Cierre de 'Archipi¨¦lago'
1 - Se dice que es imposible tapar el agujero de la Seguridad Social, pero al mismo tiempo se tapa sin escatimar miles de millones el agujero de los bancos. En este mismo orden de cosas, suceden hechos ya irremediables, como que la revista de pensamiento y cr¨ªtica cultural Archipi¨¦lago, tras 20 a?os de existencia, haya tenido que cerrar sus puertas. La crisis econ¨®mica aparece al fondo del lamentable final de esta publicaci¨®n bimestral. Hay revistas culturales por ah¨ª a la deriva, cuyo final no lamentar¨ªa nada, pero en cambio el caso de Archipi¨¦lago, revista de pensamiento, me resulta especialmente inaceptable. Por si fuera poco, sus oficinas estaban al lado de casa, cuando todo el mundo sabe que nunca tuve la sensaci¨®n de tener algo cerca de casa. A veces, iba all¨ª de visita y saludaba, casi incr¨¦dulo, a Ana Mar¨ªa Gonz¨¢lez Sainz y Dante Bernardi, que trabajaban desde hac¨ªa a?os en la esforzada redacci¨®n y eran maravillosos expertos en los men¨²s de los restaurantes de precios m¨®dicos del barrio.
El n¨²mero 83-84 con el que se despide Archipi¨¦lago est¨¢ dedicado a la crisis en un momento en el que al parecer el mundo entero ha entrado en "estado cr¨ªtico", es decir, no s¨®lo los que han estado desde siempre en crisis -los llamados sencillamente pobres- lo siguen estando ahora, sino que tambi¨¦n parece que est¨¢n en crisis los que gozaban de rozagante salud y ahora van de vi¨¢tico.
En realidad, piensan en Archipi¨¦lago, habr¨ªa que distinguir entre crisis y crisis, pero parece que no hay nadie dispuesto a hacerlo y que el orden dominante -tan pulcro bajo el r¨¦gimen del bienestar a la hora de marcar distancias y clases entre sus s¨²bditos- quiere meternos a todos en la cat¨¢strofe que el propio r¨¦gimen ha fabricado. En Archipi¨¦lago advierten que si por una vez en toda su historia de 20 a?os se han decidido a dar cuenta -precisamente en el ¨²ltimo n¨²mero- de la rabiosa actualidad, no ha sido para sumarse al barullo informativo, sino para entresacar de la actualidad lo que tenga de eternidad, lo mismo que cuando hurgaban en la eternidad era para vislumbrar mejor en la actualidad.
En los diferentes art¨ªculos (?lvarez Ur¨ªa, Naredo, Lizcano, Garc¨ªa R¨²a, Velasco, Garc¨ªa Calvo, Escudero, Badiou...) est¨¢ siempre de fondo el decisivo proceso escandaloso por el cual la ciencia econ¨®mica se desvincul¨® de la econom¨ªa pol¨ªtica, lo que deber¨ªa hacernos apelar a la necesidad de que esa ciencia pueda recuperar su verdadera naturaleza de econom¨ªa pol¨ªtica al servicio de sociedades m¨¢s justas.
Para Garc¨ªa Calvo, por ejemplo, ni banqueros, ni financieros, ni pol¨ªticos est¨¢n aterrados por la crisis, sino por el miedo a descubrir que el dinero se mueve por s¨ª solo y que por tanto ellos son unos monigotes. ?ste ser¨ªa el verdadero p¨¢nico de las "personas ilustres y destacadas": el terror a descubrir que ellos ni saben siquiera qu¨¦ quiere decir la tal crisis, ni las causas por las que ha empezado, ni saben de los medios por los que se puede cortar, pero entienden que han de hacer como que lo comprenden todo.
Nada m¨¢s leer estas palabras de Garc¨ªa Calvo, veo en la televisi¨®n a los se?ores Lula, Berlusconi y compa?¨ªa avanzar en Londres lentamente por una alfombra roja, camino de la casa del premier brit¨¢nico. Sus pasos lentos ilustran muy bien para m¨ª todas sus dudas, sus escasas prisas para resolver un problema que no saben de d¨®nde viene ni ad¨®nde va. Les esp¨ªo por unos momentos. Lo ¨²nico que saben es que van a ser recibidos por el premier y que la alfombra roja les asegura que siguen siendo personas ilustres y destacadas.
2
- En la nota de despedida, los de Archipi¨¦lago explican que la continuidad ha terminado por resultarles imposible, pese al empe?o de los redactores y la ayuda de las suscripciones estatales de bibliotecas y de alguna publicidad fiel en el tiempo, como la de Anagrama: "Quiz¨¢ en otra autonom¨ªa distinta a aquella en la que desde siempre hemos tenido nuestra sede, Catalu?a, y en otro pa¨ªs con menos modorra intelectual que la imperante en Espa?a hubi¨¦ramos podido capear el temporal. Pero no aqu¨ª".
3
- No hace mucho le¨ª que para Paul Krugman estamos padeciendo una paradoja del ahorro a escala mundial: por todo el mundo, las cantidades que se quieren ahorrar superan a las que las empresas est¨¢n dispuestas a invertir: "Y la consecuencia es una depresi¨®n mundial que deja a todo el mundo peor de lo que estaba. As¨ª es como nos hemos metido en este l¨ªo, del que seguimos buscando el modo de salir".
Pero ?en verdad somos nosotros los que nos hemos metido en ese l¨ªo? De los art¨ªculos del ¨²ltimo Archipi¨¦lago me interesa muy especialmente el del fil¨®sofo esloveno Slavoj Zizek, como siempre tan agudo y creativo. Al preguntarse por la soluci¨®n de todo este gran embrollo de la crisis y por la lucha de clases que se ha generado entre Wall Street y los titulares de hipotecas, Zizek recuerda que Immanuel Kant no respondi¨® al lema reaccionario No pens¨¦is, obedeced con un No obedezc¨¢is, pensad, sino con un Obedeced, pero pensad. Y dice Zizek que cuando nos vemos sometidos a un chantaje como el del famoso "plan de rescate", debemos recordar que es un chantaje y esforzarnos entonces por resistir a la tentaci¨®n populista de expresar nuestra c¨®lera y asestarnos golpes a nosotros mismos. En lugar de ceder a semejante expresi¨®n de impotencia, Zizek sugiere dominar la c¨®lera para transformarla en "una firme resoluci¨®n de pensar", de preguntarnos cu¨¢l es esta sociedad que estamos abandonando y qu¨¦ hace posible esta clase de chantaje.
Claro est¨¢ que Zizek, cuando habl¨® de "firme resoluci¨®n de pensar", ignoraba que su art¨ªculo se publicar¨ªa en una revista de pensamiento que el sistema ha optado perversamente por clausurar. Aunque eso no cambia mucho las cosas. Y es que quiero creer que la "firme resoluci¨®n" ya est¨¢ en el ambiente. Obedecemos, s¨ª; pero pensamos.
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