Los chiringuitos empiezan a caer
Costas derriba el bar Eduardo en la playa de Chipiona tras a?os de expedientes
Eduardo Cebri¨¢n se hab¨ªa prometido no asistir al derribo del bar que lleva su nombre. Pero, al final, no pudo evitarlo. "Ser¨ªa como no ir al entierro de un hijo", confes¨® minutos antes de que la piqueta acabara con el restaurante que levant¨® en 1967 sobre la arena de la playa de las Tres Piedras de Chipiona (C¨¢diz). El Ministerio de Medio Ambiente ejecut¨® ayer esta demolici¨®n en aplicaci¨®n a la ley de Costas ya que el bar Eduardo se construy¨® en dominio p¨²blico mar¨ªtimo-terrestre. Sin embargo, s¨ª ha consentido que el mismo propietario levante 30 metros a la izquierda un nuevo restaurante a similar distancia del mar.
El bar Eduardo es historia de Chipiona. 42 a?os de existencia dan para multitud de relatos. Como cuando su due?o rescataba a los tripulantes de alg¨²n barco encallado frente a la playa o como cuando el restaurante se convert¨ªa en botiqu¨ªn para necesitados de socorro en la arena. "Mi padre ha sido el guardi¨¢n de esta playa", explic¨® ayer Mar¨ªa Dolores, la hija del propietario. Y es que cuando Cebri¨¢n lleg¨® a la playa de las Tres Piedras todo era un paraje virgen. ?l levant¨® su bar y una casa. Despu¨¦s vinieron otras edificaciones y un carril asfaltado que ¨¦l mismo impuls¨® para facilitar la llegada de clientes.
El mismo due?o tendr¨¢ otro local a s¨®lo 30 metros a la izquierda del bar
Pero Costas siempre estuvo detr¨¢s de su peque?o imperio de 60 metros cuadrados sobre la arena. Ocupaba una parcela en suelo protegido y en 2007 le abri¨® un expediente que ayer culmin¨® con la actuaci¨®n de la piqueta. "No he tenido m¨¢s remedio que acatarlo", se resignaba ayer el due?o. Eduardo Cebri¨¢n convers¨® ayer amablemente con los t¨¦cnicos de Costas que ejecutaron el derribo. Meses de negociaciones han acabado con buenas relaciones entre ambas partes. "Hemos insistido en darle garant¨ªas al interesado y a la Direcci¨®n General de Costas, con lo que hemos culminado todos los tr¨¢mites y hemos llegado a un acuerdo", se?al¨® Sebasti¨¢n Garc¨ªa, t¨¦cnico de la Demarcaci¨®n de Costas.
Ese acuerdo ha permitido que el propietario mantenga un restaurante junto a la casa que construy¨® hace cuatro d¨¦cadas, s¨®lo 30 metros m¨¢s a la izquierda de donde se levantaba el chiringuito. El nuevo bar toca la arena.
"La l¨ªnea de dominio p¨²blico no es continua ni paralela al mar. Donde se levanta la casa y el nuevo restaurante es una parcela privada y donde estaba el chiringuito es un terreno protegido", explic¨® Garc¨ªa.
El Ministerio de Medio Ambiente ha tratado de desvincular este derribo de la pol¨¦mica abierta en provincias como M¨¢laga, donde los hosteleros han expresado su rechazo a la directriz de acabar con este tipo de establecimientos. El pr¨®ximo derribo ser¨¢ una casa junto a una playa de Sanl¨²car de Barrameda. Para reponer un cord¨®n dunar, adem¨¢s del chiringuito, tambi¨¦n cayeron ayer varias farolas y el aparcamiento asfaltado. All¨ª donde los coches se acumulaban al olor de las sardinas del bar Eduardo.
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