjunto de Terim no s¨®lo empin¨® el marcador, sino que se sinti¨® excusado para refugiarse y desatender a Casillas.
Nada corrigi¨® Del Bosque tras el descanso. El formato se mantuvo, un nuevo reto para la campeona de Europa, poco acostumbra a verse obligada a escalar en el marcador. Con la pauta que la distingue, pese a los desatinos de Torres, al que Espa?a no ech¨® el hilo porque hay d¨ªas que discute en exceso con el bal¨®n, el coro no sufri¨® mutaci¨®n alguna. Hoy se tiene fe, cuando puede patinar y cuando debe masticar los partidos de otro modo, caso del doble envite con los turcos. No pudo conciliar con su reputado ariete y mucho menos con el irritante ¨¢rbitro ingl¨¦s, un veleta. Tampoco se destempl¨® con la lesi¨®n de Senna, noqueado por Sent¨¹rk en el flequillo del colegiado poco antes de que el brit¨¢nico juez pitara un clar¨ªsimo penalti de ?z¨¹llmez, que manose¨® un cabezazo de Torres. Tan evidente como era la expulsi¨®n. Riley se hizo el longuis.
Tras el gol de Alonso, y pese a las nuevas apreturas de los turcos, agobiados por la ascensi¨®n de Bosnia en el grupo clasificatorio, el seleccionador espa?ol no apuntal¨® el eje de inmediato. Cazorla sustituy¨® a Senna. Busquets a¨²n tuvo que esperar para socorrer al goleador espa?ol en los fogones. Al empuje turco respondi¨® Piqu¨¦, sost¨¦n majestuoso de la defensa, la mejor noticia de Espa?a en esta semana internacional. Gran cabeceador y muy intuitivo para anticipar su corpach¨®n ante rivales explosivos y el¨¢sticos. Con el agarre de Piqu¨¦, Torres pudo sentenciar como tanto le gusta, al sprint. Pero no era su jornada. Hace tiempo que soporta grandes exigencias, tiene agujetas y los huesos forrados de moratones. A esta Espa?a le enhebra todo. Donde no le alcanza con Torres aparece G¨¹iza, fant¨¢stico en la resoluci¨®n de su duelo con Balta. En inferioridad, le dej¨® a rebufo tras un autopase de cabeza, se filtr¨® en el ¨¢rea y adivin¨® como un lince la llegada de Riera, resucitado en la ¨²ltima carrera. A esta Espa?a le sobran recursos. Hasta es capaz de acabar un partido con Cazorla enfundado en la camiseta de Torres tras ensangrentar la suya. As¨ª es esta selecci¨®n que ayer igual¨® su r¨¦cord de 31 partidos sin perder. Aquella racha fue con Javier Clemente. Hoy es otra cosa, se disfruta m¨¢s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.