Buena semana
Viene bien la Semana Santa en este momento de fortuna, trabajo y liquidez exang¨¹es. Traer¨¢ dinero, supongo, la mercanc¨ªa humana del turismo. Estos d¨ªas favorecen la circulaci¨®n monetaria, la quema de combustible, los beneficios de las agencias de viajes y alquiler de coches, la hosteler¨ªa y el comercio, e incluso vemos formas ins¨®litas de explotaci¨®n de la propiedad inmobiliaria: se alquilan balcones para disfrutar los desfiles cat¨®licos. Es una vieja tradici¨®n, la uni¨®n de religi¨®n y turismo, si el turismo no fue un invento de las religiones, desde el tiempo de los peregrinos.
Salimos de viaje, huimos en cuanto se presenta la oportunidad, y lo hacemos para renovar el alma, para salvarnos por unas horas. Y en busca de renovaci¨®n y salvaci¨®n se emprend¨ªan y a¨²n se emprenden las grandes peregrinaciones cristianas, desde que la emperatriz Elena, madre de Constantino I, peregrin¨® a Palestina donde crey¨® haber descubierto la aut¨¦ntica cruz de Cristo en el siglo IV. Yo tuve un a?o mi dormitorio en un edificio que daba al agujero donde supuestamente clavaron la cruz de san Pedro, en Roma, otra atracci¨®n cristiana. La concha de los peregrinos a la tumba del ap¨®stol Santiago es hoy el emblema de la compa?¨ªa de petr¨®leos Shell.
"Salimos de viaje y lo hacemos para renovar el alma, para salvarnos por unas horas"
"El futuro de la nueva Semana Santa se resume en familia, religi¨®n y patrimonio"
Una vez me dijo un devoto l¨ªder cofrade que la Semana Santa, a pesar de las v¨ªrgenes y los cristos, no tiene nada que ver con las creencias o los dogmas de la Iglesia cat¨®lica. No tengo ni idea de teolog¨ªa, aunque todav¨ªa me s¨¦ las virtudes teologales y cardinales, y los siete pecados capitales con sus demonios correspondientes, y la lista de los concilios ecum¨¦nicos, desde Nicea, en el a?o 325. Pero reconozco que el cofrade ten¨ªa algo de raz¨®n: la Semana Santa, suponga lo que suponga religiosamente hablando, es hoy un asunto econ¨®mico, de riqueza.
La vida cambia, y, si bajo el franquismo militar y policial las im¨¢genes presum¨ªan de llevar faj¨ªn de capit¨¢n general del Ej¨¦rcito, ahora son marcas registradas, piezas de la industria del entretenimiento, y quien las nombra en vano puede acabar ante el juez por infringir la Ley de la Propiedad.
He estado mirando los carteles que anuncian la Semana Santa en Sevilla y M¨¢laga. Existen diferencias visibles entre las procesiones de las dos ciudades, por razones hist¨®ricas, pero tambi¨¦n por algo tan simple como la anchura de las calles: cuando la Semana Santa tal como se conoce hoy se impuso en M¨¢laga, las calles ya eran anchas, y anchos y grandes se construyeron los almacenes donde se depositan los tronos, inmensos, para m¨¢s de cien costaleros o, mejor, para m¨¢s de cien hombres de trono, que as¨ª se dice en M¨¢laga. Los carteles de M¨¢laga y Sevilla son muy diferentes, y a la vez id¨¦nticos: los dos comparten lo que, a prop¨®sito del cartel sevillano, obra del pintor y profesor de Bellas Artes Huguet Pretel, la pagina web de Esencia Cofrade llama "recargamiento, horror al vac¨ªo".
No estoy haciendo juicios est¨¦ticos, pues poco s¨¦ de las costumbres art¨ªsticas a las que obedecen este tipo de obras. Veo que Huguet Pretel ha acumulado en su cartel todos los episodios de la Pasi¨®n de Cristo, de la Santa Cena a la Resurrecci¨®n, y quiz¨¢ esto sea el horror al vac¨ªo. Pero lo esencial del cartel son los participantes en la fiesta, penitentes de capirote, cantaores de saetas en los balcones, el p¨²blico, y, en el mejor sitio, ni?os, monaguillos y monaguillas, los nietos del pintor, seg¨²n Esencia Cofrade.
Lo barroco siempre incluye una chispa de realidad humana y afectiva, dec¨ªa mi profesor don Emilio Orozco. El cartel de M¨¢laga, del artista Armando Pareja, tambi¨¦n retrata a ni?os, ocho, monaguillos y penitentes con la cara al aire, todav¨ªa sin culpas. Exhiben el patrimonio de sus cofrad¨ªas: t¨²nicas y dalm¨¢ticas, oro y plata y raso, como pr¨ªncipes de un reino oriental de f¨¢bula, portacirios, el incensario, la campana, la monumental Cruz de la Agrupaci¨®n cofradiera. El futuro de la nueva Semana Santa se resume en un lema de toda la vida: familia, religi¨®n y patrimonio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.