Ahorrar energ¨ªa

Espa?a ha actuado hasta ahora sobre la oferta de energ¨ªa promoviendo la diversificaci¨®n y el desarrollo de energ¨ªas renovables, como demuestra el que seamos el tercer pa¨ªs del mundo en potencia e¨®lica instalada y el segundo en fracci¨®n de electricidad procedente del viento. Tambi¨¦n se ha producido un enorme crecimiento, no sostenible, en la potencia fotovoltaica instalada durante los dos ¨²ltimos a?os, debido a una prima en vigor hasta septiembre del a?o pasado claramente sobreestimada, y nos situamos en el primer lugar en lo que se refiere al despliegue de la electricidad solar termoel¨¦ctrica. El borrador de la Ley de Eficiencia Energ¨¦tica y Energ¨ªas Renovables, todav¨ªa en tr¨¢mite de preparaci¨®n por parte del Gobierno, incide ahora tambi¨¦n sobre la demanda, planteando medidas de ahorro energ¨¦tico en todos los sectores, incluyendo los difusos como el transporte o el consumo dom¨¦stico. Sin duda, un complemento necesario de la diversificaci¨®n hacia las renovables, que suponen hoy por hoy un modesto encarecimiento de la electricidad, es la reducci¨®n del consumo de una energ¨ªa que, como en todos los pa¨ªses desarrollados, resulta abundante y barata y con frecuencia se despilfarra.

Las medidas incluidas en el borrador contemplan acciones espec¨ªficas sobre el consumo en edificios, especialmente en calefacci¨®n y aire acondicionado, con la puesta en marcha de sistemas de gesti¨®n de la energ¨ªa, sobre el alumbrado p¨²blico, el planeamiento urban¨ªstico, la movilidad en ciudades y complejos residenciales o industriales, con una decidida apuesta por el transporte p¨²blico, en bicicleta o en veh¨ªculos menos contaminantes, o el transporte de mercanc¨ªas y pasajeros para estimular el uso del tren. Son todas medidas que van en el sentido de incorporar a la mentalidad de los ciudadanos la idea de que la energ¨ªa es un bien necesario pero cuyo uso debe optimizarse por razones econ¨®micas, de dependencia exterior y medioambientales. Pero su eficacia radicar¨¢ en los detalles y en los sistemas de est¨ªmulo o disuasi¨®n que se instrumenten. La experiencia muestra que es posible la coexistencia de una actitud general te¨®ricamente favorable a los postulados ecol¨®gicos con conductas contrarias a dichos postulados; de ah¨ª la importancia de dise?ar instrumentos que no se queden en argumentaciones impecables y buenas intenciones sino que modifiquen de forma efectiva los h¨¢bitos de consumo. La dificultad estriba en que esa modificaci¨®n afecta a nuestra vida cotidiana, no s¨®lo a lejanas abstracciones pol¨ªticas o empresariales, y no siempre las convicciones bastan para que adoptemos esos cambios. Los objetivos europeos de reducir el consumo de energ¨ªa un 20% y que la fracci¨®n de energ¨ªa final consumida procedente de renovables sea un 20% en 2020 obligan a tomar medidas como las contempladas en el borrador de ley, y a seguirlas adecuadamente despu¨¦s. Quiz¨¢ Espa?a est¨¦ mejor situada que la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos en el camino hacia la consecuci¨®n de esos objetivos. Ser¨ªa una agradable excepci¨®n.