El legado de Cruyff en Bala¨ªdos
Eusebio Sacrist¨¢n, entrenador del Celta, asume que debe buscar resultados
Ha regresado al pasado, vive cerca de donde lo hizo entre 1995 y 1997 como jugador y frecuenta las mismas amistades. Con ese punto adusto de los castellanos, pero extremadamente educado, Eusebio Sacrist¨¢n es una gloria discreta. S¨®lo un guardameta, Andoni Zubizarreta, acumula m¨¢s partidos jugados en la Liga Espa?ola. ?l, fino y liviano interior diestro, se qued¨® en 543, 67 de ellos con el Celta. Ahora es su entrenador en una suerte de deja vu cruento porque en los dos meses que lleva al frente el equipo tan s¨®lo ha ganado un partido y mira sin ambages hacia el descenso, a la plaza que ocupa el Alav¨¦s con el que le aguarda un duelo directo a tres jornadas del final.
Eusebio trabaja bajo una presi¨®n insoportable: el descenso ser¨ªa una hecatombe para una entidad que trata de rearmarse en pleno procedimiento concursal. Y del discurso del t¨¦cnico se deduce que no todos sus jugadores asumen responsabilidades. "Mi trabajo es detectar qu¨¦ jugadores est¨¢n comprometidos con la entidad y dejan su futuro en segundo plano", apunta. Porque en el Celta hay bastantes futbolistas que saben que no van a seguir. Eusebio conoce la situaci¨®n y advierte: "Le deben un compromiso al club que les paga ahora y que les pide objetivos".
Eusebio Sacrist¨¢n es una gloria discreta. Jug¨® 543 partidos de liga
"Los entrenadores nos formamos d¨ªa a d¨ªa, pero Johan me ha marcado"
La situaci¨®n es complicada de gestionar porque el equipo tuvo opciones al final de la primera vuelta de colocarse l¨ªder y en unas semanas los objetivos han cambiado. Eso no es sencillo para un futbolista, pero tampoco debe de serlo para un entrenador que hace sus primeras armas en un banquillo y que tiene una trayectoria de respeto hacia la pelota. Mano derecha de Frank Rijkaard en el Bar?a durante cinco a?os, Eusebio jug¨® a las ¨®rdenes de estrategas como Cantatore, Menotti y, sobre todo, Johan Cruyff. "Soy una consecuencia de lo que he vivido", asume.
"Los entrenadores nos formamos d¨ªa a d¨ªa, pero Johan me ha marcado. De ¨¦l aprend¨ª muchas cosas, ya no a nivel conceptual sino sobre todo en la manera de vivir el f¨²tbol", reconoce. Lo que no parece tan claro es que esa noble ense?anza sirva para una situaci¨®n tan extrema como la que atraviesa el Celta. Nadie se puede llevar a enga?o: el libreto de Eusebio estaba claro cuando hace dos meses regres¨® a Vigo. Ahora ¨¦l mismo se ha dado cuenta de que debe revisarlo. "No renuncio a mi idea de juego, pero no hemos conseguido el objetivo de actuar como revulsivo. Ahora hay que buscar los resultados. Normalmente, el camino para lograrlos es hacer las cosas bien, pero hay que ser comprensivos porque no estamos para hacer un f¨²tbol brillante. Tenemos que darle una vuelta al planteamiento con el que llegu¨¦", explica.
La clave es la seguridad defensiva. Eusebio lo comprendi¨® cuando en Salamanca el equipo se adelant¨® en el marcador y en vez de guardar el tesoro subi¨® l¨ªneas para buscar el segundo. Llegaron dos goles, pero del Salamanca, que remont¨® un marcador jugando a la contra. "Aquel d¨ªa el rival se aprovech¨® de nuestro planteamiento", recuerda. Ahora el Celta se levanta en torno a tres centrales que act¨²an m¨¢s cerca de su portero, pero Eusebio no reniega. "No hemos conseguido resultados, pero los jugadores se han encontrado a gusto y vimos que se pod¨ªa llevar a cabo esa idea". Falt¨® atenci¨®n en defensa y sobraron urgencias.
Eusebio tiene firmado un a?o m¨¢s con el club y quiere jugarlo en Segunda A, conoce la delicada situaci¨®n de la entidad, pero entiende que todo se solucionar¨¢ desde el verde. "Si estabilizamos la parte deportiva, habr¨¢ tranquilidad en torno al club y devolveremos la ilusi¨®n a la afici¨®n, que regresar¨¢ al estadio". En realidad ese es el c¨ªrculo virtuoso del que hizo bandera Joan Laporta cuando gan¨® las elecciones a la presidencia del Barcelona.
Poco despu¨¦s lleg¨® Eusebio para contribuir con Rijkaard a cerrarlo, pero mientras completa ese segundo deja vu, recupera rutinas que hace doce a?os le hicieron feliz en Galicia. "En Vigo naci¨® mi hija y es un sitio al que siempre me he sentido pr¨®ximo. Hubiera sido diferente llegar a un entorno en el que no conociera a nadie, aqu¨ª tengo amigos, estoy arropado y me siento c¨®modo. Adem¨¢s, la gente ya sabe lo que puedo dar a nivel personal". Y desgrana tres conceptos que se lleva cada poco tiempo a la boca: "Compromiso, honradez y trabajo".
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