La antesala del 'Guernica'
A Coru?a adquiere dos grabados que Picasso present¨® junto al c¨¦lebre cuadro
Al Pabell¨®n espa?ol de la Exposici¨®n Internacional de Par¨ªs, en junio de 1937 cuando rug¨ªa la Guerra Civil en Espa?a, Pablo Picasso, por encargo del Gobierno de la Rep¨²blica, no s¨®lo envi¨® el impresionante mural del Guernica. Junto a unas cuantas esculturas, el genial artista, cumpliendo tambi¨¦n otro encargo oficial, present¨®, bajo el elocuente t¨ªtulo de Sue?o y mentira de Franco, un portafolio con dos grabados de nueve vi?etas cada uno y un texto virulento de 32 lineas escrito a pluma. Un elocuente conjunto considerado la interpretaci¨®n del propio Picasso antes y durante el proceso de creaci¨®n del Guernica y del que se edit¨®, para recabar fondos para el bando republicano, una tirada de 1.015 copias firmadas y numeradas.
Es la primera vez que la ciudad se hace con obra del pintor malague?o
Junto a los grabados, Picasso difundi¨® un texto contra Franco
El Ayuntamiento de A Coru?a, ciudad en la que el artista vivi¨® parte de su adolescencia y donde se inici¨® en el dibujo y la pintura (de 1891 a 1895), acaba de adquirir a un coleccionista privado una de esas carpetas, la n¨²mero 72 de un total de 850 editadas en un papel de menor calidad y vendidas hace 72 a?os al precio de 200 francos franceses. No se trata del ejemplar m¨¢s exclusivo de esa expresiva y muy antifranquista serie de aguafuertes de Picasso -hubo otras 30 tiradas especiales y 150 en papel japon¨¦s que costaban m¨¢s, 500 francos.
Pero es la primera vez que A Coru?a incorpora a su patrimonio una obra original del genio del siglo XX. Y son grabados con una fuerza premonitoria e interpretativa similar al Guernica, y realizados en paralelo entre el 8 de enero y el 7 de junio de 1937. Expuesto en la Casa-museo Santiago Casares Quiroga (¨²ltimo presidente de la II Rep¨²blica) hasta el 3 de mayo, Sue?o y mentira de Franco presidir¨¢ luego una de las estancias de la casa-museo en la que se reconvirti¨® el piso de Picasso en A Coru?a, conservado con todos los enseres y muebles de la ¨¦poca.
La elocuencia de esas 18 estampas, que inicialmente se iban a difundir y vender por separado en tama?o postal antes de optar por presentarlas en dos grabados de nueve vi?etas cada uno, es igual de fuerte que la del texto que le acompa?a. En el primero de la serie, que el artista dat¨® el 8 de enero de 1937, el mismo d¨ªa en que acept¨® la encomienda del Gobierno republicano de llevar grabados y un mural a la Exposici¨®n de Par¨ªs, aparecen dibujado en poses grotescas y burlescas un militar (Franco), cabalgando semi desnudo un caballo que, tras ser embestido por un toro, se transforma en un cerdo, abanic¨¢ndose disfrazado de devota, o arrodillado y rezando a un medall¨®n en el que aparece escrito un duro al rev¨¦s, "un orud".
Pero el humor y la iron¨ªa desaparece de las vi?etas del segundo grabado, dotadas de todo el dramatismo, los personajes y hasta los trazos caracter¨ªsticos del enorme mural con el que Picasso recre¨® la tragedia del bombardeo de la localidad vasca, el 26 de abril de 1937. De hecho, el artista inici¨® ese conjunto de estampas el 9 de enero pero les puso como fecha final el 7 de junio, dos d¨ªas despu¨¦s de terminar el gigantesco cuadro que desvel¨® al mundo la crudeza de la Guerra Civil. En esos aguafuertes, distantes de los muchos dibujos que realiz¨® Picasso para preparar el mural, la evocaci¨®n del Guernica es evidente. Aparecen las figuras caracter¨ªsticas del mural como el toro de pelo rizo, el caballo con pinta de centauro o la mujer llorando con el ni?o muerto en su regazo.
Y elocuente y demoledor es tambi¨¦n el texto que Picasso difundi¨®, junto a los grabados, como parte fundamental del Pabell¨®n de Espa?a en esa exposici¨®n internacional en la que curiosamente el autoproclamado r¨¦gimen de Franco tambi¨¦n particip¨®, aunque refugiados en la caseta de los Estados del Vaticano. "Farol de piojos donde est¨¢ el perro nudo de ratas y escondrijo del palacio de trapos viejos", escribi¨® Picasso, "las banderas que fr¨ªen en la sart¨¦n se retuercen en el negro de la salta de la tinta derramada en las gotas de sangre que los fusilan".
Un escrito que, en su integridad, responde "a una descripci¨®n vejatoria de los causantes de la Guerra Civil", explica el profesor Juan Esteban Lorente en el an¨¢lisis que hizo de esta obra en 1983, as¨ª como una referencia "al sangriento y doloroso desastre de M¨¢laga que puede transferirse a toda Espa?a". "Es un texto metaf¨®rico, descriptivo, y completamente ajeno a la escritura autom¨¢tica que tanto profesaban los surrealistas de los a?os 30", aclara el experto.
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