La depresi¨®n de Bel¨¦n
La ciudad se asfixia en una mara?a de controles militares y permisos
"Es muy dif¨ªcil convencer a un chaval de que aprenda ingl¨¦s, una lengua que puede abrir muchas puertas, si despu¨¦s no puedes utilizarla", se lamenta el profesor Asad Srour. Las puertas de Bel¨¦n est¨¢n casi selladas. El refugiado Srour, profesor jubilado de ingl¨¦s, naci¨® en el campo de Aida en una tienda de campa?a, en 1951. "La historia de mi vida ha sido hacer cola para pedir permisos. Estudi¨¦ en Damasco, y tuve que solicitarlos a Israel, Jordania y Siria". Ahora no se lo conceden: "Llevo cuatro a?os sin salir de Bel¨¦n".
La provincia de Bel¨¦n -175.000 habitantes, 30.000 de ellos vecinos de la capital- se asfixia en una mara?a de 35 colonias jud¨ªas, controles militares, un r¨¦gimen de permisos que Israel concede seg¨²n sus necesidades, y el muro de cemento. "El muro significa depresi¨®n. Si no puedes tener tu propia tierra, ?qu¨¦ tipo de felicidad puedo tener?", apunta Asad Srour.
Siguen confisc¨¢ndose tierras. El 87% de la provincia de 658 kil¨®metros cuadrados es zona militar cerrada, o dominada totalmente, o parques naturales impuestos por los gobiernos israel¨ªes, seg¨²n un informe reciente de Naciones Unidas. La ciudad se ahoga. No se puede construir, se ha perdido el acceso a las mejores tierras de cultivo, a buena parte de los recursos acu¨ªferos y el turismo apenas llega. Y cuando lo hace pernocta en Jerusal¨¦n. "La libertad", asegura el profesor, "no existe". "La paz es una quimera. No tenemos nada que ofrecer a cambio. Ya no se puede cambiar paz por territorios, porque la mayor¨ªa est¨¢n bajo su control. Nuestros l¨ªderes no tienen poder para negociar. Si no tienes nada que ofrecer, no puedes negociar. Israel no tiene nada que ganar con la paz. Es una comunidad militar desde 1948. Si un pa¨ªs de generales no est¨¢ en guerra, ?qu¨¦ hacen los generales?, ?quedarse en la oficina?", manifiesta.
La frecuente sonrisa de Srour es amarga, pre?ada de melancol¨ªa y escepticismo: "Los ¨¢rabes somos fr¨¢giles comunicando ideas. Si juntas a Sim¨®n Peres con cualquiera de nuestros pol¨ªticos, ?qui¨¦n va a convencer m¨¢s? Necesitamos encontrar grandes pensadores y l¨ªderes para hacer entender la dimensi¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de nuestra crisis".
?Qu¨¦ esperanza le queda maestro? "Nadie puede derrotar a los palestinos. Hemos vivido grandes peligros desde hace siglos y aqu¨ª seguimos. Quienes intentaron conquistar esta tierra entendieron que ning¨²n pueblo puede ser derrotado".
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