El Tribunal Supremo de Per¨² condena a Fujimori a 25 a?os de c¨¢rcel
La justicia declara al ex presidente culpable de dos matanzas y dos secuestros
El llamado juicio del siglo en Per¨² concluy¨® ayer con una sentencia hist¨®rica. Alberto Fujimori, presidente entre 1990 y 2000, fue hallado culpable del asesinato de 25 personas y de dos secuestros, y condenado a 25 a?os de prisi¨®n, aunque la sentencia a¨²n no es firme y el acusado ha presentado un recurso de nulidad que deber¨¢ ser revisado por la Corte Suprema.
El tribunal de tres magistrados lleg¨® a la "conclusi¨®n absolutamente racional" de que Fujimori fue "autor mediato" de dos matanzas perpetradas por un comando en el contexto de la lucha contra la guerrilla de Sendero Luminoso. La primera se produjo en 1991 en Barrios Altos (Lima), donde fueron asesinadas 15 personas en una fiesta, aparentemente "por error". La segunda fue el asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional, conocida como La Cantuta, ocurrida en 1992. Asimismo, el tribunal encontr¨® a Fujimori responsable de los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, en 1992.
Los jueces se?alan que esos delitos son cr¨ªmenes contra la humanidad
Desde el principio, el ex presidente se ha proclamado inocente y ha negado haber tenido conocimiento de esas operaciones ni haber ordenado asesinato alguno.
Es la primera vez que un ex presidente latinoamericano es juzgado y condenado por cr¨ªmenes contra la humanidad por un tribunal de su propio pa¨ªs. Fujimori, de 70 a?os, deber¨¢ permanecer en prisi¨®n hasta el 10 de febrero de 2032, aunque si se acoge a beneficios penitenciarios la condena efectiva podr¨ªa reducirse a la mitad. A lo que no tendr¨ªa derecho Fujimori es a una eventual amnist¨ªa o indulto, puesto que el tribunal se?al¨® en su sentencia que los delitos constituyen cr¨ªmenes contra la humanidad. "Ni siquiera, en un eventual Gobierno de Keiko Fujimori [su hija]", acot¨® Ronald Gamarra, abogado de la acusaci¨®n. "Por primera vez la justicia peruana ha estado a la altura", coment¨® Gisella Ortiz, hermana de una v¨ªctima de la Cantuta.
De acuerdo con la sentencia, de 710 p¨¢ginas, Fujimori ejerci¨® mando pol¨ªtico y militar sobre las fuerzas armadas y policiales durante su Gobierno, conoci¨® las actividades de guerra sucia del Grupo Colina -el escuadr¨®n de la muerte que ejecut¨® las matanzas- y puso en marcha "una febril actividad, compleja y extensa, para ocultar los hechos, circunscribir la responsabilidad a los actores y, finalmente, amnistiar" a los autores.
Durante toda la lectura de la sentencia, Fujimori permaneci¨® impasible, tomando notas en un cuaderno. Al final, luego de una breve consulta con su abogado, tom¨® la palabra solamente para se?alar que presentaba recurso de nulidad.
"?ste es un fallo lleno de odio y venganza, ¨¦sta fue la cr¨®nica de una condena anunciada", declar¨® su hija Keiko, parlamentaria y virtual candidata presidencial del fujimorismo en los comicios de 2011. Fuera de la sala, cientos de simpatizantes protestaron por la sentencia. Seg¨²n las encuestas, una tercera parte de los peruanos apoya al ex presidente. "Vamos a salir a las calles a demostrar nuestro apoyo al mejor presidente que ha tenido este pa¨ªs", anunci¨® Keiko.
Su padre deber¨¢ afrontar otro proceso por el pago de una indemnizaci¨®n ilegal de 15 millones de d¨®lares a su asesor de espionaje, Vladimiro Montesinos.
De hombre providencial a pr¨®fugo
- La irrupci¨®n del reci¨¦n llegado. Alberto Fujimori, ingeniero e hijo de inmigrantes japoneses, gana contra pron¨®stico las elecciones de 1990 frente a la coalici¨®n de centro-derecha de Mario Vargas Llosa. Su pragmatismo y su discurso populista encuentran eco en una sociedad atenazada por una econom¨ªa calamitosa (una inflaci¨®n del 2.773%, y apenas un 15% de empleo formal) y el terrorismo de las guerrillas de extrema izquierda.
- 'Fujishock' y 'autogolpe'. El presidente impone un dr¨¢stico plan de ajuste (el fujishock), que liberaliza la econom¨ªa y suprime la subvenci¨®n a los productos b¨¢sicos. En abril de 1992, disuelve el Congreso y asume plenos poderes "para luchar contra la corrupci¨®n judicial, el narcotr¨¢fico y el terrorismo". El 73% de los peruanos respalda el autogolpe. La captura, ese a?o, de Abimael Guzm¨¢n, jefe del mao¨ªsta Sendero Luminoso, apuntala su popularidad.
- La reelecci¨®n triunfal. Impulsado por el crecimiento econ¨®mico y la derrota de Sendero, Fujimori se impone en 1995 a Javier P¨¦rez de Cu¨¦llar y consigue la mayor¨ªa absoluta en el Congreso. En abril de 1997, las fuerzas de seguridad ponen fin a la toma de la Embajada
de Jap¨®n por un comando
del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA, marxista).
- El declive. El poder de los servicios de inteligencia y las denuncias de violaciones de los derechos humanos salpican una gesti¨®n cada vez m¨¢s cuestionada, que se agudiza con la controvertida segunda reelecci¨®n de Fujimori, en 2000. La divulgaci¨®n de unos v¨ªdeos de sobornos de su mano derecha, Vladimiro Montesinos, y el hallazgo de cuentas corrientes en Suiza precipitan la huida del presidente a Jap¨®n. En 2005, se traslada a Chile y anuncia su deseo de volver a la pol¨ªtica. Su hija Keiko se convierte en la diputada m¨¢s votada en las elecciones de 2006. En 2007, Fujimori es extraditado a Per¨².
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.