La decepci¨®n tiene un nombre ilustre
Si existe un director antiacomodaticio, capaz de jugarse lo que ha ganado por experimentos propios o ajenos en los que cree, de abandonar caminos seguros para introducirse en el riesgo de lo inexplorado, se llama Francis Ford Coppola. Aunque s¨®lo hubiera realizado la inmarchitable saga de El Padrino, esa creaci¨®n le sit¨²a m¨¢s all¨¢ del bien y del mal, en una condici¨®n que s¨®lo est¨¢ al alcance de los mejores y denominada clasicismo. Pero el heterodoxo Coppola tambi¨¦n es el autor de otras obras maestras, de fracasos apasionantes, de lenguajes continuamente renovados para contar sus historias. Su monarqu¨ªa no s¨®lo se ha prolongado en Hollywood y en sus estudios Zoetrope. Tambi¨¦n lo ha hecho en el festival de Cannes, logrando en el pasado algo tan ins¨®lito como que le concedieran dos veces la Palma de Oro por la atormentada lucidez de La conversaci¨®n y por esa epopeya en estado de alucinaci¨®n titulada Apocalypse now.
Andrea Arnold habla en 'Fish tank' de la incomunicaci¨®n entre madre e hija
'Spring fever' ense?a por primera vez en China una relaci¨®n homosexual
Coppola ha regresado con su ¨²ltima pel¨ªcula a un festival en el que es venerado. No lo hace en la ambicionada secci¨®n oficial, sino en la menos trascendente Quincena de Realizadores, algo que inicialmente te mosquea al venir firmada esta obra por una de las pocas glorias vivas que le quedan al cine.
Tambi¨¦n he le¨ªdo en alguna entrevista con Coppola que ¨¦ste es el tipo de pel¨ªcula que siempre ha querido hacer. Se titula Tetro y comienza bien, con aroma a misterio, con la llegada en medio de la noche al barrio bonaerense de La Boca de un marinero adolescente que est¨¢ buscando a su mitificado hermano mayor, alguien que desapareci¨® de su vida y de su familia hace muchos a?os. Son im¨¢genes con fuerza, en blanco y negro, con sabor a enigma, que asocio inevitablemente con el arranque de la fascinante La ley de la calle. Las expectativas de que vas a ver algo grande se acaban a los 10 minutos. A partir de ah¨ª comienza una cadena de desprop¨®sitos, di¨¢logos enf¨¢ticos, situaciones huecas, personajes que se convierten en involuntaria parodia, flashbacks absurdamente coloreados en los que se describe la torturada y ed¨ªpica relaci¨®n que llev¨® a la huida, la autodestrucci¨®n y la locura a un hombre masacrado por la egolatr¨ªa y el ego¨ªsmo de su famoso padre, reflexiones muy gastadas sobre el arte y la creatividad que dan entre risa y pena, un viaje hacia la redenci¨®n que se pretende cargado de sentimiento pero que es incapaz de transmitirte nada, un cat¨¢rtico y alargado desenlace que se desarrolla alrededor de unos premios literarios que se conceden en la ex¨®tica Patagonia y que puede provocar verg¨¹enza ajena.
Alguien me comentaba que en muchos momentos de Tetro da la sensaci¨®n de que Coppola est¨¢ imitando el estilo y el tono del peor Almod¨®var. No exagera. Ver para creer. Y te da tanta l¨¢stima como estupor que un director extraordinario pueda llegar a parecerte una caricatura de otros. Ojal¨¢ que el casi anciano Coppola no se despida del cine con esta pel¨ªcula lamentable. No se lo merecen ni su deslumbrante carrera ni los infinitos admiradores a los que nos ha regalado tantas sensaciones impagables.
La directora inglesa Andrea Arnold tambi¨¦n habla en Fish tank de la lacerante incomunicaci¨®n entre una madre y su hija adolescente, pero en este caso no te suena a impostura con pretensiones metaf¨ªsicas, son gente de los suburbios y experta en supervivencia. Esa cr¨ªa en permanente guerra con el mundo, colgada del amante de su madre, enfrent¨¢ndose en plan punki al l¨®gico torrente de incertidumbres, miedos, rencores y sensaci¨®n de fracaso cotidiano que acompa?an a la casi siempre problem¨¢tica adolescencia respira credibilidad y vida. Andrea Arnold vuelve a demostrar aqu¨ª, como hiciera en su sugestiva ¨®pera prima, Red road, que sabe describir a gente a la deriva, a seres fr¨¢giles y en permanente desconcierto que se defienden a bocados.
La pel¨ªcula china Spring fever, dirigida por Lou Ye, destaca porque es la primera vez en el cine de esa nacionalidad en el que una relaci¨®n homosexual est¨¢ plasmada con im¨¢genes que no desde?ar¨ªa el porno. Hay sexo casi expl¨ªcito en todos los lugares y retratando variados tipos de posturas coitales entre un chico muy moderno y un se?or casado con una mujer que quiere asesinarlo al enterarse de que le pone los cuernos con un t¨ªo. Lo malo es que esta interminable sucesi¨®n de polvos tambi¨¦n est¨¢ acompa?ada de pretensiones l¨ªricas y sociol¨®gicas que rozan lo grotesco. Es muy higi¨¦nico que en un cine tan timorato o amordazado para mostrar el erotismo un director audaz se salte las reglas. El problema es que su pel¨ªcula es tan tediosa como inane. La provocaci¨®n tambi¨¦n necesita sustentarse en algo m¨ªnimamente s¨®lido.
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