Solo contra el Gobierno, el fiscal y Obama

"Si no podemos juzgarnos nosotros, dejemos al mundo que nos juzgue", opinaba Stephanie, de Nueva Jersey. John Keith, un lector de California, optaba por dirigirse directamente a Barack Obama. "Presidente: mire, escuche, aprenda". Son dos de los 207 comentarios a la noticia de que Baltasar Garz¨®n sopesaba investigar por torturas a seis miembros de la Administraci¨®n de Bush aparecida en la edici¨®n digital de The New York Times el 29 de marzo. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, el presidente de la Comisi¨®n de Justicia de la C¨¢mara de Representantes, John Conyers Jr., trasladaba el debate al Congreso estadounidense al calificar al juez espa?ol de "serio y respetado jurista" y justificar su actitud ante "la aparente ausencia de una investigaci¨®n penal independiente en EE UU".

El Supremo ya tild¨® Guant¨¢namo de "ejemplo de derecho penal del enemigo"

Esa euforia por acabar con la impunidad en la prisi¨®n militar ilegal, acentuada por la desclasificaci¨®n de los manuales de tortura, no ha alcanzado a Obama. El presidente estadounidense ha dejado en manos de su fiscal general, Eric H. Holder -equivalente al ministro de Justicia-, que decida "dentro de los par¨¢metros legales" sobre la apertura de una investigaci¨®n contra los que ordenaron las salvajes t¨¦cnicas de interrogatorio. Su ¨²ltima propuesta fue crear una comisi¨®n de investigaci¨®n en el Congreso que analizara la legalidad de esos m¨¦todos. "Hay que mirar hacia adelante, no hacia atr¨¢s", ha dicho Obama.

En Espa?a, EE UU ha hecho lo posible para que la investigaci¨®n de Garz¨®n no salga adelante. Hace dos semanas, el consejero pol¨ªtico de la Embajada en Madrid, William Duncan, y un asesor jur¨ªdico se reunieron con el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, seg¨²n adelant¨® Cuatro. El fiscal general, C¨¢ndido Conde-Pumpido, tach¨® la querella inicial, presentada por un grupo de abogados, de "fraudulenta". "Admitirla ser¨ªa como convertir la jurisdicci¨®n universal en un juguete en manos de personas que buscan protagonismo", afirm¨®.

Zaragoza, tras recibir a los diplom¨¢ticos estadounidenses, acat¨® las ¨®rdenes de su superior y envi¨® al juzgado de Garz¨®n el informe en el que manifestaba su posici¨®n sobre si Garz¨®n pod¨ªa o no investigar. Su contenido era ins¨®lito: en lugar de pedirle que archivara la causa sin m¨¢s al no apreciar que existiera delito, reclam¨® que el caso pasara a Ismael Moreno, el juez que investiga los vuelos de la CIA, para que fuera ¨¦ste el que archivara. No contaban con la posibilidad de que Garz¨®n se decidiera por fin a investigar las torturas denunciadas por el prisionero espa?ol Hamed Abderram¨¢n, Hmido, y otros tres detenidos en la prisi¨®n ilegal, dos de los cuales fueron procesados.

La posici¨®n de la fiscal¨ªa espa?ola es la misma que la del Gobierno espa?ol. "Coincido con la Fiscal¨ªa del Estado, que ha emitido un informe en contra y que tiene argumentos jur¨ªdicos de peso. El principio de subsidiariedad con pa¨ªses inequ¨ªvocamente democr¨¢ticos debe tenerse presente", mantuvo el ministro de Justicia, Francisco Caama?o, en una entrevista concedida a EL PA?S el pasado d¨ªa 19. Ayer, el ministro de Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, augur¨® que la causa no influir¨ªa en las relaciones entre Espa?a y EE UU, aunque el caso llega en plena recomposici¨®n de esas relaciones, tras cinco a?os de encontronazos de Zapatero con el anterior presidente George W. Bush.

El portavoz del Grupo Socialista, Jos¨¦ Antonio Alonso, eludi¨® comentar las actuaciones de Garz¨®n, aunque s¨ª quiso subrayar que la existencia de Guant¨¢namo "y las pr¨¢cticas que all¨ª se han hecho" suponen "una indignidad intolerable", informa Anabel D¨ªez.