El dilema de sacrificar sueldo para salvar empleo
La crisis pone a empresas y trabajadores ante la disyuntiva de ligar salario y puestos - La f¨®rmula depende de la buena voluntad - La inflaci¨®n cero a?ade presi¨®n para la congelaci¨®n de pagas
"Hay que elegir entre subir los sueldos o asegurar los empleos". El presidente de Seat, Erich Schmitt, lanzaba recientemente este reto. Y lleg¨® la hora de decidir. En una dura votaci¨®n, en medio de la disyuntiva moral y la divisi¨®n sindical, los trabajadores aceptaron congelarse el sueldo este a?o y una subida de la mitad de la inflaci¨®n para el a?o que viene. Estaba en juego, seg¨²n Seat, que la casa matriz, Volkswagen, asignara la fabricaci¨®n de un modelo nuevo de Audi a Martorell y 1.500 puestos de trabajo.
La crisis ha colocado a muchas firmas en este dilema. Miles de trabajadores se est¨¢n viendo obligados a deshojar la margarita entre arrimar el hombro y el temor a que el sacrificio sea in¨²til por la falta de garant¨ªas de que se alcance una estabilidad. Tienen una presi¨®n a?adida: la evoluci¨®n de los precios, que rozan la deflaci¨®n.
Javier Ibars: "La congelaci¨®n salarial da ox¨ªgeno a firmas sin liquidez"
"A veces no resuelve nada porque los costes son bajos", dice Rafael Ortiz
Las n¨®minas en Espa?a est¨¢n muy por debajo de la media de la UE
Los directivos no apuestan por la I+D, reconoce el C¨ªrculo de Empresarios
?Qu¨¦ har¨ªa usted? ?Lo aceptar¨ªa (obviamente, antes de saber si est¨¢ en la posible lista de despidos)? ?Es ¨¦tico? ?Juegan las empresas con el miedo que provoca la crisis y los escalofriantes datos sobre el aumento del paro, que en el primer trimestre super¨® por primera vez los cuatro millones? Y dejando de lado las discusiones morales, ?es una buena medida desde un punto de vista estrictamente econ¨®mico?
Javier Ibars, responsable de Relaciones Laborales de Fomento del Trabajo, adscrita a la CEOE, manifiesta: "La congelaci¨®n salarial constituye una posible v¨¢lvula de ox¨ªgeno para algunas empresas que est¨¢n asfixiadas por la falta de liquidez. En los contextos de crisis los aumentos salariales no favorecen a la contrataci¨®n, y una medida as¨ª puede tener su incidencia en la competitividad de las empresas".
Rafael Ortiz, socio de Garrigues, apunta que "no siempre el problema de una empresa se resuelve por la v¨ªa laboral. Hace poco nos vino una empresa convencida de llevar a cabo un recorte salarial. Al final, vimos que los costes laborales s¨®lo representaban el 5% del total, y que eran mucho m¨¢s importantes los costes log¨ªsticos y de las materias primas. Una medida as¨ª tiene sentido si se compite con empresas con costes inferiores y se pierden ventas por ese motivo".
Y la competencia puede ser externa o interna. ?sta es la tesis utilizada por Sony para mantener dos a?os m¨¢s su planta de televisores de pantalla plana de Viladecavalls (Barcelona). "Para un directivo de una multinacional es dif¨ªcil ir al cuartel general a pelearse para defender que mantengan una f¨¢brica abierta en un pa¨ªs en el que los costes son muy superiores a los de otro y, luego, al volver a Espa?a, escuchar duras cr¨ªticas cuando se logra salvar la continuidad de la empresa a cambio de aplicar un conjunto de medidas, entre ellas, la congelaci¨®n de salarios", se lamenta Pedro Navarrete, m¨¢ximo ejecutivo de Sony en Espa?a.
En Eslovaquia, produce las mismas unidades, pero tiene el doble de capacidad y, dice, unos salarios un 75% m¨¢s bajos que en Espa?a. Soluci¨®n: o congelaci¨®n salarial durante dos a?os y trabajar m¨¢s horas o se iban a la calle 275 trabajadores, el 23% de la plantilla. Tambi¨¦n aceptaron.
"En la UGT estamos en contra de este tipo de medidas y lo comparto. Pero tambi¨¦n hay que tener en cuenta que las empresas intentan que paguen la crisis los m¨¢s d¨¦biles", explica el responsable de la UGT en Sony, Jordi Mart¨ªnez, de 45 a?os. Acept¨® congelarse el sueldo (1.300 euros netos al mes), "uno de los m¨¢s bajos", despu¨¦s de trabajar en la firma m¨¢s de 25 a?os y cuando le quedan otros 15 para terminar de pagar su hipoteca.
"Es un golpe muy duro. Pero existe el compromiso de conservar el puesto de trabajo dos a?os. En caso contrario, no s¨¦ si en dos a?os la empresa podr¨ªa estar cerrada. Creo que en este momento se trata de un mal menor", razona Mart¨ªnez. Y como ¨¦l, millares de trabajadores.
La consejera de Trabajo de la Generalitat de Catalu?a, Mar Serna, se ha manifestado en t¨¦rminos similares a prop¨®sito de Seat: "Seguramente, en alg¨²n momento se tendr¨¢n que hacer sacrificios, pero si ¨¦stos comportan garantizar el empleo, como se ha hecho en otras empresas, creo que de forma mayoritaria los trabajadores lo podr¨¢n entender".
Ejemplos de resignaci¨®n ante discursos sobre la crisis de pensamiento ¨²nico, como la ley de la gravedad. El miedo nubla, paraliza. "Yo la mascarilla me la pongo en la cabeza para que no me peguen el miedo. ?Que ¨¦se s¨ª que es contagioso!", cuenta un obrero en una vi?eta de El Roto. Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo y los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca uno.
El responsable de CC OO en Seat, Lolo G¨¢lvez, que se manifest¨® en contra, incita a la rebeli¨®n. Su sindicato est¨¢ dispuesto a negociar c¨®mo reducir costes, pero no a cualquier precio. "Me parece inmoral que las empresas jueguen con el miedo de la gente, una aut¨¦ntica canallada. Hay un precio por el que uno se puede levantar a las 4 de la ma?ana para ir a trabajar, y otro en que ya empieza a ser oneroso", protesta.
Sandalio G¨®mez, profesor de relaciones laborales del IESE, apoya la congelaci¨®n salarial "siempre que sea algo sincero por parte de la empresa y que haya un compromiso real del empresario por sacar el negocio adelante. Cu¨¢ntas veces los trabajadores han aceptado reducirse el sueldo y la empresa ha acabado echando a gente a la calle", recuerda.
Hay ejemplos de empresa en crisis permanente. Hace dos a?os y medio, la plantilla de la multinacional de compresores Cubigel acept¨® trabajar m¨¢s por menos dinero. Ahora ha puesto encima de la mesa un expediente de regulaci¨®n de empleo (ERE) temporal y un recorte salarial de unos 300 euros mensuales en la prima variable. "En momentos de crisis hay que tocar lo que est¨¢ mal y la empresa considera que un concepto variable, como una prima, no se puede convertir en algo fijo. No estamos solos en el mundo, nuestros competidores son extranjeros pero todos compramos la chapa al mismo precio", arguye el director de recursos humanos de Cubigel, Jes¨²s G¨®mez.
El caso del suministrador de piezas para autom¨®viles Frape Behr, clama al cielo. En 2003, amenaz¨® con cerrar la f¨¢brica de Barcelona si los trabajadores no se rebajaban un 20% los salarios. La plantilla acord¨® la congelaci¨®n hasta 2007. A finales de ese a?o, aleg¨® que las medidas de ahorro no hab¨ªan dado sus frutos y volvi¨® a plantear la misma medida. Los empleados aceptaron de nuevo mantener el salario y 92 despidos (de 360). Esta semana podr¨ªa comunicar que cierra.
"Si la congelaci¨®n de los sueldos es sincera y no se reduce la plantilla, si los altos cargos, empezando por el director general, predican con el ejemplo y siempre que las empresas no tengan reservas para aguantar... adelante. Pero no puede ser que alguien no arrime el hombro", insiste G¨®mez.
Renta Corporaci¨®n ha decidido congelar el sueldo a los trabajadores y recort¨¢rselo un 10% a los directivos. No es un ejemplo que cunda. Nissan acaba de anunciar la congelaci¨®n salarial de toda la plantilla en Europa y el recorte del 15% de las retribuciones de los directivos. Pero Hewlett-Packard ha planteado una reducci¨®n de los sueldos del 5% en todo el mundo, pese a tener beneficios y haber repartido un bono entre los seis m¨¢ximos ejecutivos por valor de 134 millones de euros.
Para Toni Ferrer, secretario de Acci¨®n Sindical de la UGT, "no est¨¢ justificado que los trabajadores acaben pagando los platos rotos de esta crisis". Coincide con el profesor de Econom¨ªa del Trabajo de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona (UAB) Albert Recio. En primer lugar, por la evoluci¨®n de los salarios en Espa?a en los ¨²ltimos a?os. "El milagro econ¨®mico espa?ol de la ¨²ltima d¨¦cada tambi¨¦n se explica por el milagro salarial", dice el profesor de Pol¨ªtica Econ¨®mica Ant¨®n Costas.
Los sueldos espa?oles dejan mucho que desear cuando se comparan con los europeos. El salario medio bruto anual a tiempo completo en la industria y los servicios en Espa?a era, en 2006, de 21.150 euros y de 22.667 euros expresado en paridades de poder adquisitivo. Muy por debajo no s¨®lo de lo que cobran nuestros vecinos m¨¢s pr¨®speros (29.224 euros en Francia en poder de paridad de compra), (41.038 en Alemania), (40.140 en Reino Unido), (35.480 en B¨¦lgica). Tambi¨¦n de la media de la Europa del Euro (m¨¢s de 33.000 euros) y de la Europa de los 27 (31.300 euros).
La p¨¦rdida de peso de los salarios en la renta nacional es una constante de los ¨²ltimos a?os. En 2000, la renta de los asalariados representaba el 49,4% del PIB espa?ol; a mediados de 2008, el 47,4%. En paralelo, ha crecido el excedente bruto empresarial, los beneficios: en ese periodo se ha disparado del 40,5% al 43,7%, el r¨¦cord en m¨¢s de dos d¨¦cadas.
"Entiendo al trabajador que se pregunte por qu¨¦ tiene que hacer sacrificios cuando luego ve que su presidente, que a lo mejor ha causado un desastre, se va cobrando una millonada. Es cierto que hace falta una regeneraci¨®n moral, un regreso de la ¨¦tica. Pero eso no quita que en los ¨²ltimos a?os los costes laborales han aumentado, mientras que no somos mucho m¨¢s productivos", explica Josep Gonz¨¢lez, empresario y presidente de la patronal Pimec.
La directora del departamento de Econom¨ªa del C¨ªrculo de Empresarios, Mar¨ªa Jes¨²s Valdemoros, ve la soluci¨®n en vincular los salarios a la productividad. "Tambi¨¦n genera costes, pero no es lo mismo si se vinculan a la riqueza o a lo que se produce". Ferrer responde: "Mientras los salarios han aumentado alrededor de medio punto anual respecto al IPC, los beneficios empresariales han crecido m¨¢s".
El sindicalista y el profesor Recio tambi¨¦n alertan de que lo que a priori, y en t¨¦rminos individuales, puede ser beneficioso para una empresa -menos sueldos, ahorro de costes-, en t¨¦rminos agregados empuja la econom¨ªa a un remolino hacia abajo. Es el argumento keynesiano que se conoce como la falacia de la composici¨®n. Recuerda Recio, parafraseando a Keynes, que la reducci¨®n de salarios no lleva a la econom¨ªa a una disminuci¨®n del desempleo, puesto que al reducir los sueldos los trabajadores disminuyen el consumo, con lo que, a fin de cuentas, las empresas reducen la producci¨®n porque no hay demanda.
Tanto Recio como Ferrer coinciden en que es preferible "hablar de flexibilidad interna, de reorganizaci¨®n del trabajo, antes que de aspectos salariales". El ejemplo lo constituye la propia Seat. El lanzamiento, hace un a?o, del nuevo Ibiza dio un vuelco a la eficiencia, y, gracias a la mejora de procesos, aument¨® un 30% la productividad.
Rafael Ortiz tambi¨¦n se?ala medidas alternativas como "reducir el tiempo de trabajo, convertir parte de la plantilla en aut¨®nomos o el aplazamiento de pagos a la Seguridad Social". Los tres coinciden en que el debate refleja la falta de una buena gesti¨®n empresarial.
Los empresarios no han aprovechado estos a?os de bonanza y de beneficios para hacer los deberes, reconoce el C¨ªrculo de Empresarios; esto es abandonar un modelo productivo intensivo en mano de obra con poca formaci¨®n y apostar por la innovaci¨®n. La inversi¨®n privada en I+D no ha despegado, ha sido escasa, seg¨²n Eurostat. Es cierto que casi se ha doblado en una d¨¦cada, al pasar del 0,39% del PIB al 0,71%, pero la media de la Uni¨®n Europea es del 1,17% y la de los Quince, del 1,23%.En Dinamarca y Alemania, la diferencia con Espa?a es de un punto. En Suecia, el pa¨ªs donde se trabaja menos, las empresas invierten un 2,65%; en Estados Unidos el 1,83% y en Jap¨®n el 2,54%.
Para el profesor de Esade Carles Torrecilla, "las empresas espa?olas s¨ª han hecho los deberes: han generado muchos dividendos. Ahora tienen que pasar el examen: reinvertirlos en la empresa".
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