El buque del teatro transatl¨¢ntico
Llega a Espa?a Bridge Project, la compa?¨ªa creada por Sam Mendes y Kevin Spacey
En lo m¨¢s hondo de su alma, ¨¦sa que envidia el t¨¦ de las cinco, muchos estadounidenses sospechan que los actores brit¨¢nicos son mejores que sus compatriotas a la hora de representar obras cl¨¢sicas. Pero, ?de verdad lo son? "Chorradas", afirma el actor Kevin Spacey, que dirige el teatro Old Vic de Londres.
El realizador brit¨¢nico Sam Mendes, que trabaja en Nueva York, dice algo similar, pero con una mordaz jerga brit¨¢nica. Ese sentimiento y los distintos estilos utilizados para expresarlo revelan mucho del Bridge Project, una nueva compa?¨ªa de repertorio cl¨¢sico creada por Spacey, Mendes y Joseph V. Melillo, productor ejecutivo de la Brooklyn Academy of Music (BAM). Dise?ado para fomentar la idea del teatro internacional o, al menos, transatl¨¢ntico, este proyecto quiere explotar el potencial interpretativo de artistas con or¨ªgenes distintos.
"No quiero que en Londres tengan la sensaci¨®n de que est¨¢n viendo algo de Estados Unidos ni que en Estados Unidos sientan que est¨¢n viendo algo de Londres", comenta Mendes. "Quiero acabar con todas esas etiquetas".
Por eso, la compa?¨ªa, de 18 miembros, est¨¢ dividida a partes iguales entre actores norteamericanos (incluidos Richard Easton, Ethan Hawke o Josh Hamilton) y actores brit¨¢nicos (como Simon Russell Beale, Sinead Cusack y Rebecca Hall). En su primera temporada -est¨¢n previstas dos m¨¢s-, Bridge Project arranc¨® en la Brooklyn Academy el 2 de enero con El jard¨ªn de los cerezos, de Ant¨®n Ch¨¦jov, y Cuento de invierno, de William Shakespeare. La compa?¨ªa ha estado en Singapur, Nueva Zelanda, hoy presenta en Madrid su programa (representar¨¢ en el Teatro Espa?ol El jard¨ªn de los cerezos del 18 al 22; y del 25 al 29 Cuento de invierno), despu¨¦s se ir¨¢ a Alemania y se establecer¨¢ en el Old Vic durante el verano antes de finalizar la gira en el antiguo teatro de Epidauro, en Grecia, donde brit¨¢nicos y estadounidenses ser¨¢n igual de extranjeros.
El Bridge Project empez¨® cuando confluyeron varios intereses personales y art¨ªsticos. Melillo afirma que acos¨® "cari?osamente" a Mendes con la esperanza de convencerle. Pero el director brit¨¢nico ten¨ªa un problema familiar que resolver: "No quer¨ªa dejar de trabajar con grandes actores ingleses", comenta, "pero me apetec¨ªa seguir llevando a mis hijos al colegio". Spacey, mientras, estaba buscando una forma de producir lo que ¨¦l califica como obra ¨¦pica.
Los tres directores no tardaron en acordar el marco est¨¦tico: dos obras cl¨¢sicas de calado que se representar¨ªan en Brooklyn, en el Old Vic y en una gira mundial. Pero comiendo un d¨ªa en 2006, Spacey y ¨¦l vieron sus propias vidas reflejadas -un ingl¨¦s en Nueva York y un estadounidense en Londres- y se dieron cuenta de que faltaba algo. "Ambos hab¨ªamos vivido experiencias dif¨ªciles cuando intentamos llevar espect¨¢culos de gira", cuenta Spacey. "Por ejemplo, cuando Llega el hombre de hielo empez¨® su gira desde Londres, tuvimos que cambiar a 14 actores, lo que increment¨® el presupuesto. En lugar de llevar una compa?¨ªa de actores que han trabajado juntos 16 semanas, tienes que ensayar toda la obra desde el principio. Ahora, nuestra intenci¨®n es crear un puente s¨®lido entre la cultura en Londres y en Nueva York". En teatro, en lugar de una fusi¨®n de sensibilidades, lo que suele pasar es lo que Mendes denomina "una boda de penalti"; en el cine, a?ade, "nadie dice ni p¨ªo si hay una mezcla de estadounidenses y brit¨¢nicos".
Spacey est¨¢ de acuerdo: "Siempre me ha resultado extra?o que un director pueda contratar al dise?ador que quiera de cualquier pa¨ªs", explica. "Pero si contrata a un actor extranjero, es como si hubiera robado las joyas de la corona y hubiera huido con ellas".
La financiaci¨®n del proyecto no result¨® sencilla. Incluso antes de que la crisis econ¨®mica sembrara el caos en los programas art¨ªsticos de todo el mundo, una propuesta de un proyecto mundial y sin ¨¢nimo de lucro como ¨¦ste, con capitalizaci¨®n y gastos de direcci¨®n de m¨¢s de 4,5 millones de euros s¨®lo en el primer a?o, era una rareza. La Brooklyn Academy y el Old Vic, a pesar de poner m¨¢s de 1,73 millones de d¨®lares cada uno, tuvieron que recaudar fondos de inversores internacionales. "Para montar obras de esta magnitud hacen falta m¨²ltiples socios", asegura Melillo. "Ya no se puede hacer solo. No hay ninguna instituci¨®n sin ¨¢nimo de lucro y ning¨²n pa¨ªs que pueda hacerlo. Todo el mundo est¨¢ demasiado aterrado".
? NYT.
El acento no es un problema
Para los actores, el Bridge Project representa el reestreno inesperado de una forma de teatro pr¨¢cticamente muerta: el teatro de repertorio, cl¨¢sico y comunicativo. Es grande, rico, largo y variado, y por el complejo doble reparto, arriesgado. El canadiense Richard Easton, que a sus 75 a?os a¨²n recuerda cuando el teatro de repertorio prosperaba fuera de las grandes sedes dram¨¢ticas, asegura: "Haces una representaci¨®n m¨¢s completa con cada papel y no tienes que gastar toda tu experiencia en ninguno de ellos".
Rebecca Hall, la turista de Vicky Cristina Barcelona, est¨¢ de acuerdo. "Cuando interpreto a la fea Varia en El jard¨ªn de los cerezos", explica, "puedo meterme completamente en el papel, sabiendo que luego voy a encarnar a la encantadora Hermione en Cuento de invierno la noche siguiente. No tengo que preocuparme de que la gente pueda pensar que soy una zarrapastrosa".
En una conversaci¨®n con los dos actores, parte de la complejidad del proyecto queda de manifiesto con s¨®lo escuchar las diferentes formas que tienen de utilizar el lenguaje. La propia Hall, hija del director brit¨¢nico Peter Hall y de la cantante de ¨®pera estadounidense Maria Ewing, admite que el suyo no es un acento ingl¨¦s "puro". El proyecto trata los acentos como muchos teatros tratan ahora las etnias: como una oportunidad de reinventar grandes papeles. En Cuento de invierno, los or¨ªgenes de los actores se explotan para producir efecto: los europeos hacen de sicilianos urbanos y los norteamericanos, de r¨²sticos bohemios. En El jard¨ªn de los cerezos, Mendes est¨¢ incluso dejando que algunos actores estadounidenses experimenten con acentos brit¨¢nicos y viceversa. "Es importante que el programa no se centre en c¨®mo hablan los actores", explica. "El teatro no es el cine: es un mundo po¨¦tico. Si no, todos los actores de El jard¨ªn de los cerezos deber¨ªan hablar con acento ruso".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.