Televisiones p¨²blicas
La reducci¨®n dr¨¢stica de la publicidad en la televisi¨®n p¨²blica, anunciada por Zapatero, sin otras medidas complementarias, huele a nuevo impuesto a no ser que la medida suponga un adelgazamiento sustancial del modelo de televisi¨®n p¨²blica elefanti¨¢sico que tenemos. ?Cu¨¢nto cuestan al ciudadano la TV-1, la TV-2 y los diversos canales auton¨®micos? ?Por qu¨¦ se disfraza de servicio p¨²blico un modelo de televisi¨®n que en realidad es un aparato de propaganda al servicio del poder y una agencia de colocaci¨®n de amiguetes?
En pleno siglo XXI el concepto de televisi¨®n como servicio p¨²blico ha quedado trasnochado. El contribuyente no puede ni debe soportar este modelo ni un minuto m¨¢s cuando la sociedad tiene unas demandas mucho m¨¢s urgentes y necesarias.
En lo que a m¨ª respecta, que se elimine la publicidad y, de paso, las mism¨ªsimas televisiones p¨²blicas para invertir m¨¢s con lo ahorrado en mejores carreteras, en educaci¨®n, en mejorar la dotaci¨®n de la Ley de Dependencia, en pensiones o en subsidios de desempleo.
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