Besos y mordiscos
M¨¢s all¨¢ de las monsergas interesadas acerca del libro como "valor refugio", lo cierto es que las cifras de ventas de los tres primeros meses del a?o no son precisamente halag¨¹e?as. Aunque, para ser justos, la verdad es que tampoco se muestran tan horribles como algunos tem¨ªamos. Por lo que puede apreciarse a partir de los datos suministrados por algunas compa?¨ªas de investigaci¨®n de mercados (Nielsen, GfK), en marzo ha tenido lugar cierta recuperaci¨®n respecto a los dos primeros meses del a?o.
Que esta tendencia contin¨²e depende de m¨²ltiples factores, no siempre predecibles. Uno de ellos (negativo) podr¨ªa ser la ausencia de grandes lanzamientos con tir¨®n suficiente para acercar a m¨¢s gente a los puntos de venta; los libreros esperan impacientes la ¨²ltima entrega de la trilog¨ªa de Stieg Larsson, cuya fecha de publicaci¨®n es, a estas alturas, un absurdo e incomprensible misterio. Otro dato (positivo, aunque insuficiente) a tener en cuenta es un ligero descenso (en torno a un 6% respecto al primer trimestre de 2008) del n¨²mero de novedades. Los libreros lo tienen claro: si ya se ven¨ªan vendiendo m¨¢s ejemplares de menos t¨ªtulos, ahora se venden menos de (a¨²n) menos t¨ªtulos. De manera que, paciencia y a barajar. Y a seguir devolviendo cajas de ejemplares invendidos.
Editores y libreros de todo el planeta siguen pregunt¨¢ndose qu¨¦ libros desea leer la gente en ¨¦pocas de crisis
Mientras tanto, editores y libreros de todo el planeta siguen pregunt¨¢ndose qu¨¦ libros desea leer la gente en ¨¦pocas de crisis. Recurrir al pasado no suele ser de mucha ayuda, pero he tenido la curiosidad de consultar algunas series hist¨®ricas de superventas. Las m¨¢s fiables y completas son, sin duda, las de la revista norteamericana Publishers Weekly, fundada en 1872. Los datos correspondientes a la d¨¦cada de 1930, cuando el mundo se hallaba sumido en una tremenda y prolongada crisis econ¨®mica, son interesantes. Hubo tres t¨ªtulos que se mantuvieron en el n¨²mero uno durante dos a?os seguidos, algo muy raro en nuestro tiempo. En 1931 y 1932 el puesto de honor correspondi¨® a La buena tierra, de Pearl S. Buck, una novela que describ¨ªa la vida en una ex¨®tica aldea china. En 1933 y 1934 el n¨²mero uno correspondi¨® a Anthony Adverse, de Hervey Allen, que en Espa?a fue publicada veinte a?os m¨¢s tarde por Jos¨¦ Jan¨¦s; se trataba de una novela repleta de intrigas y pasiones y ambientada en la ¨¦poca napole¨®nica. Y, en 1936 y 1937, el primer puesto fue para Lo que el viento se llev¨®, de Margaret Mitchell, "la m¨¢s grande novela de amor de todos los tiempos". De las tres, las dos ¨²ltimas superaban con holgura las 1.000 p¨¢ginas.
Los analistas estadounidenses tambi¨¦n registran una (leve) mejor¨ªa de su mercado del libro durante el pasado mes de marzo. Y apuntan, como tendencia, el incremento de las ventas de dos tipos de novelas de g¨¦nero: las sentimentales y las de terror. Nielsen se?ala para EE UU un aumento del 2,4% en la venta de novelas rom¨¢nticas, y los comentaristas lo atribuyen a que la gente (y de modo especial las mujeres) busca novelas de amor que terminen bien (aunque antes sus protagonistas sufran lo suyo). El otro segmento en alza son las novelas de vampiros que, en la estela de la tetralog¨ªa (de muchas p¨¢ginas) de Stephenie Meyer, no cesan de publicarse.
Besos, achuchones y mordiscos. Y juntos, mejor que separados. Aqu¨ª, seg¨²n los datos, pasa algo parecido, aunque el mercado de la novela rom¨¢ntica sigue siendo un gran desconocido. En cuanto a la neog¨®tica man¨ªa (y no s¨®lo adolescente: los adultos tambi¨¦n leen la saga Crep¨²sculo) por los vampiros y dem¨¢s monstruitos (lic¨¢ntropos, zombies y dem¨¢s "criaturas paranormales"), lo cierto es que no aguanta un psicoan¨¢lisis de estar por casa. Al fin y al cabo, lo que les caracteriza es que, aunque muertos, siguen vivos.
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