El berrinche del antih¨¦roe
Guti lleva 24 a?os litigando con los t¨¦cnicos del Madrid por su sentido callejero del f¨²tbol y su necesidad de afecto
Cada comunidad crea sus s¨ªmbolos t¨ªpicos seg¨²n un modelo original. A partir de ah¨ª genera sus excepciones, tambi¨¦n t¨ªpicas. El arquetipo de h¨¦roe madridista es Alfredo di St¨¦fano. El arquetipo de antih¨¦roe es Manolo Vel¨¢zquez. El ¨²ltimo h¨¦roe es Ra¨²l. El ¨²ltimo antih¨¦roe es Guti.
Como Guti, Manolo Vel¨¢zquez era un madrile?o rubio que jugaba de media punta, ten¨ªa mucha clase, y no se caracterizaba por su despliegue f¨ªsico. Gan¨® seis Ligas y una Copa de Europa con el Madrid Ye-Y¨¦. Sin embargo, muchos de los viejos tribunos no le comprendieron: "Yo mismo he o¨ªdo a ese grupo de espectadores cuando te mostraban la etiqueta. '?Los yey¨¦s est¨¢n bien pero a m¨ª no me van a convencer porque yo he visto a Di St¨¦fano, a Kopa, a Gento...!'. Eso viene de lejos. El jugador que corre, que pelea aqu¨ª y all¨¢, y que derrocha facultades, tiene algo ganado. Pero no todos tienen esa mentalidad. No siempre coinciden las ideas de los espectadores con lo que ves abajo en el campo. A m¨ª Guti me gusta porque siempre tiene una idea de c¨®mo se debe jugar. Ve bien el f¨²tbol. Y siempre hace lo que cree que debe hacer".
"El jugador que pelea tiene algo ganado. Pero a m¨ª me gusta Guti", dice Vel¨¢zquez
"Era un poco rebeldillo, pero principalmente era un chaval bueno", afirma Del Bosque
En 1985, Vicente del Bosque, el actual seleccionador espa?ol, era el responsable de la cantera del Madrid. Fue Manolo Mart¨ªnez, un ojeador, el que le llev¨® al chaval¨ªn rubio hasta los campos de tierra de Fuencarral. "Ten¨ªa nueve a?os", prosigue Del Bosque; "y desde entonces tuvimos una buena relaci¨®n. Era un poco rebeldillo. Se equivocaba en algunas cosillas. Pero principalmente era un chaval bueno".
Hay dos clases de jugadores importantes: los que piensan en el f¨²tbol como una forma de acumular poder y los que piensan en el f¨²tbol como una forma de perpetuar el bienestar que les proporcion¨® la infancia en el barrio. Desde que dej¨® de jugar en la calle de La Qu¨ªmica, en Torrej¨®n, hace 24 a?os, Jos¨¦ Mar¨ªa Guti¨¦rrez nunca traicion¨® sus principios. Esta lealtad a los valores primarios le convirti¨® en un madridista desprendido que antepuso su permanencia en el club al dinero. Es muy querido entre los empleados m¨¢s humildes pero, por su falta de sentido pol¨ªtico, ha tenido problemas con las autoridades. Del Bosque, su protector, fue una de las pocas excepciones. La norma han sido los entrenadores como Juande Ramos. Al parecer, el manchego no ha tolerado los cabreos de un jugador poco obsecuente.
"La gente que le conoce te dir¨¢ que es un tipo muy cercano", dice un t¨¦cnico de la cantera, que prefiere el anonimato. "Es el que juega a las cartas con los utilleros y el que acude a la fiesta de Navidad de los hijos de los empleados. Pero como entrenador tengo que decir que Guti es un chico muy dif¨ªcil. En el campo cree que est¨¢ por encima del bien y del mal".
Fernando Mor¨¢n, ahora en el H¨¦rcules, jug¨® siete a?os con Guti en la cantera. "Tard¨® mucho en crecer", dice. "Hasta juvenil era muy peque?¨ªn y eso le supuso los primeros disgustos: los t¨¦cnicos prefer¨ªan a gente m¨¢s alta, aunque tuviera mucha menos clase que la de Guti, y eso molesta".
"A los entrenadores le gusta la gente que se entrena como Makelele, que se tira al suelo, que atropella, y el que no lo hace pues parece que no est¨¢ haciendo nada", recuerda Mor¨¢n. "El f¨²tbol est¨¢ hecho de c¨®digos y de prejuicios: resulta que prima lo correcto, y si no sigues en esa l¨ªnea todos te tachan como el especialito. Pero igual los especialitos somos nosotros, los que nunca conseguimos ser directos y decir las cosas como son. Guti las dec¨ªa. Si algo le molestaba no se callaba. Hubo un entrenador, Ram¨®n Mes¨®n que nos colocaba a los dos en la banda. Yo me callaba y me iba a la banda, Guti no, Guti le dec¨ªa que ¨¦l era media punta y a la banda no se iba".
Pedro D¨ªaz, que entren¨® a Guti en alevines, recuerda el encontronazo: "Con Mes¨®n hubo palabras muy gordas. A Guti estuvieron a punto de echarle porque en la cantera la disciplina se llevaba a rajatabla. Le bajaron a un equipo inferior para no echarle. Si no es Guti, le echan de la cantera".
"Guti habr¨ªa podido dar mucho m¨¢s", recuerdas D¨ªaz. "Fue un talento poco aprovechado. Ra¨²l siempre me dec¨ªa: 'M¨ªster, Guti es el mejor que tenemos'. Y yo siempre he pensado que si hubiese tenido un 50% de las ganas y la garra de Ra¨²l, habr¨ªa sido el mejor del mundo. El car¨¢cter le ha podido. Era muy sensible. Lo que a otros no le afectaba para nada a ¨¦l s¨ª, y mucho. Pero nunca ha dado problemas: siempre com¨ªa lo mismo, filete con patatas".
Massimo Neri, preparador f¨ªsico con Capello, desmonta el mito: "Capello es el t¨¦cnico que m¨¢s castiga a los jugadores que no se entrenan bien, y con ¨¦l Guti tuvo mucha continuidad. Es verdad que machacarse, no se ha machacado nunca, pero hac¨ªa lo suyo. La gente con tanta clase es as¨ª, no puedes pretender y esperar que corra como un mediocentro defensivo. Es un chico espl¨¦ndido. Con Guti no hacen faltas grandes discursos. Dos mimos y dos palabras son suficientes. Pero hay que d¨¢rselos porque necesita sentirse importante".
Manolo Ruiz, el segundo entrenador de Bernd Schuster, coincide con Neri: "Necesita sentirse importante. Cuando no se siente as¨ª, se a¨ªsla. ?l trabaja bien cuando siente que tiene el apoyo del entrenador. ?ste a?o est¨¢ jugando poco no porque no se entrene, como se est¨¢ diciendo, sino porque a Juande no le gustan ese tipo de jugadores. No apuesta por el talento sino por la organizaci¨®n defensiva".
Como sentencia Del Bosque: "Si Guti no ha jugado m¨¢s es porque ha tenido una gran competencia. Esos berrinches no tienen importancia".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.