El nuevo Alb¨¦niz tendr¨¢ 800 butacas

Tras muchas especulaciones, manifestaciones, juicios, propuestas y muros de ladrillo, ya hay un futuro escrito y casi firmado para el teatro Alb¨¦niz. La tramitaci¨®n legal del plan especial del proyecto est¨¢ bastante avanzada y, seg¨²n fuentes de la Concejal¨ªa de Urbanismo, "el proyecto es bueno para la ciudad" y donde hab¨ªa un teatro se construir¨¢ otro de una ¨²nica sala y de unas 800 butacas, unas 200 menos de las que ten¨ªa originariamente.

La otra parte del edificio, la que da a la calle Carretas y donde est¨¢ el hotel Madrid, se rehabilitar¨¢ y tambi¨¦n se conservar¨¢ su uso. Ni una sola vivienda ni ning¨²n centro comercial se incluyen en el proyecto. Si todos los permisos se tramitan seg¨²n lo previsto, en un a?o podr¨ªan comenzar las obras.

Una sentencia permite a los due?os derribar el inmueble

"El Consistorio debi¨® comprar la vieja escena para conservarla", dice IU

El culebr¨®n dura ya m¨¢s de cinco a?os. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) descatalog¨® el Alb¨¦niz en 2003 y le quit¨® la protecci¨®n arquitect¨®nica que ten¨ªa. La Comunidad de Madrid retir¨® un recurso que hab¨ªa interpuesto para que se volviera a proteger. El mismo tribunal dict¨® en 2006 una sentencia que permit¨ªa derribar el inmueble.

Pero el Ayuntamiento de Madrid ha negociado con la propiedad y ha acordado mantener su uso original. Pese a ello, el derribo del edificio implica por ley que el proyecto pierde edificabilidad y para construir el nuevo teatro, cuyo proyecto est¨¢ unido a la rehabilitaci¨®n del hotel Madrid de la calle de Carretas, ha habido que tirar de ingenio.

La p¨¦rdida de edificabilidad (unos 1.000 metros) ha obligado al arquitecto a crear una plazoleta que separa el hotel Madrid del teatro. Gabriel Allende Gil de Biedma, el arquitecto a quien la empresa propietaria (Monteverde Grupo Inmobiliario) ha encargado el proyecto, ha dise?ado un teatro bastante atrevido tras dos a?os y medio d¨¢ndole vueltas al asunto.

La fachada de la calle de la Paz, la del teatro Alb¨¦niz, formar¨ªa una especie de arco a trav¨¦s del que se podr¨ªa acceder desde la calle a una plazoleta interior. Ah¨ª los espectadores podr¨ªan comprar las entradas y esperar tomando algo mientras comienza la funci¨®n. Ese peque?o jard¨ªn tambi¨¦n estar¨ªa conectado con el hotel. A trav¨¦s de ese arco podr¨ªan acceder las camionetas de abastecimiento del teatro.Otra de las caracter¨ªsticas que tiene el proyecto es que parte de la caja esc¨¦nica se alzar¨¢ sobre ese patio, lo que permitir¨¢ que se cargue y descargue a trav¨¦s de la plazuela ajardinada. De este modo se resolver¨ªa el problema que generan los veh¨ªculos que transportan la decoraci¨®n y otros elementos esc¨¦nicos cuando tienen que parar en la estrecha calle de la Paz para descargar. En el subterr¨¢neo del edificio, construido en 1945, y donde antes hab¨ªa una sala de fiestas con capacidad para unas 1.500 personas, se instalar¨¢ un plat¨® de televisi¨®n, una sala de ensayo y oficinas para el teatro.

Cuando a principios de a?o la propiedad comenz¨® a tapiar las puertas de acceso del viejo teatro, las primeras informaciones se?alaban que se construir¨ªan viviendas de lujo, un hotel y un aparcamiento en el solar del viejo teatro. Pero el nuevo plan especial presentado a Urbanismo no prev¨¦ pisos en el inmueble. Seg¨²n el plan inicial, la propiedad ha renunciado a construir viviendas.

No obstante, a¨²n falta mucho tiempo para que las tablas del nuevo Alb¨¦niz acojan espect¨¢culos. El Ayuntamiento de Madrid y la Comisi¨®n Institucional para la Protecci¨®n del Patrimonio Hist¨®rico y Natural (CIPHAN) tienen que dar el visto bueno al proyecto. Para eso podr¨ªan pasar todav¨ªa unos tres meses. Luego, hasta que se obtenga la licencia, pueden transcurrir nueve meses m¨¢s. Si se cumplen todos los tr¨¢mites, en un a?o podr¨ªan comenzar las obras. La ¨²ltima obra representada en el Alb¨¦niz fue La vida es sue?o, de Calder¨®n de la Barca, en diciembre de 2008. Entonces, los 32 trabajadores que desarrollaban su actividad all¨ª pasaron a depender de los Teatros del Canal.

La Plataforma de Ayuda al Teatro Alb¨¦niz, que se opone a la demolici¨®n del edificio, se reuni¨® en enero con el arquitecto y estudi¨® el proyecto, pero no lo tiene muy claro. "Las dimensiones del nuevo teatro son la mitad del Alb¨¦niz. A m¨ª no me gusta nada. Adem¨¢s, le dijimos que un teatro jam¨¢s puede tener un aparcamiento debajo. Pero nos dijo que por ley estaba obligado a hacerlo. Se har¨¢ algo parecido a lo que se hizo con el teatro Maravillas. Nosotros quer¨ªamos que se mantuviese el edificio", critica Eva Aladro, portavoz de la plataforma. "Y a ver qui¨¦n lo gestiona, porque la cosa no est¨¢ como para que nadie se meta en eso", dice la representante de la plataforma.

Precisamente, ¨¦sa es una de las inc¨®gnitas que quedan. Durante los ¨²ltimos 23 a?os fue la Comunidad de Madrid la encargada de gestionar el teatro Alb¨¦niz. Sin embargo, despu¨¦s de que el Gobierno regional haya trasladado la programaci¨®n de aquella sala a los nuevos Teatros del Canal, a finales de 2008, no est¨¢ claro que tenga inter¨¦s en seguir con el nuevo proyecto del Alb¨¦niz: "No sabemos nada. Ni siquiera hemos visto el proyecto. As¨ª que ya nos plantearemos lo que sea en el momento en que tengamos m¨¢s informaci¨®n", alega una portavoz de la Consejer¨ªa de Cultura.

Menos cr¨ªtico se muestra el grupo municipal de IU, que tambi¨¦n estuvo en la lucha por la conservaci¨®n del teatro. "Que se haga un teatro es un poco m¨¢s que nada. Pero el Ayuntamiento, si de verdad quiere apostar por la cultura, perdi¨® una gran oportunidad para comprar la vieja escena y mantenerlo como estaba", se?ala Milagros Hern¨¢ndez, concejal de IU.

El edificio donde estaba el teatro era la antigua Casa de la Moneda y Timbre. Cuando lo compr¨® la propiedad en los a?os cuarenta construy¨® la sala cultural en la calle de la Paz e hizo el hotel en la fachada que da a la calle de Carretas. Esa parte se rehabilitar¨¢ ahora y se convertir¨¢ en un hotel de cuatro estrellas y unas 55 habitaciones. En los bajos se crear¨¢ un solo local comercial cuyo futuro propietario podr¨¢ dividir en varios espacios.