La bomba evanescente
El acuerdo alcanzado entre los presidentes estadounidense y ruso para refrendar la reducci¨®n de las armas estrat¨¦gicas ha revivido la esperanza de la eliminaci¨®n mundial del armamento nuclear.
No hace falta recordar lo urgente de la medida, cuando ese tipo de armas puede caer en manos tanto de Estados que las utilicen como de terroristas sin Estado, creando as¨ª amenazas nuevas y de proporciones inimaginables.
El objetivo de eliminar el armamento nuclear, un noble sue?o hace s¨®lo pocos a?os, ya no es ¨²nicamente patrimonio de populistas y pacifistas, sino que ahora ha sido adoptado por profesionales, por pol¨ªticos de reconocido realismo y por expertos conocidos por su sentido de la responsabilidad.
La 'opci¨®n cero' puede ser la base de un futuro acuerdo multilateral de desarme nuclear
La amenaza m¨¢s mort¨ªfera para el mundo es la proliferaci¨®n nuclear
La invenci¨®n de las armas nucleares, que sirvi¨® para alcanzar la disuasi¨®n durante la Guerra Fr¨ªa, cuando el mundo estaba dividido en dos bloques enfrentados, respond¨ªa a las necesidades y los riesgos de la ¨¦poca. La seguridad descansaba en un equilibrio de miedos, reflejado en el concepto de destrucci¨®n mutua garantizada.
En ese mundo bipolar, s¨®lo cinco potencias, todas ellas miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, ten¨ªan armas nucleares. Hoy en d¨ªa, el panorama mundial es otro. Gracias a la chispa encendida por el movimiento Solidaridad, el Pacto de Varsovia se disolvi¨®, la Uni¨®n Sovi¨¦tica se desintegr¨® y el mundo bipolar y su divisoria Este-Oeste se desvanecieron.
Con todo, ese orden basado en la peligrosa doctrina de la disuasi¨®n mutua no fue sustituido por otro asentado en la cooperaci¨®n y la interdependencia. Despu¨¦s vinieron la desestabilizaci¨®n y el caos, acompa?ados de la incertidumbre y de una sensaci¨®n de impredecibilidad.
En la actualidad, India, Pakist¨¢n e Israel, tres Estados implicados en conflictos, poseen tambi¨¦n armas nucleares. Adem¨¢s, si tenemos en cuenta el desarrollo de los programas nucleares de Corea del Norte e Ir¨¢n, puede que ellos tambi¨¦n lleguen a poseer armas nucleares. Asimismo, existe el peligro real de que ese grupo se ampl¨ªe a¨²n m¨¢s, incluyendo a Estados cuyos Gobiernos no siempre se gu¨ªan por consideraciones racionales. Corremos igualmente el peligro de que las armas nucleares caigan en manos de actores no estatales, como son ciertos grupos terroristas.
No ser¨¢ posible imponer mecanismos de no proliferaci¨®n eficaces a menos que las principales potencias nucleares, sobre todo Estados Unidos y Rusia, tomen medidas urgentes para el desarme nuclear. Entre ambos pa¨ªses tienen casi 25.000 cabezas nucleares, es decir, el 96% del arsenal at¨®mico mundial.Resulta esperanzador que el presidente estadounidense Barack Obama reconozca esos peligros. Percibimos con satisfacci¨®n que la nueva Administraci¨®n de Estados Unidos no ha hecho o¨ªdos sordos a las declaraciones de los estadistas y cient¨ªficos responsables que solicitan la eliminaci¨®n de las armas nucleares.
En realidad, el objetivo de un mundo libre de armas at¨®micas ha sido incorporado al programa de control armament¨ªstico y de desarme de la Administraci¨®n estadounidense. Agradecemos igualmente las propuestas del Reino Unido, Francia y Alemania. Por otra parte, tambi¨¦n Rusia ha firmado recientemente en Ginebra su disposici¨®n a proceder al desarme nuclear.
Antes, los adversarios de este objetivo sol¨ªan decir que ser¨ªa inalcanzable si no hab¨ªa un sistema eficiente de control y verificaci¨®n. Sin embargo, en la actualidad la comunidad internacional s¨ª dispone de mecanismos de control adecuados. Las salvaguardas de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa At¨®mica son de gran importancia a este respecto.
El mundo debe estar seguro de que los reactores nucleares civiles no van a utilizarse para fines militares, y es ¨¦sta una condici¨®n que, tal como ha propuesto recientemente el primer ministro brit¨¢nico, Gordon Brown, en su iniciativa para alcanzar un acuerdo nuclear mundial, deber¨¢n cumplir los Estados que no cuentan con armas at¨®micas para acceder sin restricciones a las tecnolog¨ªas nucleares. Es algo especialmente urgente en la actualidad, dada la b¨²squeda de nuevas fuentes de energ¨ªa y el "renacimiento" de la nuclear.
La Conferencia de 2010 para la Revisi¨®n del Tratado de No Proliferaci¨®n de Armas Nucleares exige una urgente formulaci¨®n de prioridades. El Comit¨¦ Preparatorio se reunir¨¢ en Nueva York el pr¨®ximo mes de mayo, y ser¨¢ entonces cuando habr¨¢ que tomar las necesarias decisiones.
Las principales expectativas se cifran en una reducci¨®n del armamento nuclear, en un recorte del n¨²mero de cabezas preparadas para su lanzamiento, en negociaciones para alcanzar un Tratado de Eliminaci¨®n de los Materiales F¨ªsiles, en la ratificaci¨®n del Tratado para la Prohibici¨®n Total de las Pruebas Nucleares, y en otras medidas conducentes a garantizar la aplicaci¨®n del Tratado de No Proliferaci¨®n, sobre todo en lo tocante a su adopci¨®n universal.
Ha llegado el momento de que se produzca un cambio fundamental en el funcionamiento de la Conferencia sobre Desarme de Ginebra, que durante a?os ha sido incapaz de responder a las expectativas de la comunidad internacional.
Estamos de acuerdo con lo expresado por los acad¨¦micos, pol¨ªticos y expertos internacionales del Grupo de Reflexi¨®n de Varsovia, en el sentido de que la opci¨®n cero puede ser la base de un futuro acuerdo multilateral de desarme nuclear.
El informe del Grupo, titulado Una reevaluaci¨®n del control de armamentos: no proliferaci¨®n y desnuclearizaci¨®n, elaborado bajo la presidencia del polaco Adam D. Rotfeld y redactado por el experto brit¨¢nico Ian Anthony, del SIPRI
[Instituto Internacional de Investigaci¨®n para la Paz de Estocolmo], se basaba en aportaciones de analistas en materia de seguridad procedentes de potencias nucleares y de Polonia, as¨ª como de pa¨ªses anteriormente poseedores de armamento nuclear (como Sur¨¢frica) y de Estados postsovi¨¦ticos que en su momento las alojaron (Bielorrusia, Kazajst¨¢n y Ucrania). El hecho de que dichos Estados fueran desnuclearizados en virtud de un programa de desarme seguro y con garant¨ªas constituye una valiosa lecci¨®n.
Es preciso poner en marcha un proceso gradual de desarme nuclear, que, aunque no tenga resultados inmediatos, nos indique el camino a seguir, proporcion¨¢ndonos al mismo tiempo la oportunidad de afianzar los mecanismos de no proliferaci¨®n y la de establecer un sistema de seguridad cooperativo y mundial no nuclear.
Para la seguridad del mundo, la amenaza m¨¢s mort¨ªfera reside en una oleada cualitativamente nueva de proliferaci¨®n nuclear. La principal responsabilidad corresponde a las potencias con arsenales m¨¢s cuantiosos. Confiamos en que los presidentes de Estados Unidos y Rusia, y los dirigentes de las dem¨¢s potencias nucleares, demuestren sabidur¨ªa y valor como estadistas y que inicien el proceso para liberar al mundo de la amenaza nuclear. Sin embargo, por importante que sea este objetivo para el orden y la seguridad internacionales, la misma relevancia tiene el respeto a los derechos humanos y de las minor¨ªas, as¨ª como la instauraci¨®n, a escala mundial, de la democracia y el Estado de derecho.
Aleksander Kwasniewski fue presidente de Polonia entre 1995 y 2005. Firman tambi¨¦n este art¨ªculo Tadeusz Mazowiecki, primer ministro de ese pa¨ªs en el primer Gobierno poscomunista (1989-1990), y Lech Walesa, dirigente del sindicato Solidaridad, premio Nobel de la Paz en 1983 y presidente de Polonia entre 1990 y 1995.
Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo.
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