La elecci¨®n de L¨®pez como 'lehendakari' fuerza a Ibarretxe a dejar la pol¨ªtica

Patxi L¨®pez (Portugalete, 1959) marc¨® ayer un hito en la historia democr¨¢tica de Euskadi al convertirse en el primer lehendakari socialista de la era auton¨®mica (39 de los 75 votos de la C¨¢mara vasca). Fue minutos despu¨¦s de que a las 19.07, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, su antecesor, anunciara su retirada de la pol¨ªtica activa tras una intervenci¨®n en el turno de r¨¦plica dedicada a sacarse la espina de su acritud hacia el PSE-EE, al que descalific¨® su acci¨®n pol¨ªtica, pero, sobre todo, a colocar el moj¨®n de su testamento pol¨ªtico, de su cat¨®n ideol¨®gico identitario que ha marcado en los ¨²ltimos 10 a?os su acci¨®n de Gobierno al frente de un tripartito, a quien agradeci¨® su entrega.

La significativa doble suerte pol¨ªtica registrada ayer en el Parlamento confirm¨® el clima de l¨®gica expectaci¨®n reflejado en la presencia de medio millar de invitados en las tribunas. De un lado, la alternancia llega por primera vez al Pa¨ªs Vasco y aporta al PSOE el ¨²nico basti¨®n territorial que se le resist¨ªa hasta ahora; de otro, la mayoritaria alma pactista del PNV ve despejado el camino para que su presidente, I?igo Urkullu, imponga por fin su teor¨ªa pol¨ªtica, hasta ahora mediatizada para evitar el desencuentro con Ibarretxe, su l¨ªder electoral.

El PSE habla de un pa¨ªs de integraci¨®n, y el PNV ve un "frente espa?olista"

La alusi¨®n a la ausencia 'abertzale' por decisi¨®n del Estado hart¨® a L¨®pez

Pero Patxi L¨®pez no debe interpretar la ausencia de Ibarretxe como un camino expedito para desarrollar su acci¨®n de gobierno. El hondo resquemor del PNV por la p¨¦rdida del poder despu¨¦s de 30 a?os augura, de entrada, una pol¨ªtica de indisimulado antagonismo, de bloques sin vasos comunicantes tras el pacto PSE-PP, al que ayer volvieron a considerar de forma despectiva "frente espa?olista".

Para evidenciar sus diferencias program¨¢ticas, Patxi L¨®pez y su antecesor, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, abrazados al final de la sesi¨®n ante las c¨¢maras, hablaron de dos mundos, "de dos conceptos de hacer pa¨ªs", dentro de una ¨²nica comunidad de poco m¨¢s de 2,1 millones de habitantes. L¨®pez, con varias intervenciones en euskera, apost¨® por "la convivencia entre diferentes", e Ibarretxe, en cambio, ve "una cruzada de PP-PSE para anular la identidad nacional". El candidato socialista se decanta por "el Estatuto de Gernika para desarrollar el autogobierno, apelando a la convivencia", mientras su opositor en la elecci¨®n de ayer reiter¨® su apuesta por "el acuerdo bilateral con el Estado en defensa de nuestro derecho a decidir".

Eso s¨ª, uno y otro no se olvidaron de exponer sus medidas contra la crisis. Y es que en Euskadi, a pesar de la llegada del "cambio pol¨ªtico" y del incremento de mil parados m¨¢s en abril, todav¨ªa el foco de inter¨¦s medi¨¢tico parece concentrado en el debate sobre "el modelo de pa¨ªs" y en si "la consecuci¨®n" de la paz tendr¨¢ o no "precio pol¨ªtico". L¨®pez proclam¨® su voluntad de encauzar "inmediatamente un pacto con los agentes sociales", pero no desaprovech¨® el magn¨ªfico altavoz de ayer para exigir a los sindicatos nacionalistas que "reconsideren" su anunciada huelga del 21 de mayo, apenas dos semanas despu¨¦s de estrenar el cargo.

El clima de di¨¢logo imposible que se evidencia entre quienes respaldan al futuro Gobierno de L¨®pez y sus opositores tiene su raz¨®n de ser en las concepciones tan opuestas que manejan en cuestiones como la identidad vasca, la Ley de Partidos o la preponderancia del euskera, por citar tres ejemplos nucleares.

De momento, y hasta que cicatrice su irritante herida del 1-M, las voces nacionalistas han acu?ado un ¨²nico discurso que parte del "convencimiento" de que "por un inter¨¦s de Estado", como dijo Joseba Egibar (PNV), se ha conseguido "dejar sin voto a una parte importante del pueblo vasco (izquierda abertzale radical)" para, finalmente, "quitar as¨ª a Ibarretxe porque es un obst¨¢culo". Ante la reiteraci¨®n del argumento, L¨®pez mostr¨® su hast¨ªo y asegur¨® que "aqu¨ª no se ha impedido la presencia de ninguna idea". Para que no quedara ninguna duda, record¨® que "la ausencia de quienes ni siquiera lamentaron el asesinato de un parlamentario no le provoca nostalgia", en abierta alusi¨®n al mundo de Batasuna.

Incluso, el ¨²nico parlamentario de EA, el profesor Jes¨²s Mar¨ªa Larrazabal, en su histri¨®nico estreno parlamentario, fue m¨¢s lejos y situ¨® el inicio de "esta acci¨®n premeditada de Estado" en Navarra, cuando Ferraz orden¨® al PSN que diera marcha atr¨¢s en su acuerdo con Nafarroa Bai para formar el Gobierno foral y desplazar a Miguel Sanz (UPN). Pero Egibar se encarg¨® de elevar la tensi¨®n con un afilado discurso que le vali¨® para descalificar al PP -"el voto de aquellos", dijo- y cuestionar "la vasquidad" del PSE y de su pacto, que tilda de "dique constitucionalista". A L¨®pez le indign¨® y, tras apelar al "orgullo" que le merecen los votos recibidos, advirti¨® de que se asiste a "un pacto estable".

En la misma cu?a, Aralar, a pesar de ser la gran beneficiada por la imposibilidad legal de la izquierda abertzale de presentarse a las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas (ha pasado de 1 a 4 esca?os) no dud¨® en lamentarse "porque aqu¨ª no est¨¢ representada toda la sociedad vasca". Su l¨ªder, Aintzane Ezenarro, utiliz¨® as¨ª sus primeras palabras, mucho antes de animar al resto de nacionalistas a "hacer un frente tranquilo pero sin dormirse en los laureles" contra el Gobierno de L¨®pez "que nace en contra de la mayor¨ªa de este pueblo".

Pese a encontrarse un ambiente pol¨ªtico tan hostil, el nuevo lehendakari no rebaj¨® un ¨¢pice su apuesta por "la integraci¨®n", hasta el punto de dibujar un futuro "marco de acuerdo" en "pol¨ªticas de empleo, propuestas ante la crisis, modelos sanitarios y de vivienda". Lo hizo a pesar de escuchar del propio Ibarretxe su latiguillo poselectoral: "Ustedes no son de fiar".

Antonio Basagoiti, quien mejor ha rentabilizado la nueva realidad vasca, eligi¨® la v¨ªa de las propuestas en su contragolpe ante la acometida de cr¨ªticas provenientes del sector nacionalista. Mostr¨® su "lealtad" a L¨®pez y asegur¨® que llega "el tiempo de la libertad", recordando su ideario "contra ETA" y su "apoyo" a las v¨ªctimas del terrorismo, al igual que PNV y PSE. El lehendakari socialista, volcado en apelar a "la convivencia entre sensibilidades distintas", tambi¨¦n recurri¨® "al apoyo entre otros" para lograr la paz "con generosidad" y sacar a ETA del "debate pol¨ªtico".

Patxi L¨®pez, lehendakari